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EL CLÁSICO

Barça y Madrid olvidaron el «Fair play»

El partido del lunes en el Camp Nou fue uno de los más calientes de los últimos años. Los futbolistas no hicieron caso a sus presidentes, que horas antes habían pedido juego limpio

AP

M. ZARZA

La tensión acumulada durante los días previos al clásico tenía que explotar por algún lado , y más si a los 18 minutos los azulgrana ya mandaban en el marcador por dos goles a cero. Xavi y Pedro habían puesto números al dominio local sobre el terreno de juego y los de Mourinho se veían totalmente sobrepasados e impotentes. En esta tesitura pronto surgieron los primeros roces. Sin embargo, l o curioso fue que todo arrancara con una acción del «comedido» Pep Guardiola . En el minuto 31 el técnico azulgrana, tras recoger un balón que había llegado a su zona técnica después de sobrepasar la línea de banda, se lo ofrecía a Cristiano Ronaldo para que lo pusiera de nuevo en juego. Sin embargo, cuando el portugués se disponía a recoger la pelota, el entrenador azulgrana se olvidaba de sus buenos modos y prefirió escondérsela . Una provocación como otra cualquiera. A Cristiano le faltó tiempo para entrar al trapo. Ni corto ni perezoso empujó a Guardiola, ya sin balón de por medio , en un gesto que activó instantáneamente un resorte en casi la totalidad de los jugadores del Barça, que se lanzaron a por el luso con la mirada inyectada en sangre. Mientras, su técnico, se llevaba la mano a la cara, sin grandes aspavientos pero fingiendo al fin y al cabo , pues en ningún momento le tocó Ronaldo el rostro. Se produjo en ese momento otra de las imágenes del partido, cuando Víctor Valdés abandonó su portería para recorrer más de 50 metros y encararse con el extremo del Real Madrid. Tuvieron que separarles. No sería la única tangana. Los jugadores del Madrid seguían desquiciados por verse tan inferiores y atrapados en el vendaval azulgrana y cualquier entrada algo más fuerte de lo normal provocaba la reacción de sus rivales. En el minuto 44, Messi, emulando a su entrenador, exageraba un supuesto codazo de Carvalho y se ganaba una tarjeta amarilla por simular. Otra cuenta pendiente. Como la que parece tener siempre Gerard Piqué con los merengues. Tras el gol de Jeffren que suponía el 5-0 con el partido agonizando, el central catalán celebró el tanto con la palma de la mano abierta señalando a la grada. La famosa «manita». La última acción polémica del partido fue inmediatamente posterior al gesto de Piqué. Sergio Ramos cortaba una contra de Messi , que se lanzaba como un rayo hacia los dominios de Casillas, de una manera desproporcionada, con una dura entrada por detrás. Expulsión clara. De hecho, antes de llegar a la altura del futbolista andaluz, Iturralde ya portaba en su mano la tarjeta roja. Sin embargo casi ni le dio tiempo a mostrársela, pues mientras Ramos se enzarzaba ya en mil nuevas peleas con los jugadores azulgrana y propinaba incluso un descarado manotazo a Puyol.

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