Fútbol
Busquets baja la persiana a un ciclo
Mundial de Qatar
El azulgrana renuncia a la selección y la deja huérfana de campeones del mundo: «Ha sido un honor representar a mi país y llevarlo a lo más alto»
![Busquets, en su último partido como internacional con España](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2022/12/16/biquewd-R1AVSAHhAoMtlOEyOsZLBzK-1200x840@abc.jpg)
En mitad del Mundial, cuando las perspectivas de éxito aún eran elevadas para España, Sergio Busquets bromeaba diciendo que estaba más tranquilo en casa con sus hijos que en la residencia de la Qatar University, rodeado de tanto crío. Se refería a la convivencia ... durante la concentración, donde el capitán era el más veterano dentro de una de las plantillas más jóvenes del campeonato, con hasta nueve futbolistas por debajo de los 23 años. Aquello, que no dejaba de ser una chanza, tenía un trasfondo. Desde la pasada Eurocopa el mediocentro ya barruntaba la necesidad de dar un paso al lado en la selección. Entonces decidió seguir porque apenas faltaba un año y medio para la siguiente gran cita, ésta de Qatar. Quiso darse una última oportunidad, influido también por la machacona insistencia de Luis Enrique en no perder a uno de sus referentes en el once. Pero superada esa etapa han terminado las dudas. Ayer hacía pública su renuncia al equipo nacional después de 143 partidos y casi quince años al pie del cañón. Se marcha el último campeón del mundo que aún resistía en la selección desde el Mundial de Sudáfrica: «Ha sido un honor representar a mi país y llevarlo a lo más alto», explicaba el centrocampista en una larga nota de despedida en la que se sucedían los agradecimientos (compañeros, entrenadores, seguidores, familia...). Más allá de los títulos, Busquets se marcha orgulloso por su desempeño, «siempre dándolo todo y aportando mi granito de arena para que todo fuera lo mejor posible y que todos sintieran lo importantes que son, ayudando a todos y luchando por un mismo objetivo».
Queda la duda de si Busquets aún habría aguantado un poco más de haber seguido Luis Enrique en el banquillo. No habría sido hasta el próximo Mundial, como pretendía convencerle el anterior seleccionador, pero sí al menos hasta el próximo mes de junio, fecha de la Final Four de la Nations League en los Países Bajos. Hubiera sido una última ocasión para despedirse con un título y no con un penalti fallado en la tanda ante Marruecos como última imagen. Pero sin Luis Enrique, ni siquiera eso tenía sentido. El jugador ha preferido dejar vía libre a Luis de la Fuente para que conforme un equipo a su gusto sin la atadura de contar con él solo durante unos meses, sabiendo que no estaría para la siguiente gran cita, la Euro 2024 en Alemania.
¿Hay sustituto?
Entre las tareas del riojano como nuevo seleccionador queda pendiente, pues, la de encontrar cuanto antes al nuevo líder de la selección en esa doble vertiente que ejercía Busquets dentro y fuera del campo. En la primera, los focos apuntan a Rodri, sustituto natural por más que en el Mundial se le utilizase de central. En el apartado personal, por jerarquía y número de internacionalidades los siguientes del escalafón son Jordi Alba, Koke y Morata. Eso, sin contar con la opción de recuperar a Sergio Ramos. Fuera de esos perfiles no hay nadie con el suficiente ascendente sobre sus compañeros como para llenar ese lugar.
España echará de menos la capacidad de Busquets para mover y marcar el ritmo del equipo. También su carácter ejemplar, silencioso y sin estridencias. Siempre era el primero en acercarse a los nuevos en las concentraciones de Las Rozas, en incorporarlos a las dinámicas del equipo. El bloque compacto formado por los internacionales en esta última época es, en buena medida, culpa suya. Él, que siempre prefirió Sergio a Sergi y huyó de cualquier significación política, echará de menos escuchar el himno nacional abrazado a sus compañeros. Eso, y las partidas interminables de pocha.
Busquets echa el cierre a una década y media de presencia internacional en la que los éxitos del principio dieron paso a una etapa bastante menos productiva. A la selección se incorporó en 2009, con solo veinte años. Apenas llevaba unos meses como futbolista de Primera y tampoco había tenido una presencia destacada en las categorías inferiores, pero su desempeño en aquel Barça de Pep Guardiola, que fue quien le subió al primer equipo, llamó la atención de Vicente del Bosque. El salmantino también cayó rendido a Busquets, que le dedicó una de las frases más celebradas e icónicas sobre su figura: «Si volviera a ser jugador me gustaría parecerme a Busquets». Debutó en el Ali Sami Yen de Estambul en una victoria ante Turquía (1-2) sustituyendo en la segunda mitad a David Silva.
Al Mundial de Sudáfrica llegó ya como titular. La derrota ante Suiza en el debut le convirtió en uno de los señalados por la prensa y los aficionados, pero no por Del Bosque, que siguió confiando en la sociedad que formaba con Xabi Alonso en el mediocentro, una pareja que acabó dando un resultado extraordinario. También fue importante dos años más tarde en la consecución de la Eurocopa 2012. Poco a poco fue ganando presencia en el vestuario, donde ya era uno de los capos en la noche de los cuchillos largos que acabó con la destitución de Julen Lopetegui a pocos días del arranque del Mundial de Rusia. Entonces se posicionó del lado del entrenador vasco, por más que Luis Rubiales acabase sentenciando al seleccionador. El presidente de la RFEF, por cierto, estaba al tanto de la decisión de Busquets, y fue el primero en reaccionar a ella: «En ocasiones el corazón puede restar objetividad a mis palabras: tampoco lo pretendo, Sergio es un jugador que va a trascender generaciones por su inmenso legado». Durante el resto de la jornada se sucedieron los mensajes de cariño y de despedida hacia el capitán, entre ellos algunos destacados de sus antiguos compañeros, como los de Xavi y Casillas. Otros, como los de Morata o Eric García, de aquellos con los que han compartido vestuario con él hasta el último momento.
La renuncia a la selección anticipa también lo que serán sus últimos meses como miembro de la plantilla del Barcelona. En junio acaba contrato, y camino ya de los 35 años, el mediocentro apura su estancia en la élite para afrontar un futuro más plácido en la liga estadounidense.
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