Nations League
Athenea del Castillo: «Es pronto para decir cuántas cosas me gustan y cuántas no ahora con Tomé»
La única campeona del mundo que no firmó la renuncia del #seacabó exhibe personalidad también de palabra
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![Athenea del Castillo, durante un entrenamiento con la selección](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/10/29/athenea-efe-RIDZKW6Z1YUqdK2wtRRB8OI-1200x840@abc.jpg)
Acaba de cumplir 23 años, es figura destacada en el Real Madrid y campeona del mundo. Está en su mejor momento, pero Athenea del Castillo (Solares, 2000) quiere mucho más. La ambición viene de lejos: decidió irse a un equipo de chicas, de la ... escuela Pedro Munitis, porque se iba a enfrentar con equipos de chicos; vivió las luces y las sombras en el Deportivo y se atrevió con el sueño de su vida: vestir la camiseta del Real Madrid. Después de disfrutar de unos minutos contra Italia el viernes, está lista de nuevo para aportar velocidad, regate y energía el martes 31 contra Suiza (19.00 horas, La1) porque tiene la final de la Nations League en la cabeza. «Esto no para, ganas algo y a los dos días ya quieres ganar otra vez», resume con la madurez suficiente para aceptar que todavía le queda mucho por aprender.
-Acaba de cumplir 23 años, es clave en el Real Madrid, campeona del mundo... no está mal ser Athenea del Castillo ahora mismo.
-Tengo la suerte de seguir recibiendo la llamada de la selección, haciendo las cosas bien en mi club. Con 23 años, me quedan muchos años de carrera si las lesiones me respetan. Pero yo me fijo en seguir trabajando para dar una buena versión de mí, seguir aprendiendo, mejorando. Aquí tengo grandes compañeras de las que puedo aprender. Y en el club igual.
-Si cierra los ojos, ¿qué tres imágenes le vienen del Mundial?
-Levantando la copa, una foto superchula en la que sale mi padre mirando la medalla, y el recibimiento cuando llegamos a Madrid.
-¿Le ha cambiado algo la vida?
-Sigo siendo la misma persona, con las mismas ilusiones, ambiciones, sueños y ganas de crecer que antes. Y la misma ambición de seguir ganando cosas. Ahora te reconocen más por la calle, más gente nos viene a ver, hay más repercusión. Y eso también es mucha responsabilidad. Muchos niños y niñas quieren ser como nosotras y hay que dar ese ejemplo y esa visibilidad positiva para que aprendan las mejores cosas. Tengo una carrera por delante y que más quiero yo que seguir ganando cosas con la selección y con nuestro club, que es para lo que fiché por el Madrid. Para ganar títulos y espero que sea más pronto que tarde. Es un sueño que tengo desde pequeña. Tenemos esa espinita de la Copa de la Reina, pero nos hemos repuesto para que esos errores no se puedan repetir.
-¿Cómo se ha repuesto de todo lo que pasó tras la final? ¿Cómo le ha afectado todo?
-Fueron momentos muy difíciles. Me rodeé de mi familia y seres queridos, de esa gente que siempre están contigo, con esos que te dan una palabra de apoyo, un consejo. Las redes sociales no las suelo ver mucho, no voy a mentir, no soy muy fan y eso me ayudó a evadirme de todo el boom que hubo fuera. Pero ahora ya nos tenemos que centrar en llevar esta estrella por todo el mundo y dar una versión increíble de nosotras. Y seguir ganando. Están los Juegos, que es la meta que tenemos. Esto va muy rápido y no da tiempo a recordar. Acabas de ganar y a los dos o tres días ya quiero ganar y ganar, y competir. Y estamos en ello.
-¿Qué cambios ha notado con la salida de Vilda y con la llegada de Montse Tomé?
-A Montse la tuve en la sub 20. Cada entrenador tiene su manera de trabajar, de dirigir, de querer cómo juega España. Es un poco diferente, pero hay que adaptarse. Es pronto para decir cuántas cosas me gustan y cuántas no. El nivel de los entrenos me gusta, los ejercicios me gustan. Y compitiendo España está sacando una buena versión de sí misma. Hay que ir poco a poco encajando esas piezas para que España juegue como sabe.
-Usted no firmó la carta de renuncia. ¿Se entendió mejor dentro del vestuario que fuera?
-Con que me respetaran, en este caso mis compañeras, era suficiente. Tomé otra decisión, me apoyó mi familia, mis amigos, mi pareja y los cercanos y con eso ya me valía. Tengo unos valores y unos principios, que me han enseñado en casa y que he ido aprendiendo en mi pequeña carrera con grandes jugadoras y capitanas y entrenadores. Me llevaron a tomar esa decisión que era un poco diferente a la de mis compañeras, pero con el mismo fin: el crecimiento del fútbol femenino español y la salida de ciertas personas de la Federación. Cada uno es libre de expresarse como quiera. Mientras todos respetemos las decisiones de todos, creo que eso es lo bueno. No todas las personas pensamos lo mismo. Si ya es difícil poner a cinco personas de acuerdo en algo… Son momentos, circunstancias. Creo que lo mejor es no leer ni para lo bueno ni para lo malo; cuando te salen las cosas bien no eres tan buena ni al contrario. Ahí está el aspecto psicológico para que nada me afecte.
-¿Trabaja ese aspecto mental?
-En general no me suelen afectar las cosas, la verdad. Soy consciente y lo suficientemente madura y profesional para saber cuándo me están saliendo bien y mal las cosas. Cuando no me salen bien es cuando más tengo que trabajar para sacar mi mejor versión. Trabajo con una psicóloga, María, que es un gran apoyo para seguir evolucionando. Si llego a saber que pasaría todo esto hace cinco años, ya me hubiera puesto a trabajar en ello. Ahora tengo otra manera de ver las cosas.
-¿Se ha sentido sola alguna vez?
-Yo diría que no. Tengo a mi familia, aunque sea por móvil, mi pareja. Y compañeras. Tengo muy buena afinidad con Sheila García, y con María Méndez. Con una pequeña charla te pueden ayudar porque te entienden. Yo soy consciente de quién es Athenea del Castillo futbolista y quién es Athenea del Castillo persona. Cuando estoy aquí ejecuto lo que sé hacer, regate, centro, uno contra uno. Y cuando salgo del terreno de juego soy una niña de 23 años que le encanta salir a pasear y estar con su familia. El aspecto psicológico es importante, pero sobre todo es importante diferenciar esos dos aspectos.
-¿Eso también se aprende?
-Hace tres años Athenea de 19 vivía solo para el fútbol. Si había un partido que no estaba acertada, me afectaba ese día y al siguiente y al siguiente. Ahora sé que no siempre me van a salir las cosas como quiero, pero tengo otra oportunidad dentro de dos o tres días para aprovecharla. Soy una privilegiada porque me gusta entrenar pero sobre todo me gusta competir miércoles y domingo. Así soy feliz.
-¿Es fácil quitarse la camiseta del club y ponerse la de todas a una?
-Para mí sí, claro. Cada vez que vengo aquí es para aprender y representar a mi país de la mejor manera que sé, que es jugando al fútbol. Las 24 que estamos aquí es lo que queremos, llevar esta estrella en el pecho con orgullo y con responsabilidad de ser un espejo donde el mundo quiere mirarse. Ahí se quitan las rivalidades y los escudos. Cada vez que salgo al campo con la camiseta del Real Madrid quiero ganar y con cuantos más goles mejor. Ahí está la ambición, pero llegas aquí y todo es igual, somos 23 compañeras.
-Lo de que hay dos bandos en el vestuario, un Madrid-Barça...
-Nada, nada. Fue más desde fuera… con todos mis respetos, desde la prensa. Por supuesto que cuando nos vamos a enfrentar entre nosotras ellas me quieren ganar y yo quiero ganar. Pero llegas aquí da igual Barcelona, Madrid, Levante, somos 23 jugadoras con un objetivo común, que España llegue a lo más alto. A partir de ahí todo lo demás se olvida.
-En un fútbol en el que se destaca la posesión, usted defiende el regate. ¿Lo practica mucho o es algo natural?
-Es instinto, desde chiquitita. Nunca he tenido miedo a encarar, es lo que más feliz me hace. Me sale solo. Tenemos distintos recursos en esta selección y yo tengo ese. Destaco mucho con esto porque nos solemos enfrentar a equipos con bloques muy bajos y hay que desequilibrar y ahí puedo sacar todas mis virtudes. Todavía tengo muchísimas cosas que mejorar, corregir y aprender. Aquí y en el club tengo grandes ejemplos. Soy una privilegiada haber podido ganar un Mundial, sumar internacionalidades, jugar en el once del Real Madrid y aprender de grandes jugadoras, como Weir, Linda… Cuanta más competitividad interna sana tengas, vas a poder aprender cosas nuevas y mejorar. Y yo también podré aportar cosas a las compañeras porque ya llevo cinco años en la liga española y sé cómo juegan las rivales.
-Hablando de Weir...
-No se merece lo que está pasando. A las grandes personas solo les debería pasar cosas buenas. desde que ha llegado aquí ha sido todo increíble: cómo se ha adaptado, lo buena persona que es, siempre tiene una palabra de apoyo y es una gran jugadora. Con ganas de que se recupere.
-¿Qué papel tiene Pedro Munitis en su carrera?
