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Dos caminos para llegar a un mismo Dakar

Javi Vega y Lorenzo Santolino afrontan por sexta vez la carrera más dura del mundo. Uno va sin asistencia, el otro es piloto oficial. Ambos tienen objetivos distintos, aunque los retos a los que se enfrentan son similares

Combustible sintético: la alternativa para correr el Dakar sin dejar huella de CO2

Javi Vega y Lorenzo Santolino posan para ABC en su visita a la redacción Isabel Permuy

Es el mismo desierto, las mismas etapas, el mismo polvo, las mismas dunas... pero para llegar hasta la línea de salida del Dakar 2024, Lorenzo Santolino y Javier Vega han utilizado diferentes libros de ruta.

Para el primero (Salamanca, 1987), hay un calendario marcado y un plan muy detallado que cuenta con preparación física, entrenamientos, nutrición, fisioterapia y puesta a punto técnica y mecánica para llegar de la mejor forma posible al Dakar 'estándar'. Para el segundo, madrileño de 38 años, cada día es una aventura que comienza en la clínica dental en la que trabaja como odontólogo y termina de procesión por cientos de despachos para conseguir el material, el apoyo y la financiación que requiere este otro Dakar 'Original', sin asistencia ni respaldo de ningún equipo.

«En mi caso, luchas todo el año para sacar el presupuesto para estas dos semanas. Al final, cuando ya te subes en la moto el primer día es cuando empiezan tus vacaciones. Terminan las luchas de mails, reuniones, ir vendiendo poco a poco tu proyecto para sacar el presupuesto... Durante la temporada te preparas constantemente: haces alguna carrera, el Campeonato de España... Mi chica -Sara García, también piloto- me acompaña a hacer alguna prueba del Mundial, bajamos a Marruecos a entrenar dunas... Por eso, para mí y en mi categoría, el setenta por ciento es mental. Estoy con un psicólogo deportivo para intentar relajarme y afrontar todas las etapas, desde ir a despachos hasta la carrera, que son muchos días y hay que regularse un poco», explica Vega. ¿Cuántas puertas puede llegar a tocar a lo largo del año? «Uff, pues de cien posibles marcas, con suerte te sale una».

Tiene otro tipo de estrés Santolino, pues el apoyo de las empresas le exige tener unos resultados determinados. «Tengo contrato con Sherco, mi equipo, hasta el próximo Dakar de 2025. Los inicios fueron duros, pero ahora estoy más asentado gracias a estas marcas que me han apoyado siempre, como Pont Grup, que estuvo conmigo en el primer Dakar y en este que va a ser el sexto. Confiaron en mí cuando todavía no había hecho ningún resultado y he ido cumpliendo los objetivos. Quizá en eso lo tengo más fácil que Javi. Pero, por otro lado, tenemos la presión de cumplir con los entrenamientos, el planning y el resultado. Tenemos que luchar contra equipos que tienen un presupuesto superior al nuestro. Así que estás tranquilo porque sabes que vas a estar, pero al empezar la carrera es más complicado competir al mismo nivel que otros pilotos por el presupuesto, que influye en todo». El salmantino, por ejemplo, tuvo que renunciar a hacer el Mundial completo para invertir más en el desarrollo de la moto de este año. Más test, menos carreras.

Ambos están cómodos en sus papeles, ilusionados con esta nueva edición de la que no saben mucho todavía y en la que esperan sorpresas, como siempre intenta hacer la organización. Por el momento, pasean sus ganas por la redacción de ABC, donde charlan sobre este sueño que ellos han convertido en rutina, y en éxitos, desde sus debuts hace seis años. Santolino fue sexto en 2021, undécimo en 2022 y noveno, de nuevo en el 'top ten', el año pasado. Vega logró su mejor resultado en este 2023: trigésimo en la clasificación general absoluta y segundo en 'Original'. Hasta entonces, su resultado siempre había estado en segundo plano, pues su labor consistía en ejercer de mochilero de Sara, a la que en 2020 ayudó a convertirse en la primera mujer en acabar la prueba sin asistencia.

De cada edición disputada se han llevado lecciones que ponen en práctica al curso siguiente, de la moto, del desierto y, sobre todo, de sí mismos. «La gran evolución ha sido, lo primero, la experiencia, que creo que es la clave del Dakar. Ya sea el aspecto físico, el mental, la mecánica de la moto, cómo gestionas la carrera, cómo gestionas el tiempo cada día dentro de la carrera, cómo te preparas... Porque el Dakar empieza el día 5 de enero, pero el 1 de diciembre embarcamos todo lo que íbamos a usar. Tengo que saber qué voy a hacer dentro de un mes y medio. Y gestionar todo lo que pueda pasar en cada jornada: una caída, una pérdida de navegación, un problema en la moto...», explica Santolino.

«Por muchos rallies que corras, ya sea por Europa o en Marruecos, son una semana, y el Dakar es una buena bofetada de realidad. Esto es diferente. La gestión del tiempo es lo más importante. En esta categoría 'Original', al terminar la etapa te tienes que poner con la mecánica y no puedes perder mucho tiempo. El primer año llegué y, oh, todo maravilloso: una foto aquí, una entrevista allá, y perdía los diez minutillos que tenía para intentar comer, darme una ducha o terminar la mecánica», recuerda Vega.

Y luego, claro, las etapas. «El Dakar el año pasado se ganó por 43 segundos, tú estás perdido navegando y estás perdiendo tiempo contra el crono. Quieres ir bien, pero no sabes por dónde tienes que ir o tienes que dar la vuelta, pero dar la vuelta quiere decir que estás yendo hacia atrás y estás perdiendo tiempo. Esos momentos son bastante complejos, así que es importante tener un buen nivel mental», añade Santolino.

