Fútbol
Mendilibar, la venganza del despedido
Destituido en octubre por el Sevilla meses después de ganar la Europa League, el veterano técnico ha revivido al Olympiacos griego, al que ha conducido a la final continental de su historia
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![José Luis Mendilibar, dirigiendo en un partido al Olympiacos](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/05/10/mendi8-R4qbX8Dl4xdjMFUu2LIjY4K-1200x840@diario_abc.jpg)
Dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio, y las trayectorias de José Luis Mendilibar y el Sevilla durante la actual temporada son el mejor ejemplo de ello. Entrenador y club separaron sus caminos el pasado octubre, con los hispalenses rozando ... los puestos de descenso y con el técnico vasco muy cuestionado, pese a que cinco meses atrás había conseguido una gesta inesperada, la conquista de la séptima Europa League de la historia del equipo. Pero Mendilibar siempre fue visto como un parche y no como un líder y la directiva andaluza, cuando tuvo oportunidad, le enseñó la puerta de salida.
Escena incómoda que nada tiene que ver con la que vive actualmente el rudo y transparente entrenador, que, tras vapulear esta semana con el Olympiacos al Aston Villa del también español Unai Emery (6-2 en el global de la eliminatoria), disputará la final de la Conference League el próximo 29 de mayo ante la Fiorentina italiana. Mientras, y pese a la mejoría en las últimas semanas, el Sevilla cerrará una nueva temporada decepcionante, sin opciones de Europa y en tierra de nadie.
Sincero como siempre, Mendilibar incluso dio las gracias al Sevilla por su despido antes del partido que le catapultaría a luchar por el segundo título continental de su carrera. «Agradezco al Sevilla que me despidiera porque si no esto no hubiera pasado», aseguró el de Zaldívar, que saca pecho porque lo que ha hecho en el conjunto griego ya es histórico.
Hace poco más de tres meses, la situación del Olympiacos era más que compleja. Eran cuartos clasificados en liga, a ocho del líder, y ya estaban eliminados en la Copa, aunque sí vivos en la Conference League. Además, la directiva despidió al segundo entrenador del curso, el portugués Carlos Carvalhal que había sustituido en diciembre al gallego Diego Martínez. Y de la nada, apareció Mendilibar con el chándal rojo y blanco enfundado y con una carga de positivismo para sus nuevos pupilos. «Cuando me llaman es porque el equipo está mal. Lo que intento hacer es darles confianza a los jugadores, decirles que son buenos, que se lo crean dentro del terreno de juego. Y a veces sale bien».
Y vaya si salió bien, pues los resultados fueron inmediatos. En sus primeras semanas llevó al Olympiacos a imponerse al Ferencvaros húngaro, victoria que les permitió avanzar a las eliminatorias continentales, para poco después tumbar al líder de la liga griega, el PAOK, por 1 a 4. Pero la noche en la que se confirmó el buen hacer de Mendilibar fue el pasado 14 de marzo, cuando se enfrentaron a domicilio al Maccabi de Tel-Aviv. Los israelíes se habían impuesto por 1-4 en El Pireo, pero en la vuelta los griegos se desataron y consiguieron el pase a los cuartos de final con un contundente 6-1, prórroga incluida.
Tras un par de curas de humildad en el campeonato local, el equipo encadenó nueve partidos sin conocer la derrota, un camino que le ha llevado a la primera final europea de su historia, un hito para el club más laureado de Atenas, con 99 años de historia, 47 ligas, 28 copas pero sin ningún entorchado internacional en sus apretadas vitrinas.
Además, depende de sí mismo para ganar un campeonato doméstico que hasta hace no mucho era una quimera: si vence en las tres jornadas que quedan de la fase final al PAOK, Panathinaikos y AEK, los tres rivales que le superan en la tabla, será campeón. Tan mágicas han sido las últimas semanas que incluso la esperadísima final de la Conference se disputará en el OPAP Arena, con capacidad para más de 30.000 espectadores y situado en el corazón de la capital helena. La fiesta puede ser histórica.
Vive el Olympiacos en un cuento de hadas y la respuesta de la directiva ha sido inmediata. Pese a que Mendilibar solo había firmado hasta final de campaña, su contrato ya ha sido extendido hasta verano de 2025. «Estamos más ordenados, sólidos, presionamos todos juntos y tácticamente se ha notado su llegada. Hemos empezado de cero, como si estuviéramos en pretemporada, y las cosas están saliendo bien. Hemos entendido rápidamente su forma de ver el fútbol», destacaba el delantero Álvaro Rodríguez, uno de los tres españoles de la plantilla helena junto a Vicente Iborra y Quini Marín.
Tras meses muy duros en el Sevilla, silbado día sí, día también por el Sánchez-Pizjuán pese a haber ganado la Europa League, renace Mendilibar en el Olympiacos, el hombre que pretende vengarse realizando un milagro.
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