El Baúl de los deportes
Lo de «ganar sin bajarse del autobús», ¿un invento de la prensa madridista?
Helenio Herrera, polémico entrenador del Barça, dio versiones contradictorias sobre la famosa frase que se le atribuyó en febrero de 1959
La pedrada que tumbó a un árbitro y escandalizó al fútbol español
![Helenio Herrera junto a Alfredo Di Stéfano](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/02/14/heleniodidi-RielbiA15Alc8gPvmchOScK-1200x840@abc.jpg)
Como buen 'mago' (su apodo), Helenio Herrera Gavilán trucaba hasta la fecha de nacimiento. Oficialmente vino al mundo el 10 de abril de 1910 en Buenos Aires (Argentina), pero existen dudas razonables sobre el año que figura en los diferentes pasaportes que utilizó a ... lo largo de su viajera vida. La incuestionable verdad es el lugar que ocupa HH en el Olimpo del fútbol mundial, fruto de una enorme personalidad y del brillante palmarés como uno de los grandes entrenadores en la historia de este deporte.
Como futbolista jugó en Marruecos y en diferentes equipos de Francia, donde se proclamó campeón de Copa (1942) vistiendo la camiseta del Red Star. Dos años después comenzó su larga y exitosa carrera en los banquillos. Tras formar parte del cuerpo técnico de la selección francesa, en 1948 cruzó los Pirineos y encadenó la dirección de varios clubes de la Península Ibérica: Real Valladolid (1948-1949), Atlético de Madrid (1949-1953), C.D. Málaga (1953), Deportivo de La Coruña (1953), Sevilla F.C. (1953-1957), Os Belenenses (1957-1958) y F. C. Barcelona (1958-1960).
Ganó cuatro Ligas, dos con el Atlético (1949-50 y 50-51) y otras tantas con el Barça (1958-59 y 59-60), una Copa de Ferias (1958) y una Copa de España (1959). Esos éxitos y su peculiar forma de ser y de estar le convirtieron en un personaje muy popular, querido u odiado en función de los colores de quienes escuchaban o leían sus andanzas y opiniones.
«No he formulado esas declaraciones y pienso llegar hasta donde el derecho me asista para lograr una rectificación. Yo siento admiración y respeto por el Betis »
Helenio Herrera
En una época donde la relación entre informadores deportivos y actores del fútbol era muy cercana, directa y casi diaria, las páginas de los periódicos están impresas con la natural espontaneidad de los protagonistas directos de la actualidad. Y si alguien iba sobrado de soltura era HH.
Hace 65 años, 15 de febrero de 1959, el Barça llegaba al estadio Santiago Bernabéu como líder de la Liga. Sumaba 36 puntos, uno más que el Real Madrid. El Clásico era el partido estrella de la 22ª jornada del calendario, en una temporada donde ambos equipos acumulaban sendas plantillas de lujo. Una doble nómina de leyendas inolvidables que vistieron las zamarras blanca y azulgrana: Di Stéfano, Kopa, Puskas, Gento, Rial; Kubala, Luis Suárez, Ramallets, Czibor, Evaristo…
Escándalo en Sevilla
Ganó el Madrid (1-0), y los primeros párrafos de la crónica de ABC permiten atisbar los modos y maneras con los que Helenio Herrera solía manejarse antes, durante y después de los encuentros: «El partido del año, el sensacional encuentro que durante cuarenta y ocho horas constituyó el punto de mira de millones de aficionados al fútbol españoles y extranjeros ha terminado con la victoria, prevista, del Real Madrid. Mínima, estrechísima, pero justa y merecida. Sin jugar un gran partido, el Real Madrid pisó el césped en lo que es: en campeón. Su adversario, pese a las fanfarronadas del técnico que lo prepara, planteó el juego y actuó en cuadro que se considera inferior y cifra toda su esperanza en resistir y sorprender. Creemos que el presuntuoso Sr. Herrera cometió una equivocación garrafal al proyectar un partido de estricto marcaje, de contrarresto y algarada».
Semejante alarde provocó un considerable escándalo en la capital andaluza. Tal fue la repercusión, que apenas cuatro días después el propio Helenio Herrera desmintió con rotundidad esas palabras: «Esto lo han hecho correr los enemigos del Barcelona. Es una fase de la lucha entre el Madrid y el Barcelona. El Madrid se jugaba el título en el partido del pasado domingo. Si me entero quiénes han sido, pienso querellarme contra ellos». Quiso arreglarlo diciendo que consideraba el partido con el Betis el más difícil de los que le quedaban al Barcelona y recordando que en el club bético tenía muy buenos amigos entre directivos y socios. «Por eso no podía haber dicho tal inconveniencia para aquel equipo, que merece todos mis respetos», argumentó.
Su desmentido fue más contundente aún en el diario deportivo catalán 'El Mundo Deportivo': «No he formulado esas declaraciones y pienso llegar hasta donde el derecho me asista para lograr una rectificación. Yo siento admiración y respeto por el Betis. Nunca he dicho tal cosa, y el que lo diga miente descaradamente, y le ruego que lo haga constar para deshacer una posible falsa situación a que esto pueda dar lugar».
No hubo querella alguna, el asunto siguió dando mucho que hablar y en la prensa de Madrid algunos se tomaron el sonoro desmentido de HH con ironía: «Si las cosas siguen así—y no se ponen peor para los madrileños—, don Helenio, El Profeta, habrá triunfado. Nos explicará su táctica a toro pasado, y esperaremos otro año para volver a caer en los hábiles lazos de su dialéctica. Al tiempo. Mientras tanto, nos parece muy bien su rectificación de declaraciones absurdas… No puede haber dicho eso de ganar al Betis sin bajarse del autobús. Sería no conocerle…».
