El Everton recibe una dura sanción y apunta a que el Manchester City de Guardiola será el siguiente

Pánico en el Everton inglés después de que este viernes se conociese una sanción de diez puntos por parte de la Premier League. Los de Liverpool fueron acusados de irregularidades económicas durante la temporada 2021-22 y, ahora, la resolución los ha declarado culpables. El castigo de la pérdida de diez puntos deja muy tocado al equipo, pues pasa de ser decimocuarto a penúltimo en la clasificación. Toca remar.

Desde el pasado marzo, el Everton es investigado por sus cuentas. En dicha campaña finalizó el curso con unas pérdidas de 145 millones de euros, una cifra muy superior a la de 105 millones en tres años que permite la competición. El pasado mes se emitió el veredicto y se contemplaron diversas sanciones, desde la prohibición para fichar hasta una multa económica. Finalmente, la pérdida de puntos ha sido la definitiva.

«El Everton está en shock y decepcionado por la decisión de la comisión de la Premier League. El equipo cree que se ha impuesto una sanción deportiva injusta y claramente desproporcionada. El club ya ha comunicado su intención de apelar la decisión a la Premier League», anunciaron los británicos en un comunicado.

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Ya el año pasado, el Everton coqueteó con el descenso durante todo el curso, salvado en la última jornada tras una agónica victoria ante el Bournemouth (1-0) con un solitario gol de Doucouré. La campaña pasada, con Frank Lampard de entrenador, también se libraron sobre la bocina, en el penúltimo duelo y tras remontar un 0-2 en contra ante el Crystal Palace. Ahora, el más difícil todavía.

No ha pasado desapercibido que en el comunicado de los de Liverpool se asegura que «se seguirá con gran atención» la resolución de casos similares. Un mensaje muy claro hacia el Manchester City, actual campeón de Europa y de Inglaterra y que el año pasado fue acusado por la Premier de 115 irregularidades económicas.

Según la Premier, el equipo incumplió numerosos parámetros durante nueve temporadas consecutivas (de 2001 a 2018), desde blanqueamiento de cuentas hasta falta de información respecto a lo que cobraban sus entrenadores. Como en el caso del Everton, es una comisión independiente de la Premier la que investiga estas brechas, aunque todavía no hay fecha para la resolución.