Todo irá bien
Si quieres entender a Laporta sigue la pista del dinero
«¿Por qué Vitor Roque si no había demostrado nada y todos los que entienden ya ven que es un chico que no va a ninguna parte?»
El caso Vitor Roque le explota al Barcelona
Vitor Roque no es un fichaje. Es una trama. Xavi no lo quería y el primer día que lo vio en la ciudad deportiva se reafirmó en que no era un jugador para el Barça ni para el fútbol de élite. Por eso en los ... momentos más delicados de la temporada el brasileño ni ha salido a calentar. El plan era que Xavi se fuera en junio y que Roque tuviera más minutos con el siguiente entrenador, Rafa Márquez, mucho más comprensivo con las necesidades del presidente.
Para entender el fichaje de Vitor Roque hay que conocer a Joan Laporta y su círculo de comisionistas habituales, formado por su hijo, Jorge Mendes, Pinhas Zahavi, Deco, André Cury y su cuñado Alejandro Echevarría. No sólo son los conseguidores de los fichajes: son la causa.
André Cury es uno de los interlocutores de la Federación Brasileña de Fútbol, a la que no se le escapa el fichaje de ninguna estrella de su país sin controlar las ganancias. Sandro Rosell también lo utilizó para fichar a Neymar, a pesar de ser muy amigo del entonces presidente del fútbol brasileño, Ricardo Teixeira.
Neymar era una estrella indiscutida pero la pregunta que todo el mundo se hace es:
¿Por qué Vitor Roque si no había demostrado nada y todos los que entienden ya ven que es un chico que no va a ninguna parte? No hay motivos futbolísticos para su fichaje y la única razón a la que esta directiva atiende es el dinero. Si quieres entender a Laporta sigue siempre la pista del dinero.
Según fuentes cercanas al conseguidor, a André Cury le quedaban algunos servicios por cobrar de la época de Bartomeu, y al presentarle las facturas a Laporta, con el club arruinado y acostumbrado el presidente a las triquiñuelas, encontraran juntos la solución de fichar a un brasileño joven para ilusionar a la afición y así fue como Vitor Roque llegó.
El precio fue un escándalo: 74 millones de euros: 40 de montante fijo, 21 en bonus, y 13 en tasas e impuestos. Fue el segundo traspaso más caro del fútbol brasileño. Neymar -comisiones incluidas- estuvo en verdad por encima de los 100, que también pagó el Barça y también a través de Cury, y Endrick en los 72.
No era la primera vez que Laporta arreglaba sus problemas fichando a un jugador absurdo. En 2003 se presentó a las elecciones de su primera presidencia prometiendo el fichaje de David Beckham. El mánager del jugador, Pinhas Zahavi -el mismo que ahora nos ha endosado a Lewandowski con un contrato progresivo que parece un plan de pensiones- le dijo a Jan que su promesa era falsa porque él mismo había firmado el contrato con el Real Madrid. Laporta, desesperado, porque no se supiera la verdad y perdiera la elecciones, le pidió al representante que retardara el anuncio hasta el día siguiente de la jornada electoral. La manera que el presidente tuvo de agradecer el favor -además de deslizar una propina al hijo de Ferguson- fue fichar al portero suplente Rustu, que por supuesto era uno de los patrocinados de Zahavi.
Un club sin dinero y con carencias en diferentes posiciones trascendentes para el juego que quiere desarrollar, y que esta temporada ha caído en el más espantoso de los ridículos, gasta lo poco que tiene en fichajes que nada aportan en lo deportivo ni favorecen nada más que los intereses de quienes los han decidido. Es tan llamativo que Laporta se atreva a hacer algo así como que un barcelonismo narcotizado y desaparecido se lo permita sin ni siquiera pedir una explicación.
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