Martín Berasategui: «Florentino Pérez es caviar»
HINCHAS
Detrás de cualquier ciudadano, sea cual sea su oficio, habita un seguidor del deporte. Y de eso va esta sección, que esa gente salga de su rol habitual y se deje llevar por el aficionado que lleva dentro. La otra cara del prestigioso cocinero
«No me verás comprándome una camiseta de 600 euros, cuando mi madre gana 700 al mes»
![Martín Berasategui posa con la bufanda y la camiseta de la Real Sociedad](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/09/07/martin-RFlhupFFKvD93TigkQvdNMO-1200x840@diario_abc.jpg)
Ni doce estrellas Michelín han podido derribar el muro de humildad y cercanía que envuelve a Martín Berasategui (San Sebastián, 64 años), chef que no distingue entre rivales y amigos, que nunca habla de su restaurante, si no de su casa y para el ... que sólo hay una cosa innegociable en su vida: su amor por la Real Sociedad.
—El deporte le ha dado una serie de principios fundamentales en la vida. ¿Cuáles?
—Que no existe el yo, si no el nosotros, preocuparte poco y ocuparte mucho, llenar tu vida de proyectos, no rendirte nunca y siempre pensar en el éxito del equipo, nunca en el tuyo propio o en el de alguien en concreto.
—De uno a diez, reconózcame su grado de forofismo realista.
—Diez.
—Ha tenido que llegar un seleccionador athleticzale para que vayan 5 txuri-urdines a la selección. Así no vamos bien.
—Siempre hemos sido un equipo de una ciudad pequeña pero grande, a la vez. Recuerdo que hubo un tiempo en que había muchos jugadores de la Real y del Athletic en la selección, también. Para mí, la Real lo es todo. Seguramente, sin la Real no sería nadie porque el equipo me ha dado lecciones fundamentales para mi vida.
—La Real está de moda pero Le Normand y Merino les han hecho el salto este verano. ¿Algún rencor, algo que decirles?
—Al revés. Admiración total y agradecimiento por los años que nos han dado. Les conozco a ambos y son personas maravillosas. Son de lo más grandes entre los grandes. Como personas, como futbolistas y como amigos. Ahora voy a ser también del Arsenal y del Atlético de Madrid. Estamos orgullosos de ellos.
—Tengo la impresión de que la Real es un equipo que rema mucho pero, a final de temporada, se queda a medio camino.
—No es verdad que nos quedemos a mitad de camino. No se nos olvida de dónde venimos. Tenemos un presidente que es el mejor fichaje que ha hecho la Real en su historia. Somos un equipo que se ha ganado el cariño de todo el mundo y creo que lo mejor está por verse, aún. Tenemos que disfrutarlo porque nos están haciendo muy felices. La Real está donde otros muchos sueñan.
—¿Deduzco que no está por la labor de exigirle más?
—Pero si estamos tocando el cielo del mundo del fútbol. El comportamiento de la Real no puede ser más ejemplar y no tenemos derecho a pedirles más sacrificio porque se dejan la piel. El deporte, la Real, es una manera de aprender y yo soy un eterno aprendiz en la cocina y en la vida.
—De volver a vivir, ¿usted volvería a elegir la cocina o jugar en la Real?
—Sin duda, volvería a ser cocinero. Y volvería a ser de la Real.
—Y, de no recibir la llamada de los fogones, ¿qué jugador le habría gustado ser?
—Arconada. Pero también Mikel Merino, Xabi Alonso, Arteta, Zubimendi, Aranzábal, Gaztelu… me hubiera gustado ser cualquier jugador de los muchos que se han dejado la piel por este equipo.
—También le gusta la pelota vasca. Yo no acabo de cogerle el gusto.
—Pues hay dos futbolistas que sí: Jose Mari Bakero y Zubeldia. El primero era buenísmo. Y Zubeldia, también. Tan buenos con el balón como con la pelota vasca.
—El deporte guipuzcoano está que rompe la pana. Hasta con un medallista, como Pau Echániz.
—Te cuento una anécdota: cuando la mujer de su padre, Maialen Chourraut, ganó una de sus medallas de oro y le preguntasteis cómo lo iba a celebrar, ella dijo que invitando a su familia a mi restaurante. Me puse en contacto y le dije que de ninguna manera, que el que les invitaba era yo. Y, en aquella mesa, estaba Pau cuando era un crío. Que ahora él gane una medalla es como si la hubiera conseguido alguien de mi familia. Me estoy emocionando.
—Con Maialen empezó todo…
—Es que ella es un ejemplo. A mí me gustaría que, cuando hablamos de igualdad, seamos más sinceros. Lo que ha hecho ella no lo ha hecho nadie. A mí me gustaría que, en este país, se reconociera debidamente a una de las mejores deportistas que tenemos.
—Vuelvo a la Real. Un día le leí que, para usted, Jokin Aperribai es «el puto amo». No le pega nada hablar así. A usted le pierde el fútbol.
—Es que es superdiós. Es de hablar poco y hacer mucho. Cuando lo hace, aprendes más con él que en 10 universidades juntas. No quiero pensar qué sería de este club si él no hubiera llegado. Como Olabe, Labaka e Imanol, gente que son una gozada.
—Por cierto, ¿nunca ha pensado en presidir la Real? Cuando sea.
—Para nada. Siempre estoy ayudando. Incluso en mesas de apoyo, en momentos difíciles. Me tienen para lo que quieran. Pero los veteranos estamos para ayudar. Los jóvenes aportan la frescura.
—Vamos con los rivales y, como dice usted, amigos ¿Tiene ganas de ver a Mbappé?
—Sin duda. Es una suerte poder verle. Antes a Messi, Cristiano y ahora a Mbappé, a Lewandowski. ¡Qué afortunados somos!
—Califíqueme la situación del Barcelona.
—Yo soy de sumar y multiplicar, no de restar o dividir. No se me ocurre ponerle una coma a nadie que se deje la piel por su club. Y te digo algo: no hay ningún cocinero al que no se le haya roto alguna vez un huevo.
—Le doy tres nombres. Asóciemelos a tres ingredientes o platos que le sugieran.
—Imanol Alguacil: le asociaría a un buen besugo a la parrilla, como buen hijo de Orio. Florentino Pérez: es caviar. Luis Rubiales: carne metida en un montón de charcos.
—Entro en la cocina, con su permiso. Estoy harta de ver los partidos con patatas y aceitunas. ¿Me recomienda algo rápido y saludable para esos momentos?
—Puedes hacerte una crema de sardinillas: conserva de sardinillas en aceite, le quitas la espina, lo pones en la trituradora con una cucharada de mostaza, un poco de perejil, un par de cucharadas de vinagre, unos quesitos de toda la vida. Bates a máxima potencia con aceite de oliva. Eso, encima de una tostada es rico, sano y no cuesta nada.
—Cuando los deportistas vienen a su casa y se pasan un poco con la comida, ¿les regaña por saltarse la dieta?
—Es que son muy profesionales, en serio. Es más, me vienen y me dicen: haznos un menú de lo que tú quieras. Y los cocineros sabemos qué debemos darles.
—Siempre tendrán algún capricho, ¿qué es lo que más le piden?
—Tienen mucha cultura gastronómica. Les gusta todo lo que les toca el tilín del paladar: verduras, moluscos, pescados, mariscos, pero también la caza y las setas en temporada.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete