Fútbol / Supercopa de España
Álvaro González: «En Arabia se vive muy bien»
El defensa cántabro lidera el multimillonario y 'español' proyecto del Al-Qadisiyah, club comprado por Aramco, la mayor pretolera saudí y del mundo
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![Álvaro González, montando a camello en el estadio del Al-Qadisiyah](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2024/01/07/camello-Rn9ZNHYG5FCSGrUDXE9nsSM-1200x840@abc.jpg)
Meses antes de que Cristiano pusiera patas arriba el mapa del fútbol mundial, Álvaro González (Potes, 8 de enero de 1990) cerraba su etapa en Europa tras once años de carrera entre la Liga y la Ligue 1. El central cántabro fichó en el ... verano de 2022 por Al-Nassr, donde durante seis meses compartió vestuario con Ronaldo. Ahora juega en el Al-Qadisiyah, el multimillonario y 'español' proyecto de Aramco, la mayor petrolera de Arabia y del planeta, comandado por Míchel desde el banquillo, Carlós Antón en la dirección deportiva y Álvaro sobre el campo, donde ejerce de capitán.
—De Potes a Arabia.
—Una carrera larga con un último año y medio distinto y enriquecedor. Yo empecé a jugar en mi pueblo, que apenas tiene 2.000 habitantes, en el CD Liébana. Era delantero y metía bastante goles, pero con el paso de los años los goles pasaron a ser patadas (risas).
—A los 13 años entró en la cantera del Racing.
—Mis padres hicieron un esfuerzo muy grande. Soy futbolista gracias a ellos. Entonces, de Potes a Santander había dos horas en coche. Les estoy muy agradecido.
—A qué se dedican.
—Ya están jubilados. Mi padre fue mecánico y mi madre tenía dos pequeñas tiendas de ropa de niño.
—¿Tenía un plan B por si lo del fútbol no salía?
—Sí. Me saqué el Bachillerato y empecé ingeniería química, pero entonces debuté en Primera con el Racing, con Marcelino de entrenador, al que siempre le estaré agradecido, y ya me cuesta compaginar el fútbol con los estudios. Luego, cuando ficho por el Zaragoza en 2012, allí empiezo Magisterio, pero me fue imposible acabarlo.
—Aparte del Racing, en España jugó en el Zaragoza (2012-2014), Espanyol (2014-2016) y Villarreal (2016-2019). ¿Dónde estuvo su mejor versión?
—Mi etapa en el Zaragoza fue de crecimiento, y estando ahí gané con España un Europeo sub 21. En el Espanyol estuve muy a gusto, pero creo que mi máximo nivel lo doy en los tres años en el Villarreal, junto a Víctor Ruiz. Formamos una buena pareja de centrales.
—Luego ficha por el Olympique de Marsella.
—Fueron tres temporadas, hasta 2022. Allí, creo que a nivel físico y mental estuve como nunca. Logramos entrar en Champions tras diez años sin hacerlo y fui uno de los centrales galardonados por la Ligue 1. Me sentía muy importante y era muy querido por el club y la afición.
—Quedó una pequeña mancha con aquel supuesto episodio racista con Neymar. ¿Le llamó mono?
—No, eso es mentira. Y Neymar lo sabe porque lo hemos hablado en privado. El tema se fue un poco de las manos y ya sabemos todo el aparato mediático que hay detrás de Neymar y lo sensibles que son en Brasil con el tema del racismo, con razón, pero quien me conoce sabe perfectamente que ese tipo de actitudes no van conmigo. Pasé por malos momentos, pero por suerte todo quedó aclarado con el tiempo y el tema está zanjado.
—¿Qué pasó entonces?
—Los PSG-Olympique son los partidos más calientes de Francia, el derbi que lo para todo. Nosotros llevábamos muchos años sin ganar en París y aquel día lo hicimos (13 septiembre de 2020). Eso magnificó todo. Pasado un tiempo, hablamos Neymar y yo, y lo aclaramos todo. Fue una calentura de derbi y se me intentó hacer daño de una manera muy fea. Acusarme de un insulto racista es muy duro. He jugado y vivido tres años en Marsella, donde conviven muchas culturas y tipos de personas, lo mismo que sucede ahora en Arabia. Yo no soy racista.
—En el verano de 2022 llega a Arabia, cuando aún no había explotado el boom saudí. ¿Por qué decide venir?
—Con 32 años y tras doce jugando en España y Francia al más alto nivel, me apetecía otra experiencia. Y no seamos hipócritas, el dinero que te pagan aquí también es importante. Me llamó Rudi García, que entonces era el entrenador de Al-Nassr y lo fue del Olympique de Lyon cuando yo jugaba en Marsella, y me dice que me venga, que aquí se vive de lujo y no nos va a faltar de nada.
—¿Es así?
—Sí. Cuando vine tenía ese miedo de cómo es la vida, la cultura, los derechos humanos… pero te das cuenta que el mundo está cambiando en todos sitios, y también aquí. En Arabia se vive muy bien y tienen una capacidad económica que no la hay ahora mismo en ningún otro sitio. Y creo que esto es muy sencillo de entender. Por ejemplo, si mi padre, que ha sido mecánico toda la vida, en lugar de ganar un euro en Potes le pagan mil euros en Arabia y se viene me parece muy respetable. Le va a dar una mejor vida a su familia y a él mismo. Y esto vale para un futbolista, un mecánico o un carpintero.
—¿Y los derechos humanos?
—Arabia se está abriendo al mundo. El príncipe heredero ha tomado parte del control del país y es una persona muy querida en el mundo árabe. Es joven y tiene una mentalidad abierta, y da gusto ver las cosas que está haciendo y que quiere hacer. Está cambiando la mentalidad y la visibilidad del mundo saudí. Mire, mi madre lleva aquí conmigo tres meses y es la persona más feliz del mundo. Hace una vida normal, respeta sus costumbres y ellos respetan las nuestras. Quizás si te metes en los adentros de Arabia Saudí es como si te metes en los adentros de un pueblo de Cantabria, que somos más rudos y cerrados. O si le preguntamos a mis abuelos cómo era la vida en Potes antes y cómo es ahora, que es totalmente diferente. Si vives en grandes ciudades como Riad o Khobar, la vida, el día a día, es normal y todos respetamos nuestras distintas culturas y costumbres.
—Volvamos al fútbol. Compartió vestuario con Cristiano durante seis meses. ¿Cómo fue la experiencia?
—Hicimos una bonita amistad y se portó muy bien conmigo. Compartimos muchos momentos en el gimnasio y me dio buenos consejos. Me insistía en que teníamos que cuidarnos, disfrutar y alargar nuestras carreras lo máximo posible porque cuando no seamos futbolistas lo echaremos de menos. Es muy meticuloso con la preparación física y el mantenerse joven, de cuerpo y mente. Esa mentalidad ya la tenía yo de años atrás, que tengo mis preparadores y nutricionistas personales, y ver que un futbolista de la entidad de Cristiano hace lo mismo que tú, es siempre reconfortante. Ahora los jugadores vienen a Arabia a competir. Esa es la dimensión que ha adquirido el fútbol saudí gracias a Cristiano. Ha incrementado el nivel de la liga, de los compañeros y del fútbol, y lo ha hecho tras haberlo ganado todo y con 38 años. Ha sido un gran avance para el fútbol de este país.
—La revolución es de tal calado que ahora juega en un club de Segunda saudí que ha sido comprado por la mayor petrolera del mundo. Es una inversión y un proyecto impensable en cualquier otro lugar.
—Los mejores clubes de Arabia están financiados por PIF, el fondo de inversión saudí. Nosotros somos el único club saudí con capital cien por cien privado, en este caso el de Aramco, que compró el Al-Qadisiyah por ser de Khobar, la ciudad donde está la sede de la petrolera. Hay un vínculo sentimental ahí. A mí el verano pasado me llamó Carlos Antón, que es el director deportivo. Al principio me choca lo de jugar en la segunda saudí, pero me explicó el proyecto y me gustó. Estamos líderes, con seis puntos de ventaja sobre el segundo y ocho sobre el cuarto, que delimita la zona de ascenso. El objetivo es ser campeones, ascender, hacer fichajes potentes en verano y competir contra los mejores equipos del país. Es un proyecto con visión a 2030, en el que somos muchos españoles y eso lo hace todo más sencillo. El cambio de Míchel por Fowler ha sido muy bueno y estamos haciendo las cosas muy bien. Y como capitán me siento importante, siendo un referente y ayudando al crecimiento de este proyecto tan ilusionante.
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