Ángel Torres, el Simeone de los palcos

El empresario toledano se encuentra inmerso en su 23ª temporada como presidente del club azulón, lo que le convierte en el segundo mandatario más longevo de la Liga, solo por detrás de Fernando Roig –al frente del Villarreal desde 1997–. Un viaje en el que un modesto club del sur de Madrid ha pasado de disputar la Segunda B a estabilizarse en la élite, rozar su primer título con la punta de los dedos y pasear su escudo por Europa.

Llegado al municipio madrileño con 13 primaveras procedente de Recas, su pueblo natal, los caminos de Ángel Torres y el Getafe se cruzaron por primera vez un año después, cuando el jefe del taller en el que trabajaba le ofreció su abono a cambio de que limpiara su piscina. El castellanomanchego aceptó y así empezó su historia de amor con el club azulón.

Después de la segunda y definitiva desaparición del Club Deportivo Getafe, en 1983 fue fundado el Getafe Club de Fútbol. Retomado su camino en la Segunda Regional madrileña, cuatro campañas más tarde el equipo ascendió a Segunda B y se incorporó a su directiva un tal Ángel Torres. Una mala experiencia que le llevó a abandonar el club al final de la temporada, sin plantearse un posible regreso en el futuro. Sin embargo, 15 años después apareció Pedro Castro, alcalde del municipio madrileño desde 1983 hasta 2011. El por entonces regidor, temeroso de una tercera desaparición debido a la delicada situación económica de la entidad, convenció al toledano para asumir el mando del club.

Recuperada la estabilidad financiera junto a un grupo de empresarios que se hicieron cargo del Getafe, celebró el ascenso a Segunda solo unos meses después de su llegada. Dos temporadas más tarde, la fiesta en el Coliseum fue absoluta gracias al debut del conjunto azulón en Primera. Tras solo tres campañas al frente del club, Ángel Torres ingresó al Getafe en la élite del fútbol español. Un hito sin precedentes en el sur de Madrid, aunque pocos podían imaginar que lo mejor estaba por llegar.

No solo se estabilizó en Primera, sino que protagonizó gestas que han quedado para siempre en la memoria de la parroquia azulona. Todo el mundo del fútbol tiene en la cabeza el maradoniano gol de Messi en las semifinales de Copa en 2007, pero pocos recuerdan que el Getafe remontó la eliminatoria tras endosarle un 4-0 a los azulgranas en la vuelta para disputar la primera de sus dos finales consecutivas, en las que rozó la gloria pero cayó ante Sevilla y Valencia.

Entre ambas finales, el conjunto azulón, no contento con debutar en Europa, alcanzó los cuartos de final en la Europa League y llevó al límite a todo un Bayern de Múnich, que necesitó de una remontada agónica. Doce años después, en su tercera experiencia continental, dejó por el camino al Ajax pero sucumbió ante el Inter. El Getafe, codeándose con los mejores.

A pesar de las grandes noches europeas vividas durante su mandato, la fecha más especial para Ángel Torres se produjo ante el Tenerife en la última jornada de Segunda en 2004. Una victoria que permitió a los azulones ascender a la Liga por primera vez y que cambió la historia del club y del municipio. «La gente te quiere tocar, te quiere dar la mano, te quiere desde el aeropuerto de Barajas hasta la Cibelina. Yo no he visto una cosa igual, como aquello es imposible. Luego ha habido partidos muy importantes, pero como la del Tenerife no ha habido, fue el no va más», reconoció en una entrevista en 'Marca'.

Ángel Torres visita hoy al Atlético de Madrid, un club que durante su mandato ha visto el fin de la época de Jesús Gil, la llegada de Simeone, la mudanza desde el Calderón hacia el Metropolitano... buena muestra de la longevidad del dirigente del Getafe. Una estancia extensa en la que, un año más, el equipo de Bordalás no se plantea otro final que conseguir la permanencia y seguir entre los mejores.