Estos son los máximos goleadores históricos de los mundiales de fútbol

A este grupo reducido de hombres clave en los Mundiales también pertenecen los protagonistas del gol, el corto e intenso momento de felicidad plena que regala este deporte. Sin más dilación, ABC presenta y enumera a los máximos goleadores de la historia de la Copa del Mundo.

Con 16 goles en 24 partidos, el alemán de origen polaco Miroslav Klose (Opole, 1978) es el máximo goleador de la historia de los Mundiales. En sus cuatro participaciones en el torneo de selecciones por antonomasia (Corea y Japón 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014), el ex de Bayern y Lazio, entre otros, anotó en las cuatro. Asimismo, fue clave en el subcampeonato alemán de 2002, con siete tantos, y en la cuarta Copa del Mundo ganada por los germanos en 2014, donde marcó en las semifinales ante la anfitriona Brasil en el ya icónico 7-1.

Además, con 71 goles, Klose es el máximo goleador de la historia de la selección alemana.

Ronaldo (Río de Janeiro, 1976) es considerado por muchos como el mejor delantero que jamás pisó un . Sus 15 goles en 19 partidos en los Mundiales le convierten en el futbolista con mejor promedio goleador de la historia del torneo (0,79 por partido) que ganó en dos ocasiones. En la primera cita mundialista que participó, en Estados Unidos 1994, un muy joven Fenómeno no jugó ni un minuto en la Brasil que levantó su cuarta Copa del Mundo. Sin embargo, ya en Francia 1998 hizo cuatro goles en el subcampeonato de su selección ante la anfitriona liderada por Zidane.

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Asimismo, su mejor fútbol sacudió la siguiente edición, Corea y Japón 2002, donde vio puerta ocho veces, incluido un doblete a Alemania en la final donde Brasil se convirtió en pentacampeona del mundo. En su última participación mundialista, Alemania 2006, también tuvo un papel destacado con tres tantos en cinco partidos.

El legendario ariete germano Gerd Muller (Nordlingen, 1945) marcó 68 goles para su selección, 14 de ellos en la Copa del Mundo. Jugó dos ediciones y dejó su impronta en ambas: primero, en México 1970, anotó la friolera de 10 tantos en un Mundial en el que Alemania cayó en semifinales ante Italia pese a que el Torpedo Muller hizo un doblete. Sin embargo, su momento de gloría llegó en la final de Múnich (Alemania Federal 1974), cuando el nueve insignia del Bayern batió por bajo a Jongbloed para sellar el triunfo de los suyos frente a la Holanda de Cruyff, la favorita a levantar aquel trofeo.

Quizá el más desconocido de la lista por la antigüedad de sus hazañas, Just Fontaine (Marrakech, 1933; cuando Marruecos era un protectorado francés) ostenta el récord anotador en una edición mundialista, el único que disputó, al marcar 13 goles en Suecia 1958. Francia, eliminada por Brasil, no pasó de semifinales, pero el histórico ariete del Niza y el Stade de Reims, materializó cuatro goles en el partido por el tercer puesto ante Alemania Federal en un partido en el que Francia se impuso 6-3. En ese mismo Mundial debutó otra leyenda, un chico que cambió el mundo del fútbol, Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé.

En esta ilustre clasificación no podía faltar el protagonista absoluto de la historia de los Mundiales, el único futbolista en levantar el trofeo más importante del fútbol de selecciones en tres ocasiones, 'O Rei' Pelé (Três Corações, 1940). El atacante brasileño, que firmó un total de 12 goles en las citas mundialistas, brilló en su debut en Suecia 1958 con un gol ante la anfitriona en la final, dando comienzo así a su supremacía en la Copa del Mundo. El segundo título brasileño fue inminente, en Chile 1962, pero Pelé, que vio puerta en el primer encuentro del Mundial ante México, sufrió una lesión muscular ante Checoeslovaquia en el segundo partido, un contratiempo que le apartó definitivamente del verde para los momentos decisivos del campeonato.

Una nueva lesión le alejó de los focos en Inglaterra 1966 en un torneo aciago para los de verde y amarillo, pero la obra magna del prodigio de Minas Gerais sucedió en México 1970. Con 30 años, el del Santos hizo una Copa del Mundo descomunal que culminó con un testarazo al fondo de la red en la final del Estadio Azteca. Aquel gol abrió el marcador de un duelo que acabó en goleada, 4-1, para delirio de los sudamericanos. Era la tercera Copa del Mundo para Brasil e, inevitablemente, el último destello del ídolo Pelé en los Mundiales.