Neymar, otra trincada de los amigos de Laporta

Con Neymar ya son tres los geriátricos que el Barça tiene en marcha. Lewandowski, Gundogan y el regresado Neymar. Los tres cobrarán como jovenzuelos lo que será su jubilación. Más en general, los fichajes del Barça, entre exjugadores del City (Guardiola, Ferran Soriano y los jeques árabes que en su nombre quieren quedarse el club cuando no pueda pagar sus deudas), y los representados de la empresa del hijo de Laporta, del tal Zahawi y de Jorge Mendes responden todos a una implacable lógica comisionista, muy alejada de las necesidades técnicas. Hay que añadir a la suculenta lista al recién incorporado André Cury, que ha sido el artífice de la nueva y millonaria incorporación brasileña: Víctor Roque, que va a costar 74 millones de euros: 40 de montante fijo, 21 en bonus, y 13 en tasas e impuestos. Será el segundo traspaso más caro del fútbol brasileño. Neymar estuvo en los 88,4 -que también pagó el Barça- y Endrik en los 72.

No sólo Neymar ha fracasado en el PSG sino que ha insultado al Barça cada vez que se ha interesado por él y vuelve porque no ha encontrado a ningún club que le pague semejante montante. Como los padres que compran un Mercedes y llevan a los hijos a un colegio público, Laporta utilizará su última palanca para pagar su salario antes de haber inscrito a los jugadores que ya tiene. Y además no es ni una palanca, sino un contrato de usura de unos fondos de inversión que han pagado siendo muy conscientes de que 'compran' una cosa que no existe a cambio de exigir condiciones draconianas por el dinero que prestan a un club que no tiene dinero para funcionar en su día a día, pero que en cambio puede comprometer su patrimonio para devolver sus deudas. Los 120 millones que van a 'apalancar' estos fondos a cambio de un porcentaje de una empresa que no es nada y por la que Jaume Roures y Socios.com hicieron ver que pagaban -sin pagarlos- 100 millones de euros es una entelequia que sólo sirve para huir hacia adelante y agrandar la deuda del club y su imposibilidad de devolverla.

De la burbuja sobrevalorada del fútbol da cuenta la anécdota que sucedió la semana pasada en el restaurante Cala Jondal de Ibiza. Acudieron a almorzar, juntos, Militao, Vinicius y Neymar, pero nadie les hizo ningún caso. De hecho, casi nadie advirtió su presencia, porque en la mesa de al lado estaban nada menos que Mick Jagger y Leo DiCaprio. Es una metáfora de todos los tiempos que te creas una estrella y resultes invisible porque hay genios a tu lado que cambiaron el mundo y tú eres no más que un quinqui que chuta y no siempre con suerte. Como le dice Brad Pitt precisamente a DiCaprio en 'Érase una vez Hollywood', la última de Tarantino: «Te he dicho mil veces que no llores delante de los mexicanos».