TODO IRÁ BIEN
Nico Williams, próxima estación del escándalo
«Laporta no tendrá ningún escrúpulo en poner en ondulación la más rebuscada y rocambolesca ingeniería financiera para presentar como un logro lo que no es otra cosa que la constatación de su catastrófica gestión económica y deportiva»
La bandera de la cara
Laporta dice que va a fichar a Nico Williams, cuya cláusula asciende a 58 millones de euros. En el Barcelona dan el acuerdo con el jugador por cerrado y hasta las comisiones por repartidas. Nico está loco por ir, el presidente de la Liga, ... Javier Tebas, ha asegurado que el Barça «está cerca» de poderse hacer con el jugador, al Madrid le conviene que el eterno rival compita con dignidad y los partidos sean emocionantes; y al Athletic no le irán mal los millones.
El fichaje plantea dos problemas. El poco complicado es salvar la cara del presidente del club de San Mamés ante su afición, objetivo lograble con el pago íntegro de la cláusula. El problema relevante, grave y delirante es que el Barcelona no tendría que poder pagar estos 60 millones. Estamos a 16 de julio y aún no sabemos cómo Laporta cerró el 30 del pasado mes el ejercicio de la temporada anterior. Será el tercer año con más gastos que ingresos y con la frustrada salida de Barça Media irán a pérdidas los 400 millones que el presidente se apuntó de valoración para las cuentas de la temporada 2022-23.
Para entender la situación económica del club está el dato de que en las últimas semanas ha tenido que refinanciar un crédito de 50 millones para poder pagar la nómina de junio de los jugadores del primer equipo.
Como es habitual en él, Laporta no tendrá ningún escrúpulo en poner en ondulación la más rebuscada y rocambolesca ingeniería financiera para presentar como un logro lo que no es otra cosa que la constatación de su catastrófica gestión económica y deportiva. Al contar con la complicidad de quien debería vigilarlo, tiene las de ganar por poco que se esfuerce en el maquillaje. Habiéndose pronunciado el presidente de LaLiga y estando cerrado el acuerdo con el jugador, quedan pocos misterios por resolver alrededor de la operación, por no decir que ninguno, pero siempre es fascinante asistir al espectáculo de cómo Laporta retuerce sus cuentas para que reflejen lo contrario de lo que son y cómo sus cómplices le hacen los coros y le dan la razón.
Es cierto que Nico Williams, tras la fantástica Eurocopa que ha realizado, tiene ahora mismo un precio de mercado muy superior a los 58 millones de su cláusula de rescisión y que si estuviéramos hablando del interés de un equipo de la Premier, con el dinero de que disponen, sería una inversión indiscutible, una ganga. Pero tratándose de un club arruinado como el Barça, que cada decisión que toma es más temeraria e irresponsable que la anterior, un gasto de esta naturaleza no sólo es una aberración sino que debería ser técnicamente imposible, incluso con la idea del presidente de fraccionar y diferir los pagos.
Cuando en los próximos días Laporta presente el informe del pasado ejercicio, sabremos en qué va a consistir la mascarada. Es muy probablemente que en este momento todavía se estén buscando palancas, ganzúas, algún inversor americano o alemán al que enredar con no más que humo; y por supuesto las prisas que ha tenido en presidente en cerrar su litigio en los tribunales con Nike tiene que ver con el próximo adelanto, de por lo menos 100 millones, que piensa pedirle a la marca deportiva, aunque con el fichaje en mente de Nico podrían ser más.
A pesar del tradicional victimismo azulgrana, el Barça, es de largo el club más favorecido de España y por España. El caso Negreira habría supuesto en cualquier otra liga la pérdida de la categoría además de una multa histórica. Igualmente, con las cuentas reales del club difícilmente en Inglaterra, Italia o Francia el Barça podría permanecer en Primera.
Mientras Laporta no hace más que quejarse y el barcelonismo llora por las esquinas lo que supuestamente le roban los árbotros, todas las instancias deportivas y políticas españolas y europeas (las segundas, a instancia de las primeras) trabajan a destajo para salvar el honor y el futuro del Barça de las aberraciones y los zarpazos de sus actuales dirigentes y de su círculo de habituales comisionistas. Próxima estación del escándalo: Nico Williams fichado por 58 millones por un club quebrado.
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