«Tenemos que desmentir semejante infundio. No es tolerable que le encajen esas petulancias a un hombre tan discreto y tan lleno de buen sentido en sus argumentaciones… Son ganas de buscarle complicaciones. Porque si dice eso del Betis, ¿qué tendría que decir del partido contra el Celta, peor clasificado? Y en el caso de los gallegos, El Profeta no ha dicho esta boca es mía. Muestra inequívoca de su prudencia… Queremos insistir que ni por un momento hemos creído que el señor Herrera haya dicho lo de ganar al Betis sin apearse del autobús. De eso vale más no hablar y dejarlo ir, como una de tantas frases que se encajan a los personajes célebres. En este caso, don Helenio, que sabe muy bien ocupar puesto fundamental en las victorias de su equipo. Con esa manía que tenemos aquí de revolucionar los auténticos valores del juego. En fin, que no nos creemos eso del Betis…».
El autobús del Barça, aporreado en Sevilla
Pero los béticos no se lo tomaron con tanta retranca como en Madrid. «Ya en Sevilla, Helenio Herrera recibe en el hotel Cristina a los periodistas del ABC y del Sevilla, diario local de la tarde, y hace declaraciones muy respetuosas —relata Alfredo Relaño en el libro 'Memorias en blanco y negro'—. Pero que si quieres arroz, Catalina. A la hora del partido, jugado el Domingo de Ramos (22 de marzo de 1959), el ambiente está caldeadísimo. Lleno a reventar, y eso que los precios fueron los mayores de la historia del club (hasta 450 pesetas, 2,5 euros) y tuvo que pagar todo el mundo, porque la fecha fue designada Día de las Instalaciones... Los periódicos de Barcelona y Madrid enviaron a sus primeras figuras...».
«Había optimismo en el Betis. Llevaba doce partidos en casa, con diez victorias, un empate y una derrota. En el Barça va a faltar Evaristo, lesionado de seriedad el domingo anterior, que es el máximo goleador de la Liga. Al llegar al Benito Villamarín, el autobús del Barça es aporreado por seguidores béticos. Los jugadores están echados en sus butacas, como si ninguno quisiera ser el primero en bajar. Helenio Herrera se pone de pie y levanta la voz: '¿Qué pasa, chicos? ¿Os habéis creído de verdad que podéis ganar sin bajaros del autobús?'».
HH se contradice a sí mismo en una entrevista con Televisión Española rescatada por el programa 'Conexión Vintage', en la cual reconoce haber dicho aquella frase e incluso explica por qué lo hizo
Los futbolistas se bajaron del autocar, saltaron al césped y firmaron una victoria rotunda (2-5). «El Barça se retira líder, con 44 puntos, dos más que el Madrid, que ya no podrá alcanzarle. Helenio Herrera disfrutará del título cinco jornadas más tarde, con números récord para la época: 51 puntos y 96 goles marcados frente a 27 encajados. Fue un gran campeonato del Barça, pero de ningún partido quedó tan orgulloso Helenio Herrera como de aquel. Me lo decía muchos años después, en una conversación que mantuvimos en la Plaza Mayor de Madrid –recuerda Relaño–. Y me insistió: 'Yo nunca dije esa frase. Con todas las que dije, esa sin embargo no la dije. Ahora no me importaría reconocerlo si fuera verdad, pero no la dije. ¡Y la que se armó!'».
Sin embargo, HH se contradice a sí mismo en una entrevista con Televisión Española rescatada por el programa 'Conexión Vintage' en el capítulo titulado «Helenio Herrera y el Barcelona», emitido en mayo de 2017. El periodista cita literalmente la famosa frase referida al partido del Betis y pregunta: «¿por qué hacía usted esas declaraciones con las cuales se ganaba mucha popularidad y muchos enemigos?» El genial entrenador argentino, lejos de desmentir que hubiese dicho aquello, asiente varias veces con la cabeza y responde: «Por dos motivos. Era una cosa psicológica. Primero, para los míos, que tenían confianza en mí y al decir yo 'vamos a ganar sin bajar del autobús' se quedaban sorprendidos y decían: 'Helenio no está loco y si él dice eso es que vamos a ganar'. Le daba una confianza terrible a mi equipo. Y los otros se enfadaban, '¡este hijo de…!', como hacen los sevillanos. Después le escribía yo a mi madre y le decía: 'Hoy se han acordado mucho de ti'».
En 1960 Herrera dejó la Liga y puso rumbo a Italia, donde dirigió al Inter, Roma y Rimini. También formó parte de los cuerpos técnicos de las selecciones italiana y española. Finalmente, regresó al Barça, donde cerró su carrera como entrenador (1979-81). Durante esos 21 años ganó dos Copas de Europa (1964 y 65) y otras tantas Intercontinentales (1964 y 65) con el Inter, tres títulos del Calcio (todos con el Inter), una Copa de Italia (Roma) y, como broche profesional, otra Copa de España (Barça, 1981).
Además de tan excepcional reguero triunfal, Helenio Herrera dejó para la historia otra muletilla balompédica universal (también lo explica en 'Conexión Vintage'): «Se juega mejor con diez que con once».
El 9 de noviembre de 1997, El Mago falleció, cómo no, en una ciudad mágica: Venecia.
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