Fútbol
Altivo y desafiante por naturaleza: Mourinho prolonga su historial de desplantes en la final de la Europa League contra el Sevilla
El entrenador portugués, habitual en sus críticas a los árbitros, ha conseguido irritar a técnicos y jugadores rivales a lo largo de su carrera, pero también ha criticado duramente a sus propios hombres
Juanma Rodríguez: Mi Jose
![Mourinho, quitándose la medalla tras la final de la Europa League entre el Sevilla y la Roma](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/06/01/mouri2-R39NgvkNDBrG4gcTNUlWeoJ-1200x840@abc.jpg)
Campeón de la Champions con Oporto e Inter, de la Copa de la UEFA con ese mismo equipo portugués, de la Europa League con el Manchester United y de la Conference League con la Roma en la temporada 2021-22, el Sevilla dinamitaba este ... miércoles la trayectoria triunfal de Jose Mourinho en las finales continentales. En el partido del cambio, el entrenador rompía su rutina victoriosa aunque sin perder esa actitud altiva, desafiante, irreverente, y por momentos maleducada, que le ha acompañado y ha esculpido su figura en los banquillos por los que ha ido desfilando.
Protestas y gritos al cielo húngaro en una noche de excitación, una gesticulación tan sobredimensionada como teatral, enganchones con el cuerpo técnico andaluz y, para fin de fiesta, la renuncia a la medalla de subcampeón, que acababa regalando a un joven hincha romano, embarraron la actuación de un entrenador habituado a pisar charcos y nada esquivo a las polémicas, ni en la banda ni en las extrañas de los estadios. Un personaje capaz de generar tanta simpatía entre su corte de fieles, aunque algunos acaben terminando hartos de sus excesos, como rechazo en los rivales y que en Bupadest, como hiciera en 2012 con Texeira Vitienes en el Camp Nou en otro célebre episodio de su carrera, esperó a a los árbitros en el aparcamiento para recriminarles su labor. Un clásico de Mou, el entrenador que un día se autoproclamó como «The Special One».
Desde que se diera a conocer como técnico con el Oporto, Mourinho no ha dejado de pasear la conducta soberbia que le acompaña en los banquillos, tampoco de mostrar esa actitud desafiante que le ha llevado a protagonizar incidentes y declaraciones altisonantes allí por donde ha ido pisando. Los años han ido apaciaguando y calmando al luso, pero no han conseguido apagar las llamaradas verbales que continúan saliendo por su boca y de las que nadie se libra. Jugadores, árbitros, entrenadores, periodistas, dirigentes e incluso sus propios aficionados han sido blanco del portugués. Las sanciones y las multas nunca han sido argumentos para frenar una personalidad volcánica.
Volvió a pasearla en la final ante el Sevilla, en la que recibió una amarilla y montó su show particular en la derrota. Antes incluso de que Montiel lanzara la repetición del penalti que le dio el título al Sevilla, Mourinho se acercó al banquillo nervionense para abrazar y felicitar a José Luis Mendilibar. «Las medallas de oro las guardo, las de plata no las quiero y siempre las regalo», señalaba Mourinho cuando se le preguntaba por el gesto de entregar su presea a un joven aficionado de la Roma. La explosión definitiva llegaba en el aparcamiento del Puskas Arena. «Eres una desgracia», le espetaba al árbitro inglés Taylor. Según 'La Gazzetta', también cargó contra el presidente de la comisión de árbitro de la UEFA, Roberto Rosetti. Las sanciones a las que se enfrenta Mou pueden ser muy elevadas.
