Fútbol
Cinco clubes para la Segunda más andaluza
El Córdoba y el Málaga desatan la locura al conseguir dorados ascensos que ya forman parte de la historia de los dos clubes, expandiendo la región por la liga de plata junto al Almería, el Granada y el Cádiz
La fiesta que el malaguismo necesitaba
El Córdoba CF asciende a Segunda división
El ascenso de Málaga y Córdoba desde Primera Federación, sumado a los descensos de Cádiz, Almería y Granada desde la élite han conformado una Segunda División para la temporada que viene no sólo muy lustrosa sino con enorme acento andaluz. Nada menos que cinco ... equipos de la comunidad estarán presentes en la categoría de plata, en la que en la campaña recién concluida no había ni uno solo.
De Primera cayeron tres, eso sí, un registro nunca antes producido. El Cádiz madrugó y el verano pasado comenzó con una buena planificación con incorporaciones como Darwin Machís o Maxi Gómez, despertando la ilusión de una afición que veía una mínima posibilidad de bajar las pulsaciones habituales. Comenzó con ilusión y se fue apagando a medida que pasaron las jornadas. Los amarillos sumaron siete de quince puntos en los primeros partidos del campeonato y desde que ganaron al Villareal por 3 goles a 1 en el Nuevo Mirandilla, pasaron infinidad de partidos hasta volver a conocer la victoria: más de cinco meses, una racha que acabó con la figura de Sergio González. El entrenador no supo encontrar la tecla, esa letra que resuelve el crucigrama y todo se encriptó de tal manera que cuando parecía que el equipo podía ganar no lo materializaba. Su sucesor, Mauricio Pellegrino, no ha sido el entrenador con mayores cualidades para poder hacer el milagro de la salvación. Cuando el equipo necesita morder, no fue suficiente y el equipo amarillo acabó el ejercicio a cinco puntos de la salvación.
Turki, propietario del Almería, gastó el verano pasado 52 millones de euros en fichajes. Solo el Real Madrid gastó más que el club andaluz, que esperaba dar, al igual que el Cádiz, un paso adelante y mirar a largo plazo a competir en Europa. Este sueño, nunca llegó a comenzar y es muy difícil llegar a comprender la gestión de un equipo cuyo gasto es el segundo mayor de La Liga, incluso el propio club lo transmitía en un comunicado. «No hay que esconderse, ni poner excusas, pero haciendo una profunda reflexión pensamos que nuestra plantilla no es la peor de la categoría… ni siquiera de las peores. Se confeccionó para otros objetivos. Entrenadores y jugadores rivales no han entendido cómo el Almería podría estar último. Nosotros tampoco. Lo hemos intentado todo, aunque sin éxito; está claro». Reconocer los errores, es de sabios, pero de elogios rivales no se ganan partidos y eso es lo que le faltó a una UD Almería que no fue el último equipo de la categoría, sin embargo, la sensación que dio durante toda la temporada fue de un equipo que jamás podría aspirar a otra cosa, en una de las temporadas con la salvación más barata que se recuerde. El Almería acabaría la temporada con 21 puntos, siendo el equipo con menos victorias de la categoría y encajando 71 goles, estadísticas prácticamente idénticas a las del colista.
El colista de la división no predijo su futuro como último de la clase, puesto que compartir categoría con su vecino almeriense era sinónimo en esta campaña de tener una posición asegurada, sin embargo, cuando las cosas van mal, siempre pueden ir peor. El Granada, quien siempre rondó la zona baja de la tabla, comenzó la temporada lastrada por el desajuste que sufrió el club en verano en lo extradeportivo. La no venta del club a MountainStar Sports Group ralentizó el proceder de un equipo con necesidad de moverse en el mercado para adecuarse a las exigencias de la primera división. Consecuencia de ello fue el mercado de fichajes y la salida de las estrella emergentes. La primera, la de Samu Omorodión. Su recambio, Lucas Boyé, no justificó nunca los 10 millones de euros que se pagaron por él. La segunda, la de Bryan Zaragoza, quien no esperó al final de la temporada para hacer las maletas e irse cuando tiraba del carro de un Granada que terminó de descarrilar, cogiendo las vías de la segunda división, con unos números que empeoraron al Almería, quien parecía que empezaría ultimo y acabaría en la misma posición. El Granada acabó la temporada con 21 puntos, ganando tan solo 4 partidos y encajando la friolera de 79 goles.
