Esto es lo que hay
El Barça reinventa la esclavitud
«Ni el enredo a las empresas españolas ni las consecuencias de trabajar con una empresa que no está acostumbrada a los usos del mundo libre va a salirle gratis a Laporta»
Un problema fundamental en el Barcelona
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La constructora turca Limak es tan consciente del desprestigio de su marca en Europa que están pagando entre 15 y 20.000 € mensuales a una de las mejores consultoras de Europa para que limpie su imagen en España. A tal efecto Llorente y ... Cuenca había aprovechado el parón liguero para montar un fastuoso pesebre con los egregios representantes de este estado de suspensión mental al que llamamos prensa deportiva catalana, a los que invitó a Turquía para que conocieran las excelencias de la casa madre de Limak así como del entretenimiento que aquel país ofrece.
Paralelamente Elena Fort, vicepresidenta institucional y portavoz del Barça, había organizado hasta tres sesiones informativas sobre lo bien que iban las obras del Camp Nou -«vamos un mes por delante de lo previsto»- pero la última sesión, prevista para el lunes próximo, ha sido cancelada a la luz del revelador reportaje de El Periódico acreditando las condiciones de esclavitud -y no es una metáfora- en las que trabajan los operarios del nuevo estadio.
Según lo demostrado por El Periódico, y reconocido por Limak y por el Barça, el club de los valores pagaba hasta ser descubierto 4,5 euros la hora por jornadas interminables y sin remunerar las horas extras, abusando de la pobreza de estas personas, a los que captaban -como en tiempos de la esclavitud- en países destruidos como Rumanía o Bulgaria.
Tanto Laporta como sus turcos se han escudado en la ignorancia y en la subcontratación, como si por ello fueran menos responsables de lo que en su nombre se hace. Los bajos precios con los que Limak se presentó al concurso para hacerse con la obra tienen su envés en estas condiciones infrahumanas, que no hace falta ser un genio -ni siquiera un inspector laboral- para imaginar que se estarían dando teniendo en cuenta los presupuestos de la empresa turca y lo que es costumbre en su país.
Tras la polémica adjudicación de la obra del estadio, la vicepresidenta Fort dijo: «nos hemos petado al Ibex 35», en otra demostración del grado de neutralidad y transparencia de la junta directiva en el concurso. Para ello, Laporta y los suyos tuvieron la misma falta de escrúpulos que Limak en el trato con sus trabajadores. Ni el enredo a las empresas españolas ni las consecuencias de trabajar con una empresa que no está acostumbrada a los usos del mundo libre va a salirle gratis a Laporta. Ni siquiera la prensa deportiva catalana puede hacer ver que no ve el regreso del esclavaje por mucho que la compres con excursiones a la danza del vientre.
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