Invictas, nunca vencidas, siempre victoriosas
La altura a la que ha llegado el deporte femenino, contrasta con la del Presidente de su Federación, que no es un referente para nadie
![Las jugadoras de la selección española celebran su victoria ante Inglaterra en la final del Mundial de Fútbol femenino en Sídney, Australia, este domingo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/08/25/invictas-kZrE-U60105504998Z0E-350x624@abc.jpg)
El domingo se produjo un hecho histórico. Por primera vez en la historia, la selección española de futbol femenino ganaba su primer mundial y hacia vibrar al mundo entero. Hombres y mujeres, abuelos y nietos, amantes del deporte y meros aficionados, observábamos embelesados la ... pasión, la fuerza y el coraje que puso en el campo de juego este equipo de mujeres que ha roto barreras que hasta hace poco eran impensables en esta disciplina.
Esa es la magia que tiene el deporte, que es capaz de despertar todo tipo de pasiones y hasta de cambiar el rumbo de un país, tal y como nos relataba John Carlin en su libro 'El factor humano' que fue posteriormente llevado al cine por Clint Eastwood en 'Invictus' cuando el 10 de mayo de 1994 el nobel de la paz Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica. Su gran legado: la reconciliación racial. Consiguió la unión entre blancos y negros a través del deporte.
El deporte trasciende las barreras físicas y culturales, ofreciendo un espacio donde las personas pueden experimentar un crecimiento personal integral. No solo forma atletas, sino también líderes resilientes y ciudadanos comprometidos con valores fundamentales. La disciplina, el trabajo en equipo, la perseverancia y la ética del esfuerzo son cualidades que se cultivan compitiendo y que trascienden a la vida cotidiana. Los valores del deporte se convierten en pilares que construyen una sociedad más cohesionada y consciente.
En este contexto, es esencial que los jóvenes tengan modelos a seguir que personifiquen estos valores. Necesitan referentes, femeninos y masculinos. Referentes en el campo de juego y al frente de las organizaciones que las lideran, pues todos ellos representan el deporte. Todos representan nuestro país y por consiguiente, todos nos representan.
En el terrero de la representación del deporte femenino, no puedo evitar recordar en estos momentos a grandes deportistas que nos ha dado este país, tales como Mireia Belmonte, con más de 40 medallas internacionales, primera española en obtener un oro en los JJOO en una prueba de natación. Carolina Marín, jugadora de bádminton, ha sorprendido al mundo con su destreza y pasión. Convertida en la primera española en ganar el oro olímpico en bádminton, Marín ha inspirado a las jóvenes a explorar nuevas disciplinas y a luchar por sus sueños. Ruth Beitia, lo suyo fue una carrera de superación año tras año hasta recibir el gran premio a su trayectoria con 37 años, edad con la que logro la medalla de oro en salto de altura en los JJOO de Rio. La mejor atleta española de la historia. Theresa Zabell, doble campeona olímpica, pionera en estas lides. Blanca Fernandez Ochoa, considerada una de las mejores deportistas españolas de la historia en una disciplina como es el esquí que no contaba con muchos adeptos en España, siendo la única esquiadora española en ganar una medalla en los JJOO de invierno. Sandra Sánchez, quien gracias a su determinación durante muchos años ha sido número uno del mundo en un deporte tan minoritario como es el karate.
El impacto de estas deportistas va más allá de sus logros en competiciones. Han desafiado percepciones tradicionales de género, demostrando que la determinación y el trabajo duro no conocen límites y que las barreras pueden superarse. Su influencia ha alentado a niñas y jóvenes a perseguir sus pasiones y aspirar a conquistar cualquier campo, reforzando el mensaje de que los sueños son alcanzables si se persiguen.
Estas pioneras han allanado el camino hacia una mayor igualdad en el deporte y en la sociedad en general, derribando muros e ilustrando que las mujeres pueden ser líderes en cualquier campo que elijan. Estoy segura que su legado ha ayudado también a insuflar esperanzas a nuestras campeonas de la selección y que perdurará como inspiración para futuras generaciones de atletas y líderes empoderadas.
Hasta aquí el lado bueno, las referentes positivas si se me permite la expresión, porque como en todo, en este sueño que estamos viviendo, también hay referentes negativos, personas que estando al frente de organizaciones son capaces de hacer mucho daño y generar graves heridas. La altura a la que ha llegado el deporte femenino, contrasta con la del Presidente de su Federación, que no es un referente para nadie y que no está al nivel de estas deportistas ejemplarizantes.
Desafortunadamente, no ha sido la primera vez que algo así sucede, ni será la última, porque este tipo de personas persisten en algunas organizaciones, siendo por desgracia su cara visible con el perjuicio que ello conlleva. Sin embargo, de lo que no cabe duda es que, actuaciones como las de este Presidente, nos demuestran que cada vez tanto hombres, como mujeres, estamos más alineados en la defensa de los valores del respeto a la igualdad y que no estamos dispuestos en dar un paso atrás a este respecto.
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