España 5 - Andorra 0
Una selección anodina sin Rodri
España no genera entusiasmo sino dudas pese a la goleada con suplentes ante Andorra
Así hemos narrado el partido en directo
![Oyarzabal, autor de tres goles ante Andorra](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/06/05/oyarzabal-RmlglLRrLwaTTXVycvBVStI-1200x840@diario_abc.jpg)
A una semana y media del debut en la Eurocopa de Alemania, la selección genera más dudas que entusiasmo en un amistoso de serie B ante la dulce Andorra. Juegan los suplentes, seguramente los tres descartes de Luis de la Fuente, y en el ánimo del aficionado se echa en falta a los futbolistas llamados a ilusionar al personal, Rodri, el eje, Lamine Yamal y Nico Williams, talento puro. La goleada dice poco. Fue una selección anodina que espolvoreó goles en el segundo tiempo.
«Esto solo pasa aquí», se escucha el lamento en la grada cuando la solemnidad del protocolo antes del partido se desmorona por un fallo técnico. No suenan los himnos, ni la tonadilla dedicada a Carlomagno que habla de liberaciones en el Principado ni la Marcha Real española. La técnica del sonido se desploma y un eco ensordecedor decreta la ausencia de este momento siempre simbólico en el fútbol.
El Nuevo Vivero, un estadio coqueto a las afueras de Badajoz, butacas salteadas de una alegre combinación en blanco, negro y gris, amplias praderas y espacios en los márgenes, encuentra entonces un resquicio para la fatalidad, el recuerdo del AVE que nunca llega a Extremadura, la sensación de aislamiento.
Pero la gente quiere pasarlo bien. El público en las provincias es agradecido por sistema. Los aficionados impulsan a la selección, generan el clima propicio del aplauso anticipado como carta de presentación. Badajoz es lo mejor de la primera parte ante el Andorra, una colección de entusiastas futbolistas desconocidos. La parroquia hace la ola, se activa con nada, siente la pertenencia a este equipo.
España le ofrece poco con una alineación llena de suplentes, prueba de calidad para los no habituales y para los tres descartes que no quieren irse, lógicamente. Una defensa nueva, con Llorente, Vivian, Cubarsí y Grimaldo en casting, en el centro regresa Pedri, gran noticia para la selección. Aleix García y Baena no generan juego, Ayoze en la banda tipo test y Morata el único titular para recuperar confianza.
El fútbol es anodino en el primer acto. Hay carencias de todo tipo. Falta dinamismo, vigor en la disputa, ideas en ataque, último pase, futbolistas que encaren al rival, giro de guión ante el previsible intercambio de plano que, con los minutos, se vuelve aburrido. De Vivian a Cubarsí, de Grimaldo a los centrales, de ahí a Llorente y vuelta a empezar sin que los centrocampistas aporten lucidez para crear situaciones, romper líneas o ganar alguna superioridad por la banda.
El asunto se vuelve tedio porque el adversario es un grupo sin nivel. Los jugadores andorranos apenas pasan del centro del campo en los primeros veinte minutos, superados por la presión de España y sus propias limitaciones en el manejo del balón y los conceptos del juego. A la selección le falta velocidad, en la circulación de balón, en la intensidad del planteamiento, en la clarividencia de sus creadores. Se echa de menos a Rodri, el jugador más determinante de este equipo y sin cuyo concurso el grupo cae en una vulgaridad inquietante. Ni siquiera Pedri, un talento superlativo, lo arregla en el primer periodo. A sus pases les falta métrica, esa precisión que lo convierte en un futbolista desequilibrante. Faltan, claro, Lamine Yamal y Nico Williams.
El gol de Ayoze es lo mejor de este periodo desértico. El delantero del Betis caza un rechace de un córner, se gira con vértigo y máxima aceleración y la clava en la cazuela en un tiro violento. Una gota de agua en la inmensidad del vacío creativo. Morata marca y el Nuevo Vivero lo celebra alborozado antes de percatarse que algún hechizo peligroso persigue al delantero del Atlético. Está, sí, en fuera de juego.
El público vuelve a la ola porque el fútbol de la selección no lo entretiene. Los vaivenes de brazos duran minutos porque en el campo nada reseñable pasa, de Vivian a Cubarsí. No se explaya Grimaldo, la sensación del Leverkusen que se muestra repleto de confianza en sus declaraciones. Ferrán no mejora lo presente. A Marcos Llorente se le ve cohibido, sin la desmesura del Atlético... España necesita otra cosa para alentar al personal.
Lo tiene en conserva, son Lamine y Nico, a quien reserva De la Fuente para empresas mayores. Al menos cunde una certeza en este equipo, con los dos extremos más Rodri, España puede plantearse cosas. Sin ellos, ya se vio ante Colombia en Wembley, el asunto adquiere tintes inquietantes.
De la Fuente prosigue con sus pruebas en Badajoz y su ola perpetua. Oyarzabal, que tuvo un fantástico inicio de temporada y se fue apagando con su Real Sociedad, se hincha a meter goles en la segunda parte. Lo más natural y previsible con la gente de refresco que aporta pierna y pulmones a la selección (Navas, Cucurella, Fermín) y el desgaste físico de los andorranos, que esta vez sí no pasan del centro del campo en toda la segunda mitad, extenuados por un partido que obviamente está por encima de sus posibilidades.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete