Sevilla FC
García Pimienta, el vigésimo relevo en el banquillo este siglo
El Sevilla registra desde el año 2000 casi un entrenador por temporada
García Pimienta y un contrato liberador como en Las Palmas
El Sevilla Atlético, una de las piedras angulares de García Pimienta
![García Pimienta, junto a José María del Nido Carrasco y Víctor Orta, en su presentación como nuevo entrenador del Sevilla](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/06/22/presentacion-garcia-pimienta-RMbAOxPRljkSxtdreYiQjpK-1200x840@diario_abc.jpeg)
Tras unas últimas campañas en las que los cambios de entrenador han sido una constante en Nervión, el Sevilla sale a casi un técnico por temporada en este siglo. Y es que la contratación hace pocas semanas de Xavi García Pimienta convierten ... al preparador catalán en el vigésimo relevo en el banquillo sevillista desde el año 2000 (incluyendo las tres etapas de Caparrós y las dos de Sampaoli), un signo de la inestabilidad que, en este aspecto, ha sufrido la entidad en ciertas campañas durante los últimos 24 años.
Esa es justo una de las arduas tareas que deberá afrontar el nuevo entrenador, la de cortar esa desagradable dinámica de ceses y contrataciones de técnicos que han realizado los nervionenses los dos últimos cursos, desde la salida de Julen Lopetegui. De hecho, el de Asteasu protagonizó la última etapa de calma en el banquillo del Sánchez-Pizjuán, gracias a sus tres clasificaciones para Champions y la Europa League conquistada en Colonia. Desde entonces, ni Jorge Sampaoli, ni José Luis Mendilibar (quien obró también dichas proezas), ni Diego Alonso, ni Quique Sánchez Flores han podido mantener el puesto. Fue en octubre de 2022, con el cese del preparador vasco, cuando se rompió esa última época de estabilidad. Tras tres temporadas con luces y un primer tercio de la cuarta con sombras, Lopetegui se marchó como el tercer entrenador que más partidos dirigió al equipo este siglo (170 en todas las competiciones, con 89 victorias, 45 empates y 36 derrotas).
La destitución del técnico guipuzcoano propició, nuevamente, la contratación de Sampaoli. Recientemente, el de Casilda aseguró que su vuelta a Nervión -donde ya estuvo en la temporada 2016-17- se dio porque «se sentía en deuda« con la entidad. Sin embargo, su segunda etapa distó enormemente de la primera, ya que fue destituido sin terminar la temporada tras dirigir al equipo en 31 partidos (trece victorias, seis empates y doce derrotas). Tras él, fue el turno de Mendilibar. Una apuesta distinta a lo que acostumbraba el Sevilla en materia de entrenadores, pero necesaria dada la situación que atravesaba el equipo, al borde del descenso. El desenlace fue más que positivo para los nervionenses, no solo por la permanencia en LaLiga, sino por la consecución de la séptima Europa League en Budapest, tras un encomiable papel en las rondas finales. Sin embargo, esa fortuna no duraría demasiado, puesto que el preparador de Zaldívar, tras una pretemporada con la que no estuvo demasiado conforme y el cambio de Monchi (su gran valedor) por Víctor Orta en la dirección deportiva, terminaría siendo cesado en octubre del año pasado, con solo 28 partidos como sevillista en su haber (diez victorias, once empates y siete derrotas). Menos suerte aún tuvo su sustituto, un Diego Alonso que no fue capaz de ganar ningún partido que no fuese de Copa del Rey, tras catorce partidos con el equipo bajo su mando (dos victorias, cinco empates y siete derrotas). Y, por último, Quique Sánchez Flores, cuya gran misión no era otra que sacar al Sevilla de la catástrofe. El técnico madrileño logró la permanencia, incluso con algunas jornadas de sobra, pero el desgaste fue tal que apenas contempló la posibilidad de continuar un curso más en Nervión. Así, la etapa de Quique como sevillista se cerró con 25 partidos (diez derrotas, cuatro empates y once derrotas).
Emery, entre dos etapas convulsas
Sin duda, son los títulos los que han traído la bonanza al banquillo sevillista, pues antes de Lopetegui fue Unay Emery quien logró estar al frente del conjunto sevillista en más de una temporada. La dirección del ahora técnico del Aston Villa supuso todo un oasis de estabilidad en un Sevilla que venía de sufrir una época convulsa, en la que cortó su racha de clasificaciones europeas -no disputó ninguna la temporada 2012-13-.
