Alavés - Sevilla: Vuelta a las andadas de un Sevilla inquietante (2-1)
Derrota merecida ante un oponente que doblegó en intensidad a los de García Pimienta; Jordán lesionó a Isaac; Carlos Vicente y Carlos Martín firmaron las dianas locales; Lukebakio sólo pudo acortar distancias al final
Jordán lesiona en una acción fortuita a Isaac, que se va de Vitoria en muletas
Dolorosa derrota ante un Alavés que ya lo dobla en puntos (diez para los vitorianos por cinco de los nervionenses) y vuelta a las andadas de un Sevilla FC que es absolutamente incapaz de expiar sus penas y ofrecerle un par de alegrías ... seguidas a su gente. El gol de Lukebakio, ya muy al final del choque, resultó estéril ante los tantos locales de Carlos Vicente y Carlos Martín (2-1). La esperanza sobrevenida con el último triunfo frente al Getafe se desvaneció por completo este viernes ante a los de Luis García Plaza. Y es que el traspié de Mendizorroza no hace sino confirmar otro arranque malo, inquietante, del cuadro sevillista, como le ocurrió hace un año con Mendilibar y hace dos con Lopetegui, ambos liquidados a las pocas jornadas de comenzar el curso. García Pimienta firma ahora cinco puntitos en seis partidos, guarismos a todas luces insuficientes para despegarse de la zona baja e inaceptables para una entidad como la sevillista por mucha crisis que se tercie.
Para colmo, el cedido Jordán fue uno de los mejores del Alavés y lesionó de manera fortuita a Isaac, que puede estar fuera varios partidos. Salvo giro drástico, se viene otra temporada dura. García Pimienta promulgó desde su llegada el buen ambiente del vestuario y la cercanía con sus futbolistas, pero ni eso ni su juego de presunta presión alta están dando por ahora los frutos deseados. La lupa sigue instalada también en la planta noble y la planificación de Víctor Orta. Quizá sea demasiado pronto, estamos en septiembre. Pero el fútbol es así de canalla y ansioso. Decía antes del partido el presidente, Del Nido Carrasco, que el Sevilla es un club rebelde que volverá a levantarse para ser grande. Está a tiempo, desde luego, pero le queda un arduo y largo camino por delante.
Pimienta tiró de una alineación novedosa, dejando en el banquillo a hombres importantes como el recuperado Badé, Gudelj o Ejuke, además de un Navas obligado a dosificar hasta el día que cuelgue las botas. Lo pagó caro. El técnico ubicó a Kike Salas junto a Nianzou en el eje de la zaga, mientras que en el centro del campo aparecieron Agoumé y Saúl, tras su sanción de dos partidos, para acompañar a Sow. También hubo permutas en las bandas. Dodi Lukebakio recuperó el ala derecha tras el excepcional encuentro de Jesús Navas ante el Getafe, y Peque, que aquel día actuó como mediapunta, partió esta vez desde la izquierda en lugar de Ejuke.
Salió el Sevilla con más empaque que su rival, buscando a su faro Saúl y plantándose con cierta facilidad en las inmediaciones de Sivera. Pronto avisó Isaac con un zurdazo marca de la casa que se marchó fuera por poco. Pero a partir de ahí, se desató la tormenta perfecta contra los de Nervión. Cascada de frustraciones, una detrás de la otra. A los 12 minutos del choque, el retorcido destino provocó que el exsevillista Joan Jordán lesionara sin querer a Isaac Romero y lo sacara del partido. En un lance entre ambos futbolistas, el catalán cayó con todo su peso sobre el tobillo izquierdo del delantero y éste tuvo que ser sustituido por Iheanacho. Tremenda mala suerte para el punta lebrijano y su equipo.
Pero Jordán no sólo fue protagonista por el desafortunado accidente que cortó a Isaac. El jugador prestado por el Sevilla se erigía por momentos en el líder de los suyos y amo del balón parado. Se fajó en ataque y en defensa. Quién lo iba a decir. El Sevilla, castigado por Jordán. Otro azote de los blanquirrojos fue Carlos Vicente. El explosivo extremo reventó por la derecha a Pedrosa. Lo volvió loco. Hasta que a los 17 minutos consiguió romper el equilibrio del marcador sorprendiendo a Nyland tras una buena combinación con Tenaglia. Pudo hacer algo más el portero sevillista en el tiro de Carlos Vicente, que, todo hay que decirlo, remató solo, sin marca, evidenciando las fallas del sistema de contención nervionense.
El Sevilla, lejos de rebelarse con el 1-0, entró en pánico y se vio devorado por un Alavés vertical y agresivo arriba. Toni Martínez tuvo el segundo en sus botas y luego el VAR salvó a los de García Pimienta de una tempranera debacle anulando un tanto de Stoichkov por fuera de juego milimétrico del pasador, el incordio Carlos Vicente. El Alavés dominaba con claridad a un Sevilla plano, de pocos argumentos ofensivos y sin control del balón. Un espanto. Únicamente inquietó algo al adversario la banda derecha sevillista por medio del voluntarioso Carmona y un activo Lukebakio, aunque sin demasiada suerte. Al descanso se llegó sin una sola ocasión clara del Sevilla.
Se esperaba algo más de García Pimienta en la pausa. Algún estímulo, algún cambio que empujara a reaccionar a su equipo… nada de nada. Mantuvo a Pedrosa en el once, pese a que el ex del Espanyol se vio desbordado durante un primer acto para olvidar. Pese a todo, el Sevilla saltó con algo más de agallas al verde. Lukebakio, el más inspirado de los visitantes, acarició el 1-1 pero su disparo franco terminó impactando en su compañero Saúl y saliendo desviado. Otra vez la suerte esquiva para el Sevilla en un balón muy claro. Los de Pimienta cuajaban sus mejores minutos en Vitoria y daban la impresión de crecer en el choque. Fruto de ello llegó una doble ocasión increíble para los hispalenses. Primero, Iheanacho no alcanzó por milímetros el pase de Peque para fusilar a Sivera y acto seguido el portero del Alavés sacó con una gran intervención el disparó de Saúl a quemarropa salvaguardando la ventaja de su equipo.
Corría la hora de partido. El Sevilla perdonó cuando mejor estaba… y todo el mundo sabe lo que ocurre en estos casos. En la jugada siguiente, falta de contundencia atrás de Kike Salas y Pedrosa, otra vez, y nuevo gol del Alavés. Carlos Vicente volvió a ganar la línea de fondo y tras un cabezazo de Stoichkov al palo, Carlos Martín envió el rechace con algo de suerte al fondo de las redes de Nyland. El 2-0 era la sentencia casi definitiva. García Pimienta intentó arreglar el desaguisado con los cambios, aunque llegaron demasiado tarde y más bien terminó empeorando al equipo. Sólo se salvó el único que nunca bajó los brazos. Lukebakio encontró su justo premio a los 83 minutos con un zurdazo que se coló por la escuadra de Sivera pero que desgraciadamente sólo sirvió para acortar distancias. Pobre. Muy pobre este Sevilla que vuelve a mirar hacia abajo y sin grandes soluciones a la vista.
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