El fútbol no logra acabar con las apuestas ilegales y los amaños
Las autoridades deportivas y gubernamentales acotan los peligros, pero la internacionalización y agentes intermedios hacen imposible reducir a cero el riesgo de trampas o infracciones
Tonali, el traspaso más caro del Calcio, diez meses de suspensión por participar en apuestas
En la trastienda de las casas de apuestas
![Jóvenes, en una casa de apuestas de Alcorcón](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/11/02/apuestas-RrTlZjr6eRlWbisuzjQzaPM-1200x840@abc.jpg)
Tonali, Zaniolo y Fagioli son los tres últimos futbolistas investigados por apostar en su deporte. Unos meses antes llegó la sanción a Ivan Toney, del Brentford y actualmente se vigila también a Lucas Paquetá, del West Ham. Trippier, al llegar a España, ... tuvo que pasarse unos meses sin jugar por una apuesta sobre su propio fichaje. En las categorías inferiores los casos se multiplican. A veces son sólo apuestas, en ocasiones también hay dudas sobre amaños. El goteo de escándalos no es constante, pero sí forma parte de una preocupación concreta, la relación estrecha y, a veces, peligrosa, entre la integridad de la competición y las apuestas, que no dejan de ser algo legal en casi todo el mundo.
«Es un problema cultural ¿cuántos chavales de 20 a 25 años apuestan? casi todos. Y el futbolista no es una persona diferente», explica Francesco Baranca, director de integridad de la Federación Ucraniana. Señala que los futbolistas tienen más riesgos que la media: «Lo dicen los psicólogos, tienen un montón de tiempo libre y mucho espíritu competitivo. Están acostumbrados a la adrenalina y tienen un montón de dinero. Son factores que empujan a la ludopatía».
«No vas a amañar el Nadal-Djokovic, pero en las categorías inferiores se puede. Hay un sector de los propios participantes de estos juegos, sobre todo jóvenes, que caen en estas historias», apunta Juan Lamas, director técnico de Fejar, una asociación de jugadores rehabilitados que articula centros de reinserción. «A nivel de fútbol base es la comidilla, incluso hay peñas en vestuarios, es algo totalmente normalizado», remarca.
Paul Scotney, experto en integridad, es más optimista. Después de años trabajando en la policía, ahora viaja por todo el mundo asesorando federaciones, ligas, países e incluso a la ONU: «Sí, hay muchos jugadores que apuestan, pero la mayoría lo hacen dentro de la ley, en otros deportes».
El riesgo ha crecido en la última década. «Antes podías apostar sólo antes del partido. Ahora cada cinco minutos hay un evento y cuanto más cerca está mayor es la adrenalina y mayor es el problema. Es como ir al casino ¿qué puedes saber de la segunda división femenina de El Salvador? Nada, es como poner una moneda a un color u otro«, explica Baranca.
¿Actúa el fútbol antes de que pase algo? «Hay un montón de iniciativas de integridad, de poner en conocimiento de los futbolistas lo que está prohibido desde el punto de vista de las apuestas. La federación italiana es una de las pioneras en esto. En España hay esfuerzos tanto por parte de la RFEF como de la LFP para educar a los jugadores en qué pueden y no pueden hacer», cuenta Juan Crespo, abogado que forma parte del panel de expertos de integridad de la FIFA.
Restricciones y multas
Recientemente, LaLiga reunió a varios periodistas para dar una muestra de los cursillos de integridad que desarrollan en los vestuarios. Iñaki Arbea, director del área, enfatiza tres campos en los que trabajan: prevención, monitorización y denuncia. Confían en el primero, esas charlas que sirven para explicar a los jugadores que es ilegal apostar en su propia división y aconsejarles que no lo hagan en otras —por ejemplo, en la de sus filiales o, en el caso de los clubes que tienen otras secciones, tampoco en esos deportes— y prevenirles de que sus familiares cercanos no pueden apostar en sus competiciones. La ley también recoge restricciones a directivos, entrenadores, árbitros y personas que puedan beneficiarse de tener información privilegiada.
Recuerdan en esos talleres que las multas pueden llegar hasta 100.000 euros por la Ley del Juego y que los organismos deportivos también tienen modos de quitarles la licencia en el caso que de que se pruebe que han infringido las normas.
Francesco Baranca, que en su momento trabajó con LaLiga, destaca el esfuerzo del campeonato español: «Siempre digo que es seguramente el mejor en la prevención». La educación, siendo importante, no es suficiente: «Yo cuando hablo con un futbolista le digo que amañar es malo y que tiene que estar atento, pero de poco sirve sin control. Les tengo que decir que si pasa algo les voy a perseguir».
«Tonali sabía que no debía hacer lo que estaba haciendo. Para ser justo, es posible que tenga un problema de ludopatía, pero por supuesto que lo sabía«, relata Scotney. Juan Crespo está de acuerdo: »Los jugadores saben que esto no lo pueden hacer. Cuando los pillan no tienen excusa, porque están informados. No les queda más que aceptar la sanción«. La Liga tiene un programa específico que monitoriza las apuestas y está coordinada con las autoridades en la búsqueda de posibles brechas en estos ámbitos.
Crespo también resalta los esfuerzos de otros organismos. «FIFA y sus socios en materia de integridad invierten ingentes recursos en controlar partidos de primera y segunda división, masculinas y femeninas y copas internacionales, copas propias de la FIFA… esto incluye tanto mercados legales de apuestas como grises. Hay varias personas en la FIFA que se dedican únicamente a esto, y además ocupan un tiempo en educar a federaciones y en ocasiones ligas».
Reconoce, eso sí, que las autoridades deportivas están limitadas en la persecución del delito: «El problema es que la justicia deportiva tiene unos límites que la justicia ordinaria no tiene, tanto en recabar la carga de la prueba, en recoger información, en instar a la gente a colaborar…».
Los propios operadores de apuestas explican los recursos utilizados para que existan las menores dudas posibles. «Tenemos barreras que funcionan bien y son garantía contra los amaños, aunque esto no quiere decir que no haya corrupción deportiva. Hay un paraguas legal que existe y funciona, que está a disposición de los tribunales para que puedan intervenir y en su caso sentenciar. Cuando se produce una alteración significativa se produce una alerta y se comunica a la Dirección General de Ordenación del Juego. Se pone en marcha el procedimiento y llega a la policía, que pone en marcha la investigación incluyendo las autorizaciones de los jueces», explica Jorge Hinojosa, director general de Jdigital, la asociación que integra a las casas de apuestas on-line en España.
Hinojosa asegura que en España sale bien en los rankings internacionales. «Somos un país que lo tiene bien estructurado. Habrá que mejorar, seguro, porque se nos escapan cosas, pero España es un país seguro donde los operadores están concienciados».
Todos son conscientes, sin embargo, de que es mucho más complicado que todo eso. No porque la legislación nacional no funcione, sino porque esto es una cuestión internacional y en ese ámbito las opciones de abordar el problema disminuyen. Un informe de 2021 de la ONU señala que en el mundo se dan 1,7 billones de dólares en apuestas ilegales al año.
Legislaciones desiguales
«Cuando ves la cifra es una barbaridad. Hay países más permeables que otros a la corrupción por sus legislaciones o sus estructuras de control. Ante eso lo único que podemos hacer es tener una mayor coordinación. La policía española participa en Interpol, está en los esquemas internacionales contra el fraude. Tenemos que internacionalizar los conflictos», cuenta Jorge Hinojosa. Jdigital, la organización que dirige, está incluída en IBIA, una asociación que agrupa casas de apuestas de distintos países y vigila estas cuestiones.
«Cada país hace lo que quiere, y va a costar años resolverlo, porque no existe ningún organismo que pueda obligar a un estado a hacer lo correcto. Lo más cercano es la ONU, yo trabajo con ellos, pueden hacer presión para que regulen, pero te encuentras países como Filipinas donde los operadores son bienvenidos. Dicen que los van a regular, pero no lo hacen, porque consiguen mucho dinero gracias a ellos», cuenta Scotney.
No es fácil el control, en España entre 2019 y 2020 se cerraron 376 casas de apuestas on-line ilegales. Es bastante sencillo apostar en una casa no regulada desde España y eso hace la persecución del delito más compleja. No es un problema invisible. En la Premier ha habido equipos que han llevado en la camiseta webs que no eran accesibles desde Reino Unido y solo apelaban a consumidores de fuera. En España también hay casos sorprendentes, como el patrocinio de 1xBet al Barcelona, una web que ahora sí tiene licencia en el país, pero cuyos propietarios rusos estaban perseguidos por la interpol.
![Tonali, el pasado 26 de octubre. último partido con el Newcastle antes de su sanción](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/11/02/tonali-U44027102217ojk-624x350@abc.jpg)
Hay mucho dinero en juego. «Clubes como el Brighton o el Brentford tienen dueños relacionados con la industria de las apuestas, muchos clubes tienen patrocinios. Las apuestas y el fútbol tienen que coexistir», explica el expolicía británico Paul Scotney.
Algunas fuentes consultadas para este artículo que no quieren ser nombradas señalan como figuras dudosas en todo este proceso a las empresas que se dedican a recolectar los datos que luego usan las casas de apuestas. Son clave en el negocio y tienen una doble función, por un lado ganan mucho dinero con la venta de esos datos, pero por otro son teóricamente el apoyo que tienen los organismos en cuestiones de integridad. Eso genera controversia.
Baranca ve en esto un conflicto serio: «Sportsradar es el socio de integridad de la UEFA. La misma compañía que manda chavales para recoger datos y venderlos a las casas de apuestas es la que luego tiene que vigilar los amaños. Es poner a Pablo Escobar a controlar el narco».
Los clubes
Los clubes se empiezan a verse afectados por las consecuencias de las investigaciones. El Newcastle, que pagó 60 millones de euros por Tonali, se encuentra ahora con un jugador sancionado por diez meses. Es, evidentemente, un drama para la planificación deportiva.
Aquí el interés depende de cada club. «Yo trabajaba con el Atalanta, que en el pasado tuvo problemas enormes de apuestas. Tratamos de controlarlo, hablamos con los futbolistas, mirábamos si el futbolista tenía pasado de amaños antes de ficharlo. Pero eso es solo un equipo, otro equipo ¿qué hace?», cuenta Baranca.
«Un profesor de derecho mercantil me dijo que si tú haces negocio con una empresa que va a concurso de acreedores y no cobras lo que te deben es tu problema por no vigilar con quién haces negocios. Lo siento por ser tan franco, pero tienes que hacer esa labor, que es muy complicada, y por eso cada vez se profesionaliza más. Este tipo de problemas empujan a los equipos a ir con más cuidado, hacer diligencia debida en los jugadores a los que quieren fichar, mirar no solo deportivamente sino también el comportamiento», enfatiza Juan Crespo.
Baranca también cree fundamental ese trabajo previo: «Yo haría firmar un código ético muy duro, que obligue a mostrar el teléfono si lo pide el club y con cláusulas para rescindir contratos. También es algo a mirar cuando haces un traspaso. Yo creo que ahora van a tener más cuidado, por el caso de Tonali».
¿Matarán las apuestas al deporte? Es improbable. «Hacemos lo posible para que no haya amaños. No es un problema fácil, pero el deporte sobrevivirá y será más fuerte, porque es una parte tan importante de la sociedad que aprenderemos a hacerlo mejor», zanja Scotney.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete