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Fútbol

Laporta se atrinchera en el victimismo y el antimadridismo

Caso negreira

El presidente del Barcelona comparece dos meses después de estallar el caso Negreira, pero sigue sin explicar mucho. Insiste en que el club no ha cometido delito y que todo se trata de una campaña orquestada para desprestigiarlo

Laporta se burla de todos

Laporta: «Que el Madrid diga que se sienta perjudicado es un ejercicio de cinismo sin precedentes»

Laporta, durante su comparecencia ante la prensa EFE
Sergi Font

Sergi Font

Barcelona

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Dos meses después de explotar el caso Negreira, Joan Laporta compareció ante los medios para dar sus prometidas explicaciones. Aunque destinó dos horas para hacerlo y escenificó su comparecencia con aparatosa documentación, no resolvió dudas. Insistió en que el Barcelona no cometió delito de corrupción deportiva ni trató de influir en decisiones de los colegiados, aseguró que los acuerdos con el exvicepresidente del colectivo arbitral fueron transparentes y a precio de mercado (7,1 millones de euros) y que, si finalmente la Justicia determinara que hubo algún comportamiento irregular, el club sería víctima del mismo y no culpable. Añadió que todas las acusaciones recibidas se basan en hipótesis falsas y malintencionadas para dañar la reputación de la sociedad y lanzó balones fuera con ataques duros contra el Real Madrid, LaLiga de Tebas y el anticatalanismo.

Arropado por su guardia pretoriana y la mayoría de su directiva, el presidente dio su versión durante dos horas, con discurso inicial incluido, ante 70 medios de comunicación acreditados, con retransmisiones en directo, y 110 periodistas presentes. Respondió a 34 preguntas, ninguna de parte de ABC, a quien no se le concedió turno. Lejos de despejar incógnitas, Laporta se amparó en el curso legal de la demanda interpuesta para exigir el derecho a a la presunción de inocencia, al tiempo que aseguraba que no se encontrarían pruebas de que el club hubiera intentado lograr beneficios arbitrales. Solo concedió que si tuviera que volver a firmar un acuerdo con un vicepresidente de los árbitros, algo que no ve incompatible por el cargo, sí lo pondría en manos del compliance del club para que lo examinara antes.

«Nos han condenado antes de juzgarnos. Las acusaciones se deben probar ante un tribunal de justicia. El Barça ha sido condenado y linchado sin juicio», lamentó el presidente antes de atrincherarse en el victimismo y lanzar una cortina de humo denunciando una mano negra contra el club azulgrana para desestabilizarlo institucional y deportivamente. «El barcelonismo está sufriendo una gigantesca campaña de desprestigio reputacional. Tenemos detractores que buscan erosionar nuestro prestigio, por envidia o por cuestiones extradeportivas, que nos quieren hacer pagar que somos más que un club. Estamos asistiendo a un juicio salomónico en el que, por diversas razones, prefieren quedarse al niño muerto si con eso nos perjudican», acusó antes de remarcar que «es el ataque más feroz que sufre la entidad en toda su historia».

Ataque a Tebas y al Real Madrid

Repartió bofetadas Laporta entre sus enemigos. El Real Madrid, Javier Tebas o algunos poderes fácticos enemistados con el catalanismo fueron algunos de sus objetivos, aunque sus palabras contra Florentino y el club blanco se podrían considerar como uno de los ataques más descarnados de los últimos tiempos para condenar su postura de personarse en la causa. «Se ha considerado el equipo del régimen y siempre se ha visto beneficiado por las decisiones arbitrales. Durante 70 años, las personas que designaban a los que tenían que impartir justicia en el terreno de juego eran exsocios, exjugadores o exdirectivos del Real Madrid. Este juicio servirá para desenmascararlos. Es un ejercicio de cinismo sin precedentes», soltó Laporta, que reconoció que institucionalmente «las relaciones están tocadas».

El presidente posó junto a las cuatro cajas con los 629 informes arbitrales redactados por Javier Enríquez Romero («siempre fue nuestro principal prestador de servicios») y los 43 CD's que el club ha logrado recabar porque «cada cinco años se eliminan documentos». Contentó al socio más visceral con su defensa, aunque dejó más incógnitas que respuestas. Laporta no supo explicar por qué el Barcelona pasó a pagar al hijo de Negreira a través de una empresa del exdirectivo Josep Contreras, que se habría llevado una comisión del club por ello.

Tampoco por qué cuadruplicó los pagos a Negreira durante su mandato. «Esto es porque hubo más informes, más partidos de más competiciones», apuntó, justificando que se pagó en función del precio de mercado. Tampoco supo explicar a quién iban dirigidos los informes y por qué, si eran tan públicos, se transmitían siempre de manera confidencial.

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