La Real más práctica toma ventaja ante el Midtjylland

Hasta siete cambios introdujo Imanol en el once, entre ellos la apuesta por el casi debutante Jon Balda. Una arriesgada modificación que se vio obligado a rectificar a los 23 minutos, tras la amarilla mostrada al canterano en los primeros instantes de partido y el riesgo de quedarse con diez, como ya ocurrió en Roma, demasiado pronto.

Entre medias, y a pesar del dominio de un Midtjylland que acumula más de dos meses sin competir en Liga, Brais Méndez recibió un pisotón en el área y no desperdició el regalo de Sorensen para adelantar a los suyos. La Real puso en práctica el ahorro de energía y Marrero tuvo que aparecer para evitar el empate, sobre todo con un excelente vuelo para estropear la impresionante jugada de Osorio.

Recompuesta la defensa, los donostiarras comenzaron a ser capaces de responder a las acometidas del Midtjylland. En una de ellas, Kubo recibió el balón por la izquierda y dibujó un disparo teledirigido a la escuadra, un auténtico golazo. Pero los daneses no desfallecieron y antes del descanso encontraron premio a su insistencia con el tanto de Buksa, que traía de cabeza a los centrales, para recortar distancias.

Tras el paso por vestuarios, la entrada de Aguerd, Sergio Gómez y Zubimendi permitió a la Real aparcar el plan A, dejar de estar a merced de los designios de los locales y buscar apagar el empuje danés a través del balón. Sin embargo, el cabezazo de Óskarsson no premió la mejoría realista y el Midtjylland volvió a encerrar a los vascos, en modo supervivencia, en busca del empate.

Superados los peores minutos de agobio, sin conceder grandes ocasiones al contrario que en la primera mitad, conseguía la Real sacudirse y alejar el peligro danés todo lo posible. Oyarzabal, ingresado por el sitio de un gris Óskarsson, se convirtió en el principal argumento para adelantar líneas e, incluso, ampliar su renta. El capitán recibió un regalo inmejorable de la zaga del Midtjylland, pero fue incapaz de definir primero ni de encontrar a un liberado Brais después.

Volvió a la carga el conjunto local, pero ya sin la energía ni la clarividencia anteriores. La Real se adelantó, resistió y venció. Los octavos, a un solo paso.