Desde el tartán
Una selección fiable y sin efecto dominó
«España ha superado con nota el test de Nankín; lo ha hecho con una escuadra corta pero que ha sabido estar a la altura»
Josué Canales cierra el Mundial con otro bronce en el 800

El efecto dominó ha sido siempre muy temido en la selección española de atletismo. Porque tiene una existencia real. Cuando los primeros atletas en intervenir caen eliminados en primera ronda, existe el riesgo del contagio, de la presión creciente en los que aún han de ... saltar a la pista, obligados a deshacer los errores de los primeros en competir. Este fin de semana, en el minúsculo pabellón de Nankín, España ha competido a un buen nivel y ha sabido sobreponerse de los resultados más débiles del equipo. Nuestros atletas han mostrado solvencia en los momentos decisivos y los fallos de la selección no han tenido efectos negativos sobre el resto.
Ana Peleteiro ha sido, una vez más, la gran referencia de España. La triplista gallega, bien adaptada a su cambio de entrenador, siempre extrae en la alta competición lo mejor de sus recursos. Se mostró competitiva, con ganas y su rendimiento invernal promete un buen verano.
Pese a haber perdido a Peleteiro en su grupo de entrenamientos, la España de Pedroso sigue gozando de buena salud. Fátima Diamé es otro valor seguro. Sorprendió hace un año con su bronce en Glasgow y ha vuelto a subir al podio en tierras chinas con esa rara habilidad que sólo poseen las grandes campeonas: ser capaz de disfrutar cuando llega la hora de la verdad.
El tercer medallista ha sido Josué Canales, la última adquisición del mediofondo español, que parece cojear en los últimos meses. El hombre de las zancaditas, el discípulo de Castillejo, se va afianzando en la élite mundial carrera a carrera. Cuando atletas como Attaoui, Romo o Mechaal están ausentes por lesión o bajos de forma, Canales ha sabido salir al rescate de la media distancia española, con décadas de éxitos a sus espaldas pero últimamente superada por el sector de saltos. El tercer bronce de Josué sirvió para superar las dos medallas de los Mundiales de 2024.
España ha superado con nota el test de Nankín, unos Mundiales aplazados por la pandemia y encajados a finales de marzo de forma artificial. Lo ha hecho con una escuadra corta pero que ha sabido estar a la altura. La selección de Pepe Peiró (una vez más equipada con ese absurdo color naranja que traiciona la historia de nuestro atletismo) se mostró como un equipo en el que se puede confiar, capaz de superar rondas y batirse al más alto nivel. Este año esperan citas importantes, como los Mundiales de relevos, la Copa de Europa por naciones en el mítico Vallehermoso o los Mundiales de Tokio. Y España está en buena forma.
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