El baúl de los deportes
El Bilbao, el Coruña, el Santander, el Gijón, el Huelva, el Tarragona, la Leonesa…
Decisiones políticas y la redacción de los boletos de la Quiniela han influido de forma decisiva en la denominación de los clubes de fútbol
Lo de «ganar sin bajarse del autobús», ¿un invento de la prensa madridista?
«Oye, le he puesto al Valencia-Bilbao un '2', que el Valencia está muy mal. Y en el Real Madrid-Atleti pues he puesto una 'x' porque ya sabes cómo son los derbis, que luego no pasa nada». Antonio Alcántara, personaje ... principal interpretado por Imanol Arias en 'Cuéntame cómo pasó', justifica así los signos que está marcando en la quiniela de fútbol que cada semana juega a medias con un compañero conserje del Ministerio en el que ambos trabajan. Sucede en la primera temporada de la popular serie de Televisión Española, concretamente en el capítulo 18, cuya acción discurre en el año 1969.
La ficción televisiva ilustra la razón principal por la cual hay aficionados que en vez de llamar a clubes históricos españoles por su denominación oficial siguen refiriéndose a ellos utilizando el nombre de la ciudad en la que se ubican. Y es que era así como han figurado en los boletos de esta apuesta deportiva desde su creación -en 1946- y hasta los primeros albores del siglo XXI. No es fácil cambiar la rutina de la memoria y el verbo después de estar tantas décadas leyendo, escuchando y aludiendo así a los equipos semana tras semana.
De ahí la forma en la que aún se refieren muchos seguidores veteranos de este deporte -y algunos con menos edad- a los siguientes clubes, ordenados según su posición en la clasificación histórica de Primera División: «el Bilbao, el Coruña, el Santander, el Gijón, el Huelva, el Tarragona o la Leonesa», en lugar de Athletic Club, Deportivo, Racing, Sporting, Recreativo, Gimnàstic (Nàstic) o Cultural respectivamente, que son las denominaciones oficiales y, como tal, las utilizadas y preferidas por sus propios socios y aficionados.
Antes de que existiera la Quiniela, fueron los avatares políticos quienes obligaron a variar la nomenclatura de los equipos de fútbol. Así, en 1931 el Gobierno de la Segunda República retiró el título de «Real» a todos los clubes que lo poseían y les obligó a quitar la corona de sus escudos. Tras la Guerra Civil, esas entidades recuperaron la condición y el símbolo monárquicos, pero en 1940 la Federación Española comunicó otro obligado e importante cambio en los nombres de numerosas entidades deportivas.
Nombre de origen inglés
El 20 de diciembre de dicho año, una circular federativa, en su apartado quinto, decía así: «Todos los clubes sujetos a la disciplina de la Federación procederán a suprimir de su denominación todo vocablo extranjero, y a reformar aquellas cuya construcción no sea gramaticalmente correcta en nuestro idioma. Por ejemplo, no podrán utilizarse la denominación 'X Fútbol Club', sino 'X Club de Fútbol' o simplemente 'Club X', ni tampoco los vocablos Racing, Athletic, Sporting, etcétera, que deberán ser sustituidos por los castellanos correspondientes».
«Y es que la nomenclatura de casi todos nuestros clubes guardaba aún remembranzas de su origen inglés, muy lógicas por otra parte. Ingleses habían sido los impulsores de la mayoría de nuestros clubes, y cuando no, lo habían sido estudiantes españoles que habían regresado de la isla de los inventores con el fenomenal juego metido en el alma. Así que teníamos Athletic de Bilbao y Athletic de Madrid (Athletic Aviación Club para entonces), Racing de Santander o de Ferrol, Sporting de Gijón o Fútbol Club Barcelona (o Madrid F. C.), que tuvo que pasar a llamarse Club de Fútbol Barcelona, construcción más acorde con la lengua del imperio, como se decía entonces. La preocupación del régimen por recuperar términos más españoles se extendió a otros aspectos de la vida civil, como los hoteles, donde los llamados hotel Palace, por ejemplo, pasaron a llamarse hotel Palacio... ».
«Este decreto ley estuvo vigente hasta el 18 de julio de 1972. A partir de entonces, todo el que quiso recuperó su nombre inglés anterior, y así lo hizo la mayoría. No el Atlético de Madrid, que mantuvo su nombre 'españolizado', quizá en un intento más o menos consciente de distinguir su personalidad de la del club bilbaíno, que fue su matriz original».
