Llorente aviva el debate del «9»

Fernando Llorente es una apuesta de Vicente del Bosque. Una alternativa para Fernando Torres y para David Villa, dos jugadores intocables en la selección en los últimos tiempos. Una pieza diferente. Un delantero de los de antes. Un tanque. Un rematador. Una cría de Lezama a imagen y semejanza de otros insignes leones. Un sector de la crítica y de los aficionados no entendieron la aparición del «9» del Athletic porque su perfil chocaba con el de Torres o Villa.

Sin embargo, el seleccionador apostó por él pensado en dar una pequeña pincelada al equipo que fue campeón de Europa en Austria y Suiza. Su primera gran competición llegó en la Copa Confederaciones, el ensayo del Mundial. Su trabajo no fue del agrado del cuerpo técnico y se perdió algunas convocatorias después del fracaso en Sudáfrica. Regresó al equipo Negredo y el delantero del Athletic entró en una pequeña fase de confusión. ¿Un recado? ¿Un toque de atención?

Fue un punto y a parte porque Del Bosque volvió a incluirlo en la lista definitiva para disputar el Mundial. Y tuvo su papel de actor principal. Fue decisivo por un día, lo necesario cuando los partidos son a vida o muerte. Apareció en el partidos de octavos contra Portugal y su aportación fue decisiva para acceder a los cuartos. Por entonces, Llorente ya había cambiado. Había madurado y comprendido su rol en una selección campeona del mundo.

Anoche, el seleccionador le entregó galones de titular ante la ausencia de Fernando Torres por lesión. Y su aparición ha metido en un problema a Del Bosque. Llorente está para ser titular en este equipo. Se ha ganado el billete a pulso. Sacó a España de un engorro con dos goles de un primera clase. De cabeza. A dos servicios de Cazorla y de Sergio Ramos. Dos dianas para abrir un debate en el seno de la selección.

Llorente es ahora mismo una alternativa fiable . Una solución para el equipo porque los rivales lo tienen tan estudiado que su concurso se antoja imprescindible. Los rivales quieren hacer el campo táctico más pequeño para que los centrocampistas no dispongan de espacios cuando tienen que asociarse con los delanteros. Su manera de jugar es la idónea para este tipo de situaciones. Sabe mejor que nadie fijar a los centrales contrarios y oxigena a los compañeros que actúan en la segunda línea de ataque.

Llorente nunca olvidará su paso por el Helmántico. Marcó su primer doblete con la selección (llevaba cuatro tantos) y fue el héroe por un día. Del Bosque lo sustituyó en el minuto setenta y cinco y se llevó el calor del público. Pero Llorente promete más.