El «cuento» de las expulsiones de «Mou»

Dos expulsados al final del partido, cuando el resultado era 0-4. Dos acciones que escapan a toda lógica salvo la de Mourinho, que quiso que dos de sus jugadores «limpiaran» la tarjeta amarilla que habían recibido durante el encuentro contra el Ajax con una tarjeta roja.

La normativa de la Champions League indica que la acumulación de tres tarjetas amarillas durante la fase de grupos y la eliminatoria de octavos acarrea un partido de sanción. Tanto Xabi Alonso como Sergio Ramos habían visto la cartulina amarilla ante el Ajax, por lo que contaban ya dos este año en la Liga de Campeones y una más, por ejemplo, en el cruce de octavos, les haría perderse un partido decisivo.

Mourinho lo sabía y cuando faltaba un cuarto de hora para el final, comenzó a dar órdenes desde el banquillo. Primero se autoexpulsó Xabi Alonso en el minuto 87 con una evidente pérdida de tiempo al sacar una falta. La tarjeta roja acarreaba un partido de sanción, que cumplirá en el intrascendente choque contra el Auxerre.

El surrealismo de esta acción alcanzó cotas máximas con la segunda expulsión. Dudek acudió a contar la supuesta orden de «Mou» a Iker Casillas y este se la transmitió a Sergio Ramos. El de Camas, que nunca saca de puerta, acudió a su portería para la pertinente pérdida de tiempo y fue expulsado.

El «teatro» continuó en el banquillo, con Mourinho simulando su enfado mientras arrojaba una botella contra el suelo. Y después, en rueda de prensa, completó la función criticando al árbritro. El técnico blanco, en rueda de prensa, tachó de "injustificada" la decisión del árbitro: "Vas ganando 0-3 y 0-4 y no puedes sacar tarjetas. Era un partido fácil de controlar". Aunque, a continuación, Mourinho mostró su carta: "En realidad, no importa, porque para el partido ante el Auxerre ya estamos metidos en siguiente ronda".

El capitán, Iker Casillas, ya lo había apuntado en RTVE : "Había que dar una consigna a un jugador y por suerte ha salido muy bien". En el partido, sin embargo, los jugadores se habían tapado convenientemente la boca para evitar una lectura de labios que les delatara. Ni Xabi Alonso ni Sergio Ramos protestaron sus expulsiones. El lateral incluso dio la mano al árbitro. Solo Mourinho optó por quejarse.