Es fútbol y es femenino
Sheila, Méndez, Eva Navarro y los lloros perdedores del Real Madrid
«El espíritu del Real Madrid F es el de un equipo a sabiendas perdedor, que no hace honor a su historia, ni a los códigos del club, ni, por supuesto, a su escudo»
La tentación de Mariona Caldentey
De repente legendarias

En una reciente ocasión, el directivo responsable del fútbol femenino del FC Barcelona declaraba atónito, a la cadena COPE, lo que le había transmitido ni más ni menos que Ana Rossell, la directora deportiva del Real Madrid, a la hora ... de afrontar los partidos con el Barça: «Nosotras ya venimos lloradas de casa».
Poco más que decir. Un reflejo de la escasa garra y ambición con la que desde los cargos directivos encaran los partidos con el eterno (y superior) rival, de ahí el mediocre discurso del entrenador Toril a sus jugadoras al final del duelo del domingo (0-3). El espíritu del Real Madrid F es el de un equipo a sabiendas perdedor, que no hace honor a su historia, ni a los códigos del club, ni, por supuesto, a su escudo. El equipo madridista tiro una sola vez a portería: exactamente en el minuto 88, en un Di Stefano donde hacían eco los desgarrados gritos de Misa, la aguerrida canaria, intentando reconducir a un equipo muerto que no podía con el rival. La afición madridista ni siquiera se dio por vencida: salió con evidente espíritu perdedor. La más que brillante plantilla blanca bajó los brazos a la vista de la superioridad azulgrana a los poquísimos minutos de juego. ¿Por qué? Bien vale el análisis.
Digamos que a la afición se le motiva con juego, lucha, garra y ambición, no con tanto con banderitas y camisetas en el descanso. Y a las jugadoras, desde luego, con técnica, trabajo, entreno y espíritu de lucha. Pésimo ejemplo el de la directora deportiva, poniéndose la venda antes que la herida. Poco se puede decir en aras de la motivación grupal si la que se supone que es la jefa ha claudicado y da ya el partido por perdido antes de saltar al campo.
Durante la semana, la dirección deportiva del Real Madrid F filtró a la prensa los nombres de las jugadoras que se incorporarán a la disciplina blanca el año que viene: Sheila García, María Méndez y Eva Navarro. A todas ellas se las quiso fichar en etapas anteriores. En el caso de Sheila, se intentó en 2019 y no fue posible porque, según la directora deportiva responsable de la sección, Begoña Sanz, la de Guadalajara «no tenía muy buena valoración». Han debido cambiar las cosas. En aquel momento, Sheila era titular en la selección española. Ahora es uno de los descartes, situándose por detrás de Ona y Oihane en España. Es una jugadora hábil y versátil, y por su polivalencia es buena para cualquier plantilla. Lo que no entiendo es exactamente qué ha cambiado en la valoración de la jugadora de la que, además, Ana Rossell, decía que no tenía pinta de futbolista… Sorprendente.
María Méndez es una central de gran proyección. Pero si Mapi León vuelve a la selección, y viendo que Montse Tomé apuesta por Laia Alexandri, la central asturiana no viene a ser una jugadora determinante, sino una apuesta de futuro. Posiblemente cubra el puesto de Ivana que, a fecha de hoy, está más fuera que dentro, traicionada por la delegada del equipo y pagando los platos rotos de la carta que llevó consigo el cese de David Aznar. No es, ni más ni menos, que otra muestra de equipo con miras cortas donde la responsable del club se plegó a las exigencias de las jugadoras. María Méndez tiene esta semana para dar el ok definitivo a su fichaje.
La misma semana que también tiene como plazo para dar el ok a su fichaje Eva Navarro, con ofertas del Manchester City, de EE.UU. y de México. La de Yecla parece que no quiere abandonar España, a pesar de que la oferta del equipo inglés pinta como un proyecto más sólido, un equipo donde sería bienvenida desde el primer minuto. La relación Eva-Real Madrid tiene enjundia. Es cierto que Eva renunció a firmar por los blancos en 2019, a solo ocho horas de rubricar el contrato, ya con todo preparado. También que el Real Madrid no la quiso en otras dos ocasiones, en 2020, por no aceptar afrontar un posible pago de lo estipulado en la lista de compensación.
En ese momento, Begoña Sanz le trasladó a Ana Rossell su deseo de apostar por la cantera, aunque al final no fue ni una cosa ni la otra. El último amago de cambio fue en 2022, cuando Eva decidió dejar el Levante y la directora deportiva rechazó su incorporación por no tener clara su recuperación tras una lesión del ligamento cruzado anterior y la posterior rotura de la plastia, fichando por el Atlético de Madrid. Allí, poco a poco, ha recuperado el nivel, aunque a fecha de hoy, todavía no es la que era. No es titular indiscutible y además no es fija en las listas de Montse Tomé. Y si va, es suplente de Athenea.
La buena noticia para la afición blanca es que la política de fichajes del Real Madrid parece que ya tiene un plan. ¿Cuál? Fichar a las suplentes de las suplentes de la selección española, ya que es bien sabido que las relaciones entre la directora deportiva del Real Madrid y la RFEF son excelentes. Son tan, tan, tan buenas, «íntegras y seguras» que lo mismo tiene un especial protagonismo en las próximas fechas tras los desagradables hechos acontecidos la semana pasada en la RFEF.
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