Son tantas cosas, tantos detalles, con tanto tiempo de antelación primero y tan presentes en el día a día que hay poco espacio para el disfrute, aseguran los dos. «Estás tan dentro de la carrera que no sabes si estás disfrutando o no. En realidad lo ves después, cuando pasa la carrera y vives un poco las experiencias. Ves resúmenes, noticias de la tele, y vas recordando momentos. Pero ahí estás tan concentrado y con tantas cosas que no puedes perder el foco. Es como que lo disfrutas, pero no eres consciente», confiesa Santolino.

«Tengo la tranquilidad de saber que voy a estar, pero la presión de estar al nivel de pilotos con más medios»

Lorenzo Santolino

Piloto de Dakar

«La burbuja es tal que no sabes si es lunes o miércoles. No ves los paisajes ni nada», bromea Vega, que ha aprendido a la fuerza cuidar los detalles y a apuntarlo todo. Es su vida lo que está en juego: «Yo llevo un baúl con mis herramientas y abro la tapa y cada día, cada etapa, tengo puesto todo lo que tengo que hacer. Desde hacerme un batido para recuperar, que es lo primero que tengo puesto, a luego ya cambiar aceites, filtros.... Es un 'check-list' que tengo que ir tachando. Son tantos días que ya no sabes si algo lo has hecho ayer, hoy o directamente no lo has hecho… Llegas con la cabeza achicharrada y no te da para pensar mucho. Ese cansancio se va acumulando, y luego en la etapa has de intentar que no se te vaya la olla porque hay muchas trampas y puede haber problemas. Esa confianza que puedes ir cogiendo cuando te ves que vas bien… Si quieres ir un poquito más arriba en la clasificación hay que tener cuidado. Y saber mantener eso durante 14 etapas».

Demasiado bueno

A Vega le gusta ir a su aire, sin el corsé de un equipo. Así entiende y disfruta el Dakar, más cerca de aquellas aventuras por África. Sin embargo, su buen desempeño le ha supuesto un problema: no le dejan ganar su categoría: «Los cuatro primeros años fui de mochilero con mi chica. Me lo he pasado teta con ella, hemos disfrutado de la aventura -en 2022 aprovechó el podio de premiación para hincar la rodilla y pedir matrimonio a su compañera de vida-. El año pasado ya tuve la oportunidad de ir solo y probar a ver cómo seguía. Sabía que era capaz de estar en el podio. Y bueno, me quedé con las ganas de ganar. Este año me lo he preparado y han cambiado la normativa. He recibido un correo electrónico diciendo que mi nivel de pilotaje había subido y que donde compito es una categoría para amateurs. Ahora me quedo un poco en el limbo. ¿Cómo evalúas el nivel de pilotaje? ¿Qué quiere decir esto? Yo no vivo de esto. Tengo un trabajo, me gasto dinero. Sí que es verdad que gracias a la ayuda de Yamaha y Pont Grup puedo estar en la línea de salida. Pero no deja de ser, digamos, una ayudita. Yo tengo que aportar el resto. Y no sé si ahora por esto me van a dejar de apoyar los patrocinadores, porque no puedo ofrecerles un podio en esta categoría». Pese a las trabas, se niega a no disfrutar de su Dakar. «No sé si puede ser el último. Nunca se sabe».

«Lucho todo el año para sacar el presupuesto; cuando subo a la moto empiezan mis vacaciones»

Javi Vega

Piloto de Dakar

Ha habido equipos privados que han ofrecido al madrileño formar parte de su estructura y darle asistencia gratis, pero él prefiere este otro Dakar. «Quiero mantener mi línea de correr en 'Original'. Me gusta. Lo vivo diferente, yo creo. Y ya está. Hombre, a ver, si hay un equipo oficial, pues te lo puedes llegar a plantear, ¿no? Dar el salto. En el fondo eso es un lujo. Pero de momento estoy disfrutando de esta forma y voy a seguir así».

Le toca a Santolino poner el cierre a la charla. Lleva años siendo el mejor español en la general, rozando siempre ese 'top 5' que se vuelve a marcar como objetivo este año, pero al salmantino no le llega el reconocimiento mediático. España lleva ocho años sin ganar en categoría de motos. Los coches, con los triunfos de Sainz o, en su día, la aparición estelar de Fernando Alonso, copan ahora los titulares. Las dos ruedas han pasado a ocupar un papel secundario salvo para contar las numerosas victorias parciales de Joan Barreda (29 en total, a solo cuatro del récord absoluto de Stephane Peterhansel y Cyril Despres). «No me puedo comparar con pilotos que han ganado cinco Dakares, como Marc Coma», asume el salmantino. «Es normal. Los resultados mandan. Pero yo estoy muy contento de la visibilidad que tengo y de cómo he evolucionado a nivel mediático. Yo creo que sí se corresponde a mis resultados».

Sobre las victorias de Barreda, explica que su estrategia tiene que ser diferente a la fuerza: «Hacemos menos carreras y menos tests, y todo eso nos limita. Tenemos dos estrategias para elegir: o ir a buscar un resultado final o intentar ganar etapas. Esto último sería casi un suicidio para mí. Tendría que asumir muchísimos riesgos. Nuestra arma es la regularidad, la experiencia. Ir sumando día a día para lograr un buen resultado. Estar siempre en el grupo de cabeza y arriesgar, pero sin sobrepasar el límite, que creo que es lo más difícil de medir».

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