Quita presión a los jugadores
La polémica acompaña a Mourinho, un entrenador acostumbrado a que sus jugadores, aunque no siempre, le defiendan a muerte porque con ese perfil guerrero les quita presión de encima. Durante su paso por España en el banquillo del Real Madrid, su episodio extradeportivo más sonado fue en 2011, en el partido de vuelta de la Supercopa de España ante el Barcelona. En una tangana en la banda entre miembros de ambos equipos, acababa metiendo el dedo en el ojo de Tito Vilanova, segundo técnico azulgrana. Al ser cuestionado por el incidente, reincidía en un error que tardaba más de una década en reconocer públicamente. «¿Pito Vilanova? No sé quién es Pito», respondía a las preguntas de la prensa después de aquel partido que acabó pasando factura a Íker Casillas, entonces guardameta blanco.
![Mourinho, metiendo el dedo en el ojo a Tito Vilanova](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/06/01/vilanova-U04261506308qLu-624x350@abc.jpg)
El portero llamaba a Xavi Hernández, futbolista del conjunto azulgrana, para calmar una situación tensa que podría afectar a la selección española, donde los jugadores de Madrid y Barcelona eran entonces mayoría. Aquel gesto fue el comienzo del desencuentro que acababa con el internacional en el banquillo. «En mi opinión, Adán es mejor que Iker», llegó a soltar por la boca.
Dardos verbales de los que no se ha librado nadie. Ni los suyos ni los rivales. Pellegrini, Conte o Wenger, con el que mantuvo un enconado pulso durante su estancia en la Premier League, fueron objeto de comentarios hirientes del portugués. También los sufrieron referentes y emblemas del barcelonismo como Cruyff o Guardiola. «Es un fantástico entrenador, pero ha ganado una Liga de Campeones que a mí me daría vergüenza ganarla con el escándalo de Stamford Bridge. Este año, si la gana, será con el escándalo del Bernabéu», dijo en 2011 tras perder ante los catalanes en la semifinal de la Liga de Campeones.
![Imagen principal - Víctor Valdés intentando sacar a Mourinho del césped del Camp Nou en la famosa noche de los aspersores de 2010. El luso, enfrentándose con Wenger, uno de los máximos 'enemigos' en la Premier y celebrando un gol en Mestalla en 2012](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/06/01/mourinho-aspersores-U34104607611Vyl-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Víctor Valdés intentando sacar a Mourinho del césped del Camp Nou en la famosa noche de los aspersores de 2010. El luso, enfrentándose con Wenger, uno de los máximos 'enemigos' en la Premier y celebrando un gol en Mestalla en 2012](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/06/01/wenger-U64067460844Lea-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Víctor Valdés intentando sacar a Mourinho del césped del Camp Nou en la famosa noche de los aspersores de 2010. El luso, enfrentándose con Wenger, uno de los máximos 'enemigos' en la Premier y celebrando un gol en Mestalla en 2012](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/06/01/callejon-U03030474053Ref-278x329@abc.jpg)
Un año antes, en 2010, le había tocado a Pedro León, que no era convocado para un partido del Madrid ante el Auxerre de la fase de grupos de la Liga de Campeones. La prensa quiso saber las causas: «Habláis de Pedro León como si fuera Zidane, Di Stéfano o Maradona y es un buen jugador que hace dos días jugaba en el Getafe».
Polémicas no solo en las derrotas, también en las victorias. La escenografía de sus celebraciones, como la que realizó a lomos de José Callejón en Mestalla en el triunfo que valió la Liga 2011-12, ha marcado la carrera del técnico luso. Pero pocas tan recordadas como la del paso a la final de la Champions de 2010 en el Camp Nou en la famosa noche de los aspersores y Víctor Valdés intentando sacar del césped al portugués a empujones.
Un técnico con un halo provocador y polémico aunque él no quiera. «Rezo mucho, soy católico, creo en Dios e intento ser buena persona de modo que Él pueda dedicarme un poco de su tiempo para echarme una mano cuando lo necesito», explicaba en su etapa en el Real Madrid. Sin embargo, a lo largo de su carrera ha conseguido irritar a entrenadores y jugadores rivales y ha criticado duramente a sus propios hombres. Un perfil que mantiene con los años y que en Budapest volvía a lucir.
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