Todo irá bien
Laporta contra Laporta
Con el club en bancarrota y sin proyecto deportivo, Laporta se asoma a demasiados fantasmas como para que no le acabe devorando ninguno
Ahora estamos discutiendo el precio
El Madrid entierra al Barça sin hacer sangre
![Laporta, en el Santiago Bernabéu](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/04/23/laporta-RtSMjB08xmYI5rgbQYtj6AJ-350x624@diario_abc.jpg)
Una de las características de la primera presidencia de Laporta fue que el Barça cambió la queja por la victoria. Un club que hasta su llegada -salvo en los paréntesis de Cruyff entrenador y jugador- había vivido instalado en los tonos deprimentes del victimismo ... se iluminó con la sonrisa encantadora de Laporta, su seguridad en la victoria y su principal aportación fue que los éxitos y los motivos por los que se produjeron ahuyentaron la queja y trajeron la confianza y orgullo. Él mismo lo bautizó como «el círculo virtuoso».
Con la esperpéntica comparecencia de ayer, pidiendo la repetición del clásico por un supuesto gol fantasma, Laporta regresaba a las tinieblas de las que rescató al club hace algo más de veinte años. La cobardía de escudarse en la culpa ajena desmentía al Jan valiente que confío en entrenadores desconocidos como Rijkaard y Pep, que ganó dos Champions y que propició la era más victoriosa de la historia del club.
Su aspecto muy desmejorado, la catastrófica gestión económica y deportiva y los improperios para distraer la atención de sus fracasos -con la vergonzosa complicidad de la prensa catalana, que le hizo seguidismo en lugar de exigirle las más elementales responsabilidades por una temporada desastrosa y por el clamoroso despilfarro en fichajes como el de Vítor Roque- le convierten hoy en un presidente devastado, y al que el Jan de 2003 habría combatido y vencido en nombre de un futuro prometedor y posible si se hacen las cosas bien.
Con el club en bancarrota, su salud a punto de colapsar y sin proyecto deportivo, y una gestión opaca y bajo sospecha, Laporta se asoma a demasiados fantasmas como para que no le acabe devorando ninguno.
Ante la inminente quiebra e inevitable venta del club, algunos de los grandes empresarios catalanes han sido sondeados por grupos opositores a Laporta para preparar una opción de compra y evitar de este modo que el Barça caiga en manos de un jeque árabe, que es lo que hoy parece más beneficioso para los intereses del presidente, y por lo tanto lo más probable. La respuesta unánime de todos y cada uno de los empresarios consultados es que no estaban dispuestos a meterse en semejante lío y que si el Barça acababa siendo un club árabe era porque sus socios lo habían permitido. La mezcla de una burguesía que no existe, porque se desentiende de los problemas en lugar de liderar las soluciones, y de la desesperanza que Laporta ha creado alrededor del club da una idea de lo insondable de la degradación de la sociedad catalana.
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