Atletismo
¿Dónde están los límites de Duplantis?
El atleta mejora datos en cada intento y con la técnica y el físico todavía en evolución
Duplantis eleva a 6,22 metros su récord del mundo en salto con pértiga

Es el compendio de varios deportes a la vez: la velocidad en la carrera, la precisión del arquero, la flexibilidad y el control espacial de la gimnasia artística, la fuerza y la agilidad de un patinador sobre hielo. Todo eso es Armand Duplantis, 23 años. ... El único humano que ha conseguido volar hasta los 6,22 metros en una modalidad deportiva tan técnica como táctica, tan mental como física. La pértiga.
Cada vez que el sueco nacido en Estados Unidos despega los pies de la tierra para acercarse un poco más al cielo surge la pregunta: ¿cuál es el límite? Esas barreras que ofrecen al deportista de cualquier especialidad encontrar un objetivo vital. Lo fue para Usain Bolt en velocidad, para Katie Ledecky en natación, para Eliud Kipchoge en maratón, lo es para Duplantis, afanado en esta carrera espacial por conquistar lo ilógico empujando un centímetro más lejos las leyes de la física en cada intento. Y quizá sea cierto que se pueda trasladar el salto de pértiga perfecto a un papel con esas leyes, pero el sueco, por el momento, y aunque protagonice hazañas extraordinarias, sigue siendo humano, que es algo menos exacto que un algoritmo.
Duplantis se persigue a sí mismo desde que descubriera el salto con pértiga en el patio de la casa familiar, con un padre, Greg, también saltador, y una madre, Helena, heptatleta. Sus hermanos, Andreas y Antoine, destacaron en atletismo y béisbol. Hasta que llegó él y el apellido Duplantis se conoce en el mundo entero gracias a sus récords. Llegó rápido a sus máximos en categorías inferiores y en 2018, con 19 años, alcanzó al primer hombre que puso, en 1985, un pie en los seis metros, Sergei Bubka. Y en 2020 atrapó a Renaud Lavillenie, que mantuvo el récord de 6,16 desde 2014. Ahí se quedó solo Duplantis, solo contra sí mismo: 6,18 en Glasgow 2020; 6,19 y 6,20 en Belgrado 2021; 6,21 en el Mundial de Eugene 2021; y este 6,22 en Clermont-Ferrand 2023, en la prueba que el propio Lavillenie había organizado para que se produjera la nueva obra de arte.

Los límites de Armand Duplantis
El atleta sueco batió su propio
récord del mundo de pértiga al superar
el listón en 6,22 metros.
Lo consiguió sobrepasando su cuerpo
por encima de la barra más de 25 cm
¿Hasta dónde podría llegar?
±25 cm
¿6,25 m? - ¿6,30 m?
Duplantis
en el momento
de conseguir el récord del sábado
velocidad: 10m/seg
Evolución de sus récords (en metros)
Febrero 2020
Julio 2020
Marzo 2022
Julio 2022
25 /febrero /2023
Fuente: AFP y elaboración propia
P. SÁNCHEZ/ABC

Los límites de
Armand Duplantis
El atleta sueco batió su propio
récord del mundo de pértiga al superar
el listón en 6,22 metros.
Lo consiguió sobrepasando su cuerpo
por encima de la barra más de 25 cm
¿Hasta dónde podría llegar?
¿6,25 m? - ¿6,30 m?
±25 cm
Duplantis en el momento
de conseguir el récord del sábado
velocidad: 10m/seg
Evolución de sus récords
(en metros)
Febrero 2020
Julio 2020
Marzo 2022
Julio 2022
25 /febrero /2023
Fuente: AFP y elaboración propia
P. SÁNCHEZ/ABC
Solo así se puede describir lo que el sueco de 23 años firma cada vez que salta. La combinación perfecta de velocidad, impulso, técnica, agilidad, giros, concentración, control espacial, fluidez. O quizá no tan perfecta todavía porque los expertos ven factible que el listón siga subiendo. Dan casi por hecho que los 6,25 están al caer y ya se observa cercana la barrera de los 6,30. Dio muestras el viernes de esa cifra, pues las imágenes del salto mostraron que, en la parte central del salto, el atleta supera ampliamente el listón, sustancial la distancia entre la barra y la cadera. Pero es la entrada en ese giro de contorsionismo, pies por delante, lo que frena, por el momento, que se establezca esa marca desorbitada, pero al alcance.
Esto produce el mismo debate que también suscitaba Usain Bolt. Al hombre más rápido de la tierra se le preguntaba si no era capaz de bajar todavía un poco más de esos 9,58 en los cien metros dado que, en sus carreras, parecía dejarse llevar en los últimos metros. La teoría matemática, otra vez, que olvida otros factores intrínsecamente humanos, como las pulsaciones, por dar solo un ejemplo. Son las mismas limitaciones que, por ejemplo, acotan a los tenistas. La velocidad de los saques ha aumentado, sí, muy difícil predecir hasta dónde se llegará. Serían capaces, sin duda, de sacar a 250 kilómetros por hora en un entrenamiento, pero deben adecuar esa velocidad, fuerza, emoción, nervios y técnica de movimientos a que la pelota efectivamente entre en el cuadro del saque, contra un rival que te espera al otro lado, y en una competición. Y ahí, todo es más difícil.
No obstante, sí hay argumentos para apoyar la tesis de que este 6,22 solo es un paso más hacia ese infinito que solo Duplantis conoce. Los expertos señalan que las mejoras en los materiales impulsarán la carrera del pertiguista. Las zapatillas, por ejemplo, que tanto ayudan a los atletas en cualquier distancia en el tartán, para incluso romper esa barrera psicológica de las dos horas en un maratón que logró Kipchoge en una prueba no oficial, pueden empujar a Duplantis en esos 45 metros de pasillo en el que encuentra la velocidad idónea para luego despegar. También las pértigas, firmes para levantarlo, pero flexibles como un junco para hacerlo volar en la parábola hacia la historia, pueden afinarse en su honor.
Pero lo que subrayan excampeones del mundo de esta modalidad y también entrenadores es que la clave es el propio Duplantis. Por edad y por técnica. Normalizado y asimilado superar los seis metros, todavía el físico puede desarrollarse y adaptarse a un nuevo salto más preciso. «Revolucionó el deporte con saltos más vivos y rápidos con una velocidad impresionante. Se despega desde mucho más lejos con amplitud. Y no tiene pérdida de velocidad horizontal cuando se transforma en velocidad vertical. Su transición es increíble», reflexionaba Jean Galfione, oro olímpico en Atlanta 96 ayer en AFP.
Alcanzó a Bubka a su modo, más ligero físicamente y con una técnica distinta, que también puede pulirse: apoya la pértiga más cerca del cajetín, con la rodilla derecha más baja y con una rapidez inusual que le permite más impulso que cualquier competidor. Y si todo eso no fuera suficiente, la ley física Duplantis recoge otro elemento: no tiene miedo y se divierte. Así los récords siguen cayendo del cielo.
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