El otro lado de la moneda en Andalucía lo protagonizan Málaga y Córdoba. La historia está destinada a repetirse y se ha consumado un capítulo en tierras andaluzas que ambos equipos desearían que fuese la antesala de un nuevo ascenso que les coloque en las próximas temporadas en la máxima categoría del fútbol español. Los cinco años en el dique seco de la Primera Federación le han servido al Córdoba para reconstruirse y hacer los deberes para que los de Toril compartan categoría el próximo año con un Málaga, que vuelve a Segunda División tras un año de bache que esperan olvidar y asentarse en la categoría.
Son muchos los equipos que bajan al barro, que se pierden en el pozo de la parte baja de la Segunda División y no son capaces de retomar el control del barco que se va hundiendo poco a poco, consumando el desastre. Cuando esto sucede, clubes, como el Málaga, acostumbrado en años anteriores a cursar en la Primera División, y Córdoba, habitual del fútbol profesional, por menor que las estadísticas clasifiquen este logro, deben disfrutar del hito conseguido, que lejos de ser un premio menor, consuma un deseo que históricos del fútbol, como el `Depor´ o el Recreativo de Huelva anhelan conseguir para volver al fútbol de la máxima élite.
Savia joven en Málaga
El Málaga arrancaba la temporada con dudas tras el descenso, dudas sobre la posibilidad de tener un equipo armado para conseguir el ascenso. Un proyecto deportivo que ha solventado en el tramo final de la temporada las dudas que levantaba al malaguismo en un principio, cuyo motor ha sido la cantera. La temporada se puede caracterizar de irregular, no obstante, el equipo ha ganado cuando se le exigía, tanto para clasificar para jugar play-off como para ganar todas y cada una de las eliminatorias que le han llevado a conseguir el ascenso. La gesta se ha consumado con un equipo caracterizado por la solidez defensiva pero con una falta de gol notoria, achacable en parte a las lesiones, a las que nada pudo hacer Sergio Pellicer. El entrenador ha conseguido llevar a la gloria a un grupo de chavales, cuya media de edad no suma más allá de los 23 años, un grupo en perfecta unión con 30.000 almas en la grada que les ha llevado en volandas durante los tramos importantes de la temporada y que se merecía volver a tener momentos de gloría y tener grandes noches como las vividas en la pasada década cuando el conjunto blanquiazul disputaba competiciones europeas.
El Córdoba al igual que su vecino de comunidad comenzó la temporada con dudas. Poco a poco, semana a semana, el equipo iba hacia arriba, metiendo la sexta marcha en una segunda vuelta que llenaba de ilusiones a un Nuevo Arcángel que veía cómo su equipo le plantaba cara a los favoritos de la categoría. Los tropiezos en Mérida y Granada privaron al club del ascenso directo, sin embargo, el buen fútbol que el Córdoba acostumbró a hacer durante el tramo final de la temporada estaba destinado a cosas grandes, como así fue, consiguiendo el ascenso por la vía de los play-off. Los blanquiverdes vuelven al fútbol profesional tras años duros en los que lo institucional, deudas y todos los asuntos extradeportivos no permitían al club remontar el vuelo. La nueva situación económica del club distará de esta expuesta: la entidad multiplicará sus ingresos con los que se ha trazado un plan de viabilidad para devolver al club a la máxima categoría de club español en 2027.
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