La estabilidad que aportó el de Hondarribia puede resumirse en tres temporadas y media dirigiendo a los sevillistas, la conquista de tres títulos de Europa League consecutivos y 205 partidos en su haber (106 victorias, 43 empates y 56 derrotas) que lo convierten en el segundo entrenador con más partidos de este siglo. Lejos de las suyas quedan las estadísticas de sus predecesores más inmediatos: Antonio Álvarez (21 partidos, con diez victorias, dos empates y nueve derrotas), quien cogió al equipo al final de la temporada 2009-10 y, al poco de comenzar la siguiente, fue cesado; Gregorio Manzano, que dirigió al Sevilla casi toda la campaña 2010-11 (48 partidos, con 24 victorias, siete empates y 17 victorias), pero no fue renovado; Marcelino, que inició la temporada 2011-12, pero la pronta eliminación en Europa League del equipo y los malos resultados en LaLiga propiciaron su cese tras 27 partidos (nueve victorias, nueve empates y nueve derrotas); y Míchel, relevo del asturiano que renovó una campaña más, pero en mitad de la 2012-13 fue sustituido por Emery (tras 40 partidos, con 16 victorias, siete empates y 17 derrotas).
Más peso aún gana la estabilidad que aporto Emery en Nervión si, además de tener en cuenta los anteriores inquilinos del banquillo nervionense, se hace un análisis también de los posteriores, hasta la llegada de Lopetegui. En primer lugar, la tarea de relevar al vasco recayó en Sampaoli, cuando asumió su primer reto en Europa. Todo apuntaba a una temporada 2016-17 histórica; sin embargo, la eliminación a manos del Leicester en octavos de Champions y las negociaciones del técnico con la selección argentina antes de terminar la temporada hicieron que el equipo se cayese, acumulando solo en ese curso 53 partidos (27 victorias, doce empates y catorce derrotas). Su compatriota, Eduardo Berizzo, fue la apuesta del Sevilla de Óscar Arias para la temporada 2017-18, en la que no solo se dio el cese del director deportivo, sino la del propio entrenador (tras 23 partidos, con doce victorias, cinco empates y seis derrotas) y su posterior sustituto, un Vincenzo Montella que, pese a lograr una histórica clasificación para los cuartos de final de la Champions, fue lastrado por una mala imagen en LaLiga y en la final de Copa del Rey ante el Barcelona. Con un bagaje de 28 partidos dirigidos con los de Nervión (once victorias, siete empates y diez derrotas), el preparador italiano fue cesado y, en su lugar, se confió en Joaquín Caparrós para lograr la clasificación a Europa League, algo que terminó logrando en solo cuatro partidos.
Caparrós, en las buenas y en las malas
Fue precisamente el utrerano quien se encargó de la dirección deportiva de cara a la siguiente campaña 2018-19, en la que Pablo Machín tomó las riendas del equipo tras un destacable periplo en el Girona. Sin embargo, los resultados no acompañaron al preparador soriano y una trágica eliminación en Europa League a manos del Slavia de Praga terminó propiciando su destitución tras 50 partidos (26 victorias, nueve empates y quince derrotas). El banquillo del Sevilla, nuevamente, lo asumió Caparrós, quien volvió a actuar como 'salvavidas' para, otra vez, clasificar al equipo para competiciones europeas.
Estas últimas campañas de idas y venidas en el banquillo contrastan notablemente con la primera década del siglo, la cual fue inaugurada precisamente por Caparrós. El utrerano cogió al equipo en Segunda en el año 2000, lo devolvió a la máxima categoría en solo una temporada y, en la 2003-04, lo devolvió a Europa nueve años después. Sumando sus tres etapas al frente de los de Nervión, Caparrós se erige como el entrenador con más partidos de la historia del club (241) y el que más victorias ha registrado (111).
Concluida la primera etapa del utrerano en el año 2005, Juande Ramos asumió las riendas de un equipo que estaría cerca de hacer historia. Y es que la etapa del manchego, de algo más de dos temporadas, supuso la consecución de cinco títulos -dos Copas dela UEFA, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey, una Supercopa de España- que marcarían el inicio de la historia continental del club. Tras 133 partidos como sevillista (76 victorias, 27 empates y 30 derrotas), y con el curso 2007-08 ya iniciado, el técnico aceptó una oferta del Tottenham y el banquillo nervionense lo asumió el entrenador del filial, un Manolo Jiménez que posteriormente alcanzó dos octavos de Champions y una final de Copa del Rey. Sin embargo, tras 136 partidos dirigiendo al primer equipo (con 74 victorias, 22 empates y 40 derrotas), el técnico de Arahal fue cesado en la segunda mitad de la campaña 2009-10, y fue Antonio Álvarez quien ganó la mencionada final copera frente al Atlético.
Así las cosas, y tras hacer balance de los 19 relevos que se han dado en el banquillo del Sevilla en el siglo XXI, solo cinco entrenadores de los 16 que han pasado por Nervión han alcanzado el centenar de encuentros: Caparrós, Emery, Lopetegui, Jiménez y Juande, precisamente, quienes han dejado un mayor legado en la historia de la entidad en los últimos años. García Pimienta es el vigésimo relevo y el decimoséptimo técnico que recala en el equipo; con su contratación, lejos de establecer una cifra de partidos, el club espera recuperar la estabilidad que, en este aspecto, tanto ha escaseado en las últimas dos campañas.
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