El Baúl de los deportes
Aquel llenazo en el Bernabéu, 80.000 espectadores, para ver un Castilla-Bilbao Athletic
Los filiales madridista y vizcaíno fueron los dos mejores equipos de Segunda en la temporada 1983 - 84
Javier Clemente, el culo más famoso del fútbol
![Alineaciones titulares del duelo entre Castilla y Bilbao Athletic en el Bernabéu](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/11/30/ali9neaciones-RT1sxw6Y1ABaph9uaS2FwCO-1200x840@abc.jpg)
Ochotorena, Míchel, Pardeza, Butragueño… frente a Rubén Bilbao, Andrinúa, Pizo Gómez, Julio Salinas… Y en los respectivos banquillos, Amancio e Iríbar. El 3 de diciembre de 1983, el fútbol español de cantera marcó un hito. Los equipos filiales de dos clubes históricos, ... Real Madrid y Athletic, llenaron el estadio Santiago Bernabéu. 80.000 espectadores poblaron las gradas del coliseo blanco para asistir en directo al partido Castilla-Bilbao Athletic correspondiente a la 14ª jornada de Liga de Segunda División.
Así lo contó José Damián González en la información publicada por 'El País' aquel sábado de hace 40 años: «Castilla y Bilbao Athletic quieren ofrecer esta tarde, a partir de las cinco, una bocanada de aire fresco futbolístico. Teóricamente, sólo se trata de un partido que van a disputar los dos primeros equipos de Segunda, si bien existe un pequeño segundo matiz que ha levantado la enorme expectación ante el choque: una gran parte de los protagonistas reúne aptitudes para jugar en Primera. Amancio con su quinta de El Buitre, frente a Iríbar y sus leones, que no cachorros. La jornada puede resultar histórica. Por vez primera en un partido de Segunda y de filiales se van a sobrepasar los 80.000 espectadores, casi un lleno en el Bernabéu».
«Dieciocho puntos, 6 positivos, 30 goles a favor y 11 en contra son los guarismos que presenta el Castilla. Los mismos puntos, dos positivos menos, 23 goles y 15 encajados es el balance del Bilbao Athlétic. Los dos equipos llevan tres puntos de ventaja sobre sus inmediatos seguidores....». En aquella época los triunfos sumaban dos puntos. Además, existían los positivos y los negativos: empate y derrota en casa penalizaba con -1 y -2 respectivamente; empate y victoria fuera, +1 y +2.
«El interés por el encuentro de los peques radica en la ilusión de presenciar un auténtico espectáculo de fútbol –prosigue la previa- José Ángel Iríbar es el preparador de los jóvenes bilbaínos. Se nota la mano del que ha sido mejor guardameta internacional junto con Ricardo Zamora. Pero Iríbar sigue en su tradicional línea de humildad. «Estamos recogiendo ahora los frutos de la inversión de Lezama». Y la mentalidad de un hombre joven, al que muchos llaman «resabiado y fantasma» Javier Clemente (entonces entrenador del primer equipo)… Y el trabajo en equipo«. Los planteamientos de los distintos conjuntos que controlamos, en la categoría en que se encuentren, se realizan de acuerdo a una línea trazada en equipo. Se trata de adquirir una personalidad propia, definida. Creo que se está consiguiendo. Y lo más importante es que el futuro inmediato parece asegurado. El Athletic no va a tener problemas de plantilla. Los chavales responden». Chavales como Murúa, Andrinúa, Rubén, Patxi y Julio Salinas, Pizo Gómez o Bolaños, que ya han debutado en Primera y que van a saltar al Bernabéu 72 horas después de ganar en el Camp Nou».
Supercopa con bronca
Y es que el miércoles 30 de noviembre, el Barça, ganador de la Copa del Rey 1983, se adjudicó la Supercopa de España ante el Athletic, campeón de Liga 1982-83. Los azulgrana vencieron 1- 3 en el partido de ida disputado en San Mamés, y perdieron en el de vuelta (0-1). Fueron derrotados por un conjunto vasco plagado de jóvenes del filial, y eso no sentó demasiado bien a buena parte de los espectadores que acudieron al Camp Nou. De ahí que abroncaran a los suyos cuando recogieron el trofeo recién conseguido.
