El Real Madrid atribuye todo a Ceferin y Al-Khelaifi

El primer año en que la UEFA coorganiza el Balón de Oro, el Madrid se siente perjudicado por la misma alianza entre Ceferin y Nasser. El enfrentamiento entre el Madrid y la UEFA viene de lejos y tendrá su momento de total ruptura cuando se presente la Superliga con los clubes que van a disputarla. El Madrid no acudió el lunes a París convencido de que la votación había sido manipulada por la influencia de Ceferin en la selección de algunos de los periodistas con derecho a voto. Que algunos de ellos no votaran a Vinicius ni como uno de los diez mejores, como el representante de El Salvador, o que le situaran en octavo lugar, como el periodista albanés, dio al Madrid las primeras pistas de que algunos votos podían estar inducidos por motivos extradeportivos, así como que finalmente se hiciera con el galardón un jugador como Rodri, que ni estuvo en el once ideal que la propia UEFA elaboró sobre la pasada edición de la Champions. En el mismo sentido, la votación popular organizada y publicada por el periódico francés 'L'Equipe' otorgaba un 43 % de las preferencias al brasileño y sólo un 13,5 % al español, que ni siquiera está entre los ocho nominados para el Jugador de la Temporada de la Premier League 2023-2024, el premio individual más prestigioso del fútbol inglés.

Sobre Nasser Al-Khelaifi, uno de los principales patrocinadores de France Football, y directa o indirectamente de toda la prensa parisina, especialmente la deportiva, las sospechas del Madrid no se limitan al Balón de Oro. La campaña de desprestigio que en las últimas semanas ha sufrido Mbappé en los medios de comunicación de su país por una denuncia sueca de agresión sexual –y que ha acabado con la abogada del jugador presentado una querella por denuncia falsa– se entiende desde Madrid como claramente intencionada.

El Madrid considera, más allá de cómo se hayan condicionado las votaciones y de que la selección de periodistas (o de cualquier jurado) no suele ser neutra, y menos en premios tan políticos, y tan políticamente utilizados como en Balón de Oro, sobre todo en los últimos tiempos; que cualquier mala noticia para la entidad es una buena noticia para la UEFA, que siente amenazada su misma existencia tras la última sentencia del TJUE, que dio la razón a Florentino Pérez declarando que el monopolio de la UEFA y la FIFA respecto a la autorización de competiciones de fútbol como la Superliga es contrario al Derecho de la competencia y a la libre prestación de servicios.

En la perspectiva de esta guerra, y en la calculada ambivalencia de Joan Laporta, hay que situar que el año pasado Ceferin sostuviera que el caso Negreira es «el mayor escándalo que había visto en su trayectoria en el mundo del fútbol» en el diario esloveno Ekipa, y que un par de semanas más tarde la UEFA comunicara de manera oficial al club blaugrana que no sería excluido de la presente edición de la Champions.

El Madrid espera que el próximo día 8 la organización del Balón de Oro cumpla con su compromiso de publicar el detalle de las votaciones.