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Barcelona 3 - Nápoles 1

El Barça gana al Nápoles y sueña en la Champions

Champions League | Octavos de final

Euforia por la clasificación, las nubes sobre el club azulgrana se alejan por unas semanas

«Es un espectáculo ver a Cubarsí»

Cuadro y resultados de octavos de final de la Champions League

Los jugadores del Barça hacen una piña tras el 3-1 EFE
Salvador Sostres

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El Barça regaló banderolas a sus aficionados para el partido crucial de la temporada. Tuvo que regalarlas, lo que es indicativo del momento en el que el club se encuentra. El himno de la Champions, otra vez pitado por la afición azulgrana, no se sabe si por lo esquiva que le es la competición o por un fervor por la Superliga que parece poco probable en una afición y una ciudadanía que han votado en los últimos tiempos a las izquierdas más destructivas y catastróficas. El Nápoles, de blanco.

Barcelona 3-1 Nápoles

Vuelta de los octavos de final de la #Champions

  • Barcelona: Ter Stegen; Koundé, Araujo, Cubarsí, Cancelo; Christensen (Oriol Romeu, min.60), Fermín (Sergi Roberto, min.60), Gündogan; Lamine Yamal, Lewandowski y Raphinha (João Félix, min.81).
  • Nápoles: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Juan Jesus, Mário Rui (Olivera, min.64); Zambo Anguissa, Lobotka, Traorè (Raspadori, min.78); Politano (Lindstrom, min.64), Osimhen y Kvaratskhelia (Ngonge, min.90+2).
  • Goles: 1-0. Min.15, Fermín. 2-0. Min.17, Cancelo. 2-1. Min.30, Rrahmani. 3-1. Min.83, Lewandowski.
  • Árbitro: Danny Makkelie (NED). Amonestó a Christensen (min.21) y a Lamine Yamal (min.44) en el FC Barcelona y a Juan Jesus (min.45+3), Traorè (min.63) y Olivera (min.67) en el Nápoles.

El Barça empezó presionando, pellizcando, trabajando, como si de verdad quisiera ganar el partido. Esas ganas, esa alegría que nunca se sabe cuánto va a durar ni si se van a poder transformar en alguna eficacia. Sobre el minuto 10, lo más probable parecía que el Barça consiguiera adelantarse gracias a un balón recuperado por su insistente presión. Muy nervioso Xavi, no estaba claro que pudiera terminar el partido sin ser expulsado.

No es por sumarme a la beatificación de Cubarsí pero en el 12 puso una asistencia de 50 metros tensa, exacta, majestuosa que no acabó en gol por el poco fino control de Fermín, pero lo hubiera merecido por su belleza. Al cabo de dos minutos el canterano no falló y aprovechando un pase de la muerte de Raphinha adelantó a su equipo. Sólo dos minutos, también, tardó Cancelo en marcar el segundo, rematando el rebote de un disparo al palo de Raphinha. Un Barça veloz y hambriento ponía rumbo a los cuartos aunque aún quedaba mucha noche por delante.

Pese la comodidad del resultado el Barça continuó presionando y borraba al Nápoles del mapa. No existían los italianos. Los de Xavi recuperaban balones, corrían y creaban una permanente y angustiante sensación de peligro en el rival, que no sabía cómo reaccionar hasta que el central Rrahmani recortó distancias. ¿Era un toque de atención o el preludio de un drama? No sería la primera vez que este Barça tan irregular de las últimas temporadas brilla media hora para luego, sin solución de continuidad, desmoronarse. Ter Stegen tuvo que volar para evitar el empate de un cabezazo de Di Lorenzo. Raphinha y Cancelo se precipitaban intentando acciones muy por encima de su nivel y desesperaban a Xavi. El Barça no se descontrolaba del todo pero empezaba a no tomar las mejores decisiones y el único que pensaba era Gundogan. No está en la naturaleza de Raphinha y de Fermín tener un punto de pausa. El empate estaba igual de cerca o lejos que el 3 a 1; todo era muy volátil.

Entre la euforia y la depresión

Tras el descanso las cosas no se aclararon y el Barça no tenía una ocasión de gol desde que había marcado el segundo; el Nápoles enseñaba su fuerza encerrando los de Xavi en su campo y el ambiente en Montjuïc empezaba a enrarecerse. Cancelo jugaba y no pensaba y combinaba acciones de gran talento con decisiones completamente equivocadas. Raphinha tuvo el 3 a 1 en el 54 pero chutó flojo. El Nápoles lo continuaba intentando, el público empezaba a impacientarse. Sergi Roberto y Oriol Romeu sustituyeron a Fermín y Christensen. Xavi liberó a Gundogan para que el equipo pudiera salir desde atrás más tranquilo. A la noche podía pasarle cualquier cosa y era rara la sensación de pensar que cualquier lance podía marcar la diferencia entre unos próximos días de euforia en Laporta, Xavi y los jugadores; o bien quedar todos sumidos la más absoluta depresión por una eliminación europea tan temprana. El Barça parecía despertar de su letargo, tenía ocasiones: y el Nápoles ya no agobiaba como antes.

Los minutos pasaban y el Barça no remataba la eliminatoria pese a sus buenas acciones de ataque. Lamine Yamal estaba en fuera de juego cuando marcó lo que habría sido el tercero y fue anulado; también falló un disparo enroscado que no era tan fácil pero que todo el mundo vio dentro teniendo en cuenta su talento. El Nápoles tuvo el empate pero se fue por centímetros el cabezazo de Lindstrom. Joao Félix entró por Raphinha y finalmente Lewandowski acabó con la incertidumbre de la noche marcando el tercero. Euforia por la clasificación, las nubes sobre el club se alejan por unas semanas.

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