Tras visitar el Camp Nou, las promesas rojiblancas acudieron al Santiago Bernabéu con su equipo habitual, el filial bilbaíno. Allí les esperaba otro grupo de futuras estrellas del balompié nacional comandado por los integrantes de la famosa 'Quinta del Buite': «Del Castilla de Amancio prácticamente se han agotado ya los elogios. El propio Iríbar se confiesa admirador del filial madridista: «Le he visto algún partido y de verdad que me ha impresionado. Sobre todo su centro del campo, fortísimo y de gran calidad, y su línea de ataque»... Ese centro del campo, esa línea maginot castillista la forman, a saber, Sanchís, Martín Vázquez, aunque no estarán hoy por pasar ya al primer equipo, y Míchel. Los lanzadores del El Buitre, Butragueño, y del ratón eléctrico, Pardeza. «Además», concreta Iríbar, «los dirige mi buen amigo Amaro, un diablo como jugador por el que siempre sentí especial admiración». El diablo Amancio ha logrado aunar uno de los equipos con mayor futuro de los últimos años del Castilla, incluido aquel impresionante que llegó a la final de la Copa del Rey. Es líder y ya ha eliminado en la Copa a un primera, el Betis».
La afluencia de público fue tal que algunas cabinas de prensa se habilitaron para los numerosos espectadores que se agolpaban en los pasillos
«El fútbol del Castilla, vibrante y de calidad, ya ha llevado al Bernabéu esta temporada a 60.000 aficionados en el partido con el Atlético Madrileño, y una recaudación de 4.800.000 pesetas (29.000 euros) esa tarde. Con el Betis se recaudaron 2.800.000 (17.000€), y con el Deportivo de La Coruña, 2.100.000 (12.600€). Hoy se van a superar todas las previsiones. En el club se han recibido peticiones de peñas blancas desde fuera de Madrid. 800 (5€) y 500 pesetas (3€) cuestan las entradas para el público, y 400 (2,4€) los socios en la tribuna de preferencia», concluye 'El País'.
La expectación y la consiguiente afluencia de público fueron tales que, según se lee en 'El Mundo Deportivo', «incluso algunas cabinas de prensa hubieron de habilitarse para los numerosos espectadores que se agolpaban en el pasillo. El espectacular Castilla de Amancio se está metiendo en el bolsillo a la afición blanca».
La crónica de ABC que firma Ventura Gil de la Vega refleja lo sucedido sobre la hierba aquella fría tarde de diciembre y resume lo vivido durante toda la temporada en una Segunda que suscitó gran pasión y enorme interés: «Tan increíble como cierto. El gran coliseo del Bernabéu, gloria de tantas tardes de magia, se llenó en un partido de Segunda División. El público, cansado de sus profesionales, intuyó en masa la esperanza de un fútbol nuevo, el de esos chicos que se matan por un balón. La gente lo pasó estupendo y vio el triunfo del Castilla por 1-0 sobre el Bilbao Athletic. Una tarde de lujo».
«Por simples detalles del juego, la expectación quedó justificada. Era encuentro entre líderes y a la capacidad ofensiva de los filiales madridistas se unió el triunfo reciente que los cachorros vascos sobre el supermillonario Barcelona en su Camp Nou. Detalles, decía, de cierta calidad en las hechuras de estos chicos que aún no sienten el peso del dinero y que juegan al fútbol y no a los despropósitos e intereses de Primera División».
«Pardeza, un rubiales en la complicada zona del extremo zurdo, es tan rápido como Gento… Butragueño, delantero goleador, es ya el futuro recambio de Santillana y aventaja a este en el juego con los pies»
Crínica ABC (4-12-1983)
«Faltaban Sanchís, Martín Vázquez y Pachi Salinas, reclamados por Real Madrid y Athletic para sus encuentros de hoy. Sentí no ver a Martín Vázquez, que suele jugar canela, con el estilo ya olvidado de Luis Suárez. Pero estas tres ausencias, aunque importantes, no empañaron los destellos de algunos otros. Pardeza, un rubiales en la complicada zona del extremo zurdo, es tan rápido como Gento y tiene técnica en su toque de balón; naturalmente, como todos los artistas del balón, termina molido de patadas en la espinilla. Butragueño, delantero goleador, es ya el futuro recambio de Santillana y aventaja a éste en el juego con los pies. El suplente habitual Blanco Vilá, centrocampista, lo hizo formidable ayer, con visión de la jugada para una rápida construcción de ofensiva. Y los defensas, todos, son correosos y ordenados para una buena nota general».
Athletic y Castilla, campeones de Liga
«El Bilbao Athletic es, también, un buen molde de futuro. Vino a empatar pero apuntó buenas cosas, aunque aisladas. Excelente en medio campo, con la lección aprendida. Un cabezazo, con estilo, de su delantero Arrien fue repelido por el larguero cuando el marcador estaba a cero. Tras el gol de Butragueño se quedó con diez jugadores por expulsión justa de Bolaños; la peor entrada que haya hecho alguna vez Goicoechea sería de hermanas de la caridad comparada con la que hizo este mozalbete al escurridizo Pardeza. ¡Qué bárbaro!».
