Fútbol
La cárcel ya espera a Robinho
El brasileño, a punto de entrar en prisión por violación tras años de regates judiciales
Orden internacional de detención para Robinho
![Robinho durante un partido en 2017](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/03/01/Douglasmagno-RgsC5UDObTxZl8ccjnSgVPP-1200x840@abc.jpg)
En 2014, cuando Robson de Souza, Robinho, renunció a varios millones de euros para abandonar el Milan y regresar al Santos pocos pensaban que la estrella brasileña acabaría pagando por una presunta violación en grupo cometida por cuatro hombres a una mujer albanesa de 23 años en una discoteca de Milán. Las autoridades italianas no impidieron entonces su salida del país (el caso estaba aún en fase de instrucción) y el jugador negaba cualquier delito: según su versión, no había habido una violación en grupo, sino una relación sexual bilateral y consentida.
Tras un año de intentonas infructuosas de Italia por lograr la extradición del jugador, el nuevo Gobierno de Giorgia Meloni ha decidido cambiar de táctica y permitir que cumpla condena en su país. Las autoridades brasileñas informaron esta semana de que «no hay nada que impida» la detención del futbolista retirado el año pasado para que cumpla su condena de nueve años de prisión; la Fiscalía entregó un documento con cuatro direcciones donde podría estar Robinho, que estuvo disfrutando hace unos días del carnaval de Baixada Santista y mantiene su rutina entre Santos y Guarujá, en Sao Paulo, lógicamente sin apuros económicos tras haber jugado dos décadas al fútbol profesional (Santos, Real Madrid, Manchester City, Milan o Guangzhou Evergrande entre otros); jugó 770 partidos y marcó 249 goles a lo largo de su carrera.
Robinho (39 años) y sus asesores son ya conscientes de que la pena no puede ser revocada ni reducida, dado que el juicio se celebró en otro país (Italia), y que su única escapatoria (muy poco probable) es que sus abogados logren invalidar el requerimiento del Ejecutivo italiano para que la sentencia (promulgada en 2017 y confirmada en 2022) se haga efectiva de una vez en su país natal. El exfutbolista reside habitualmente en Brasil y tiene una sentencia firme superior a un año de cárcel por un hecho delictivo que también es perseguido en Brasil: no tiene forma de evitarla. Si la defensa de Robinho se opusiera a una eventual detención, sería la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Maria Thereza de Assis Moura, quien decidiría.
Robinho fue condenado junto a su amigo Ricardo Falco por los hechos ocurridos en enero de 2013, cuando el jugador militaba en el AC Milan. En una discoteca de la capital lombarda, una joven albanesa que celebraba su cumpleaños fue violada por cuatro personas, según determinó la Justicia, que obligaron a la víctima a beber «hasta el punto de quedar inconsciente y ser incapaz de resistirse (no pudo averiguarse la identidad de las otras dos personas, además del futbolista y Falco)». El tribunal, compuesto por tres juezas, consideró probado que Robinho actuó con «especial desprecio hacia la víctima», que fue «brutalmente humillada». Además, el jugador habría intentado estafar a los investigadores «ofreciendo una versión falsa y hechos previamente acordados».
La defensa del entonces delantero sostuvo durante la vista que el acto sexual había sido consensuado. Robinho afirmó que existió sexo oral, pero con permiso de la joven, y sin intervención de nadie más. No obstante, el testimonio de la víctima y mensajes interceptados durante la investigación indicaron que la mujer estaba «completamente ebria» cuando fue sometida a relaciones sexuales no consentidas por cuatro personas.
La primera sentencia se publicó en 2017; fue recurrida por la defensa y ratificada en 2021, quedando firme y sin posible apelación adicional el año pasado.
Parece inminente el final de la escapada para el punta habilidoso y vivaracho que deslumbró al madridismo en su estreno merengue, hace ya 18 años, vendido después al Manchester City como la reencarnación de Pelé, y que terminó siendo conocido como el triatleta («corría, hacía bicicletas y luego... nada»). Tuvo su momento de gloria en 2007, cuando fue el mejor jugador y máximo anotador de la Copa América conquistada por Brasil, e inició después un prolongado declive (no participó, por ejemplo, en el Mundial de Brasil de 2014) que sólo detuvo en su tercera etapa en el Santos, en 2015.
Estupefactos todavía por el caso Dani Alves, los 'torcedores' brasileños se preparan para el ingreso en prisión de otra de sus grandes, aunque venidas a menos, estrellas balompédicas.
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