-Creó la escuela femenina de Pedro Munitis y fue a hablar con mi madre, que somos del mismo barrio pesquero. Yo jugaba en el Solares. Estaba indecisa porque me gustaba jugar con los chicos en el equipo del pueblo. Pero me hacía ilusión vivir un vestuario de niñas. Pedro fue a hablar con mis padres para que cambiase de equipo, para empezar a crecer en un ambiente de solo chicas. Lo que me motivó es que era un equipo entero de niñas que se enfrentaba a equipos enteros de niños. Me dije, yo eso lo quiero. Y estuve Infantil A, el filial que jugaba en la liga vasca porque en cadete ya no se podía seguir jugando con niños. Subí al primer equipo. Fue el que me dio dar el paso para jugar con niñas.
-¿Viene de una familia de futboleros o es usted la pionera?
-En mi casa se vive mucho el fútbol. Mi tío Eduardo, que es el más madridista de todos, jugaba en categorías inferiores. Mi hermano era de fútbol sala. Pero yo era la que estaba todo el tiempo 'Papá, vamos a este campus o a esto'. En mi casa se vive mucho el fútbol y mucho el Real Madrid y me lo inculcaron desde pequeña. Y ahora tengo la suerte de representar al mejor club del mundo. Tengo a mi prima pequeña, Daniela, que le estoy inculcando regalándole mis camisetas. Que no se la lleve nadie por ningún lado, tú, blanca, blanca, jaja.
-¿Hay muchas discusiones de fútbol en su casa?
-Con mi padre, que trabaja en una fundición de hierro, mucho. Viene a verme todos los partidos que juego en Madrid, también los del norte, que le pilla cerca de casa. Me ha seguido allá donde voy. Siempre que puede me acompaña y es algo que le agradezco siempre. Es un gran apoyo y que siga siendo así durante mucho tiempo. Y que siga visitando mundo que significará que estaré haciendo las cosas bien y que estaremos viviendo muchas experiencias. Mi madre trabaja en una residencia de ancianos y de fútbol, justito, pero ha ido aprendiendo en todos estos años.
-¿Quién apostó más por usted?
-Además de mi padre, que era el que me llevaba a todos los partidos, y el que me decía que luchara por mis sueños. Pero el momento en que me doy cuenta de que puedo dedicarme exclusivamente al fútbol es cuando Manu Sánchez y Pablo Pereiro me llaman para el Deportivo. Llevaban ya dos o tres años, pero no me voy porque me voy con 16 años y me daba apuro salir de casa. Ahí me doy cuenta de que puedo ganarme la vida jugando al fútbol y que tengo un futuro prometedor. Y de que lo que me va a hacer disfrutar y aprender de este deporte son las ganas e ilusión que tengo día a día de ser mejor. Con 23 años esa ambición siguen estando ahí. Lo importante es seguir creciendo y teniendo grandes espejos donde mirarme.
-En el Deportivo vivió lo mejor y lo peor del fútbol.
-En el Dépor vivo un año increíble en el que sale todo bien, jugamos bien, ganando casi todos los partidos; y el segundo no salen como nos gustaría. Di la mejor versión de mí, incluso lesionada, pero no salieron las cosas. Mi objetivo era la salvación. El Deportivo tiene un gran boom por el fútbol femenino y tiene que estar en la máxima categoría, por todo lo que aporta de infraestructuras y visibilidad. No pudimos conseguir la permanencia, y luego me llegó la oportunidad del Real Madrid.
-¿Qué aprendió de todo ello?
-Aprendí a que no todo puede ser bueno. En mi vida todo venía de cara y nunca había vivido esa situación. Maduré mucho como persona y futbolista. Aprendí a que hay que ganar y ganar y ganar y a gestionar esos momentos. Pero eso era una presión, quizá demasiada que nos metíamos nosotras, y ahora sé cómo la puedo gestionar. Y ahora salgo, sabiendo que quiero ganar, pero disfrutando. A veces se nos olvida eso, disfrutar. Aprendí a gestionar mejor esa responsabilidad.
-¿Qué hace cuando llega a Cantabria?
-A mi familia en general le encanta hablar de fútbol. Como no siempre pueden viajar, como mis abuelos. Me están preguntando todo el tiempo, que si Florentino, que si veo a los chicos, que si este partido, o este gol... A veces es como 'voy a estar aquí diez días y quiero hablar de otras cosas', pero sé que les hace ilusión.
-¿Se ven cerca los Juegos Olímpicos?
-Es el objetivo, pero no lo miramos así. Solo pensamos en ganar este martes a Suiza, que nos acercará a ello. Ojalá cumplir el sueño de estar en unos primeros Juegos Olímpicos.
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