«El cambio de nombre de los clubes dio lugar a que en muchos casos los clubes pasaran a ser conocidos por el nombre de la ciudad, en lugar de por su nombre real, salvo por sus propios aficionados, que coloquialmente les seguían llamando como siempre. Por ejemplo, en Bilbao siempre dijeron el Athletic, mientras en el resto de España pasamos a conocerlo como el Bilbao. Lo mismo pasó con Racing y Santander o con Sporting y Gijón», añade Relaño.
Nace la Quiniela
Como quiera que las apuestas futbolísticas nacieron cuando ese decreto españolizador estaba en vigor, en la Quiniela aparecían los nombres obligatorios de los clubes. Sin ir más lejos, en el primer boleto de las historia, los partidos correspondientes a la jornada 1 de la Liga 1946-47, disputada el 22 de septiembre, figuraban impresos literalmente así: «Atl. Bilbao-D. Español, Murcia-Castellón, Oviedo-R. Madrid, At. Aviación-Real Gijón, Valencia-Sabadell, Barcelona-Club Celta y C.D. Coruña-Sevilla F.C.».
La Quiniela utilizó por primera vez la denominación «Athletic Club» el 23 de noviembre de 2003
Tanto en este primer boleto como en los años posteriores, el Patronato de Apuestas juega con las denominaciones de los clubes en función del espacio que tenga para imprimir el partido en cuestión, algo directamente relacionado con el número de letras de sus nombres. De ahí que se escriba indistintamente «Real», su abreviatura -«R.»-, o únicamente el genérico del equipo/ciudad. Lo mismo sucede con el prefijo «Deportivo», «D.» o ninguno de los dos. En el caso de Athletic o Atlético, siempre se utilizaba una abreviatura, pero esta varía a lo largo de los años. Aparecen «At.», «Atl.» o «Ath.» en diferentes temporadas y boletos.
Para ilustrar esa variedad, he aquí algunos partidos del boleto del 6 de abril de 1952: «Celta- Coruña, R. Madrid-Santander, Gijón-At. Tetuán o Valladolid-At. Bilbao»; del 21 de abril de 1968: «Elche-R. Sociedad, R. Betis-At. Bilbao u Oviedo-Coruña»; o del 22 de febrero de 1976: «At. Bilbao-Santander, Gijón-Betis, R. Madrid-R. Sociedad, Tarragona-Valladolid o Alavés- Coruña».
En 1931 el Gobierno de la Segunda República retiró el título de «Real» a todos los clubes que lo poseían y les obligó a quitar la corona de sus escudos
A partir de los 90, en los boletos ya empiezan a aparecer de forma aleatoria, dependiendo del espacio, «Athletic Bilbao o Ath. Bilbao», «Sporting Gijón o Sp. Gijón» o «Rac. Santander». Aún habría de pasar casi una década para que tanto en las quinielas como, poco a poco, en la cabeza de los aficionados figuraran única y exclusivamente los nombres oficiales y deseados por los propios clubes.
El cambio definitivo
Así, tras 57 años de historia de la Quiniela, la denominación «Athletic Club» sustituyó por vez primera a las anteriores en el decimocuarto boleto de la temporada 2003-04, correspondiente a las jornadas 12ª y 13ª de Primera y Segunda respectivamente, fechadas el 23 de noviembre de 2003. El cambio de «Athlétic (con tilde) Bilbao» a «Athletic Club» se hizo tras la pertinente solicitud del equipo vasco a Loterías y Apuestas del Estado (LAE), con el visto bueno de la Liga de Fútbol Profesional (LFP).
Los partidos que conforman aquel histórico boleto son, en su orden, los siguientes: «Valladolid- Atlético, Málaga-Osasuna, R. Madrid-Albacete, Espanyol-Sevilla, Celta-Athletic Club, Racing-Zaragoza, Murcia-Valencia, Real Sociedad-Mallorca, Betis-Deportivo, Villarreal- Barcelona, Almería-Rayo, Alavés-Xerez, Recreativo-Las Palmas y Córdoba-Salamanca».
Como se aprecia en la relación anterior, esa semana aparecieron también impresas en las apuestas del 1-X-2 varias de las nuevas y oficiales acepciones «Racing (en vez de R. o Racing Santander) », «Deportivo (R.C. Deportivo Coruña) », «Sporting (Sp. o Sporting Gijon)» o «Recreativo (Real Recre. Huelva)», entre otros.
Con todo, no es fácil despojarse de usos arraigados a lo largo de tantos lustros. Bastantes medios de comunicación siguieron utilizando durante semanas las tradicionales denominaciones de esos clubes o alternando la antigua y la oficial. Con el paso de los años, prensa, radio y televisión han dejado de referirse a esos equipos como «el Bilbao, el Coruña, el Santander, el Gijón…», pero en pueblos y ciudades todavía quedan aficionados a los que les cuesta acostumbrarse a los nombres «modernos».
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