ESBOZOS Y RASGUÑOS
Ir de modernos
Que alguien del Nápoles le diga al que lleva las redes: no pongas tus sucias manos sobre nuestro Mozart
El gesto (25/09/2023)
Aspersores a media tarde (20/09/2023)
![Ir de modernos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/09/28/osimhen-U6038317349IRB-U60304212353McD-350x624@abc.jpg)
Hablemos de una de las peores lacras del fútbol actual: los equipos yendo de modernos. Se trata de un fenómeno cada vez más habitual. Algún vendedor de aceite de serpiente bajo el disfraz de consultor se les acerca y les dice que hay que ... empezar a modernizarse. Que en pleno siglo XXI (la frase más manida posible) no se puede ir así por la vida. Que es necesario buscar nuevos caladeros para atraer al público más joven, el que está en TikTok y supuestamente no tiene capacidad de atención para aguantar un partido entero. Así que empiezan primero por reciclar su armario, como en toda crisis de los 40: uniforme nuevo, colores estridentes jamás vistos y camisetas estrafalarias. Luego ya llegan los pequeños retoques estéticos: un poquito de bótox para tapar las grietas del estadio, algo de tinte para quitar las canas al viejo escudo hasta volverlo irreconocible y buscar un entrenador joven de los que no dan problemas y llevan traje con zapatillas blancas. La puntilla ya llega cuando deciden dar las llaves de todas sus cuentas oficiales en redes sociales a un community manager graciosete y comunicarse con el mundo a través de gifs, memes con gatos y emojis. Y de ahí, claro, ya no se sale.
Que se lo cuenten al próximo rival en Champions del Real Madrid: el Nápoles. Un club con historia, serio, que el pasado verano volvió a ganar un Scudetto tras soportar 33 años de espera y de dictadura de su eterno rival, la Juventus. Además cuando nadie se lo esperaba, justo tras deshacerse de todas sus estrellas: Insigne, Mertens, Koulibaly y Fabián. Sin embargo, un georgiano desgarbado con las medias caídas y apellido impronunciable acompañado de un nueve nigeriano capaz de partirse la cara por su club en el sentido más literal de la expresión consiguieron lo nunca visto: ganar el Scudetto y llegar a semifinales de Champions. Una temporada mágica.
Pero toda gloria es efímera. Este fin de semana, en plena crisis de resultados y con entrenador nuevo, el goleador nigeriano, Victor Osimhen, pidió tirar un penalti que terminó lanzando fuera. El community manager, ni corto ni perezoso, decidió subir un vídeo a la cuenta de TikTok del Nápoles mofándose del fallo del jugador en una pasmosa falta de elegancia, tacto y, sobre todo, gracia. Lo terminaron borrando. Pero, claro, ya había empezado a arder Troya (o Nápoles, más inflamable todavía). El jugador ahora quiere denunciar al club, dice que se siente muy dolido, que lo pusieron al pie de los caballos y ni quiere jugar el martes contra el Real Madrid.
Hace unos años, Yaya Touré casi se marcha del Manchester City porque desde la cuenta de Twitter del club no le habían felicitado por su cumpleaños. No dejo de pensar en el cirio que habría montado el bueno de Yaya de haber sido objeto de burla en TikTok como Osimhen. Que alguien del Nápoles le diga al que lleva las redes: no pongas tus sucias manos sobre nuestro Mozart.
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