«La gente se puso en pie varias veces, obligada por la velocidad de las acciones y por la prontitud en los remates. Juega muy bien el Castilla, dicho sea en honor de Amancio, el 'gallego sabio' que ahora dirige a los muchachos. Como había más ganas de ver fútbol nuevo que de expresar la pasión local, el público aplaudió también alguna acción de los bilbaínos, como una estupenda del medio Aspiazu para regatear a cuatro castillistas o como el remate impecable ya relatado de Arrien al larguero. Buena nota, pues, para el entrenador Iríbar, puntal en la formación de unos valores para un equipo mayor que ahora es el campeón».
En efecto, el campeón de Liga 1982-83 había sido el Athletic de Bilbao… y volvió a serlo, Revalidó el título en la Primera División 1983-84. El equipo vizcaíno sumó 49 puntos, los mismos que el segundo, el Real Madrid, y recogió de nuevo el trofeo gracias a su mejor coeficiente goleador. Curiosamente, en Segunda ocurrió igual, pero al revés: Castilla y Bilbao Athletic acabaron en lo más alto de la clasificación empatados a 50 puntos, y el coeficiente favoreció en este caso a los madrileños, que se proclamaron campeones.
Dada su condición de equipos filiales, Castilla y Bilbao Athletic no pudieron ascender a Primera. Lo hicieron Hércules (3º), Racing (4º) y Elche (5º). En aquel inolvidable curso de Segunda participaron también los filiales de los otros dos grandes clubes españoles: Barcelona Atlético y Atlético Madrileño. Fueron 7º y 14º respectivamente al finalizar el campeonato, pero ese año la presencia de tantas jóvenes promesas del fútbol nacional hizo crecer sobremanera el atractivo de la división de plata.
Salinas y Butragueño, goleadores
Julio Salinas fue el máximo goleador de la categoría. Firmó 23 tantos, dos más que Butragueño. Ambos delanteros se convertirían en históricos del fútbol español y son el perfecto reflejo de lo que significaron aquellos excelentes conjuntos filiales de las canteras bilbaína y madridista.
Así, la plantilla completa de futbolistas inscritos por el Castilla 1983-84 fue la siguiente: Ochotorena, Serna, Elola, Francis, Sanchís, José Manuel, Pérez Durán, Martos, Juanito, Míchel, Martín González, Blanco Vila, Blanco, Bolós, Sánchez Candil, Martín Vázquez, Mel, Pardeza, Ortiz, Cholo, Butragueño, De las Heras, López Ufarte y Juliá. De ellos, 17 llegaron a jugar en Primera y 11 fueron internacionales (en alguna o varias categorías).
Los integrantes del Bilbao Athletic 1983-84 fueron: Iru, Azkune, Murúa, Rubén Bilbao, Vivanco, González Etxebarria, Ayarza, Patxi Salinas, Bolaños, Txirri, Andrinúa, Hernaiz, Tejada, Rementería, Joseba Aguirre, Elgezabal, Bilbo, Luis Fernando, Ayúcar, Eguileor, Pizo Gómez, Aspiazu, Ricardo, Arrien, Julio Salinas, Roberto Martínez, Arteaga, Sarriugarte, Campandegui, Agiriano, Kortajarena y Sarabia. 24 jugaron en Primera y 10 vistieron la camiseta de España (en alguna o varias categorías).
Como homenaje a los canteranos y a todos los que trabajaban y trabajan en la base, este mini editorial que, bajo el título «Lección para los grandes», publicó ABC hace 40 años tras aquel inolvidable partido del Bernabéu: «Que dos equipos se dediquen en estas calendas a recordar el fútbol de años menos crematísticos, con acciones de furia que recuerdan a Di Stéfano, Puskas y Gento, o a Zarra, Panizo y Gaínza, no puede pasar Inadvertido. La gente que ama el fútbol tenía la esperanza de ver otra cosa en este Castilla-Bilbao Athletic, vivero de un futuro a corto plazo. Se cumplió el pronóstico y los espectadores aplaudieron a rabiar ante la escasez de interés y el habitual aburrimiento de otros partidos de Primera, con acciones de fútbol auténtico, de profundidad, de desmarque, de inspiración. Vibraron los graderíos del estadio como fenómeno que se iba perdiendo en la rutina del fútbol mercantilizado de la división mayor, toda una lección para jugadores más afamados que trabajan la mitad y se limitan a defender, en algunos casos, la renta de un empate sin goles para cobrar un premio extra».
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