Dembélé o el gran milagro de Xavi: profesional, sano y desequilibrante

El barcelonismo estaba harto de Dembélé y de sus largas en las negociaciones para renovar. Nadie creía en él ni en unas cualidades que nunca llegó a exhibir en el Camp Nou. Salvo Xavi Hernández, que se convirtió en su valedor y llegó a erigirse en el negociador del club azulgrana con los agentes del galo. Le convenció que sería el eje sobre el que se vertebraría su proyecto. El egarense llevaba un mes escaso en el banquillo culé y fue capaz de persuadir al extremo, que descartó marcharse a otro equipo cobrando más y decidió quedarse, renovando dos años (hasta 2024) y rebajar sus emolumentos.

Nadie creyó en la apuesta de Xavi pero el técnico logró frenar a la directiva en su decisión de relegar a la grada al futbolista y la convenció para que hiciera un esfuerzo y prolongara su vinculación. Para el catalán, Dembélé es vital por su desequilibrio y tiene plena confianza en él como ha demostró en la segunda parte de la temporada pasada en la que fue un titular indiscutible. Una trayectoria que ha continuado este año, como corroboran sus números. Además, ha dejado atrás sus eternos problemas musculares y no ha vuelto a visitar la enfermería.

En este último año el francés se ha asentado en el equipo titular (ha disputado todos los partidos salvo el de Copa ante el Ceuta, con un total de 1.836 minutos, lo que le convierte en el tercer jugador de campo más utilizado tras Pedri y Lewandowski) y su rendimiento ha ido creciendo progresivamente hasta completar este pasado miércoles su mejor actuación con la camiseta azulgrana ante la Real Sociedad. En los 84 minutos que estuvo sobre el césped realizó 79 intervenciones, dio 55 pases (con el 85% de acierto), ganó seis duelos, completó cinco regates y salió airoso de nueve de los diez uno contra uno que intentó. Su actuación la remató con un gol, dos ocasiones claras y tres disparos. Los mejores guarismos de un jugador del Barça esta temporada.

«No es solo hoy, es un jugador que, desde que estamos nosotros, ha madurado mucho. Es letal con la velocidad que tiene. Es un puñal, veo la cara de los laterales y sufren. Solo le hemos dado confianza, creemos mucho en él. Le obligamos a encarar. Él está disfrutando, la gente y nosotros. En el Barcelona no es fácil dar la vuelta a la tortilla. Ha sido silbado y ahora lo cambiamos y estas ovaciones... me alegro mucho», argumenta Xavi, autor del milagro, que insiste: «Sigue siendo uno de los mejores en su posición en el mundo. Luego se lo tiene que creer».