Todos contra Mou

Mourinho no es un santo. Todo lo contrario. El técnico portugués, además de equivocarse en innumerables ocasiones con sus declaraciones o sus actos, tiene la incuestionable capacidad de irritar a sus rivales allá por donde va . Lo han comprobado, entre otros, Manolo Preciado , técnico del Sporting de Gijón, o el banquillo del Villareal . Mou consigue que los suyos, jugadores y afición, se vuelquen con él y con el club. Para darse cuenta, aparte de preguntarle a sus futbolistas, no hay más que sentarse en las gradas del Santiago Bernabéu mientras el «speaker» recita la alineación de los blancos y escuchar la reacción de los aficionados merengues cuando los altavoces del coliseo blanco lanzan el nombre del entrenador luso. Las gradas se vienen abajo . Más que con cualquier jugador, Casillas o Cristiano incluídos.

Sin embargo, al tiempo que Mourinho conquista el corazón de los suyos, en el resto de estadios de la Liga la animadversión hacia el técnico madridista crece jornada tras jornada . Así, en las últimas semanas ha comenzado a extenderse por los campos de España el cántico, totalmente condenable, de «Mourinho, muérete» . En el partido de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey se escuchó en el estadio del Levante, pero es que este lunes, en un partido en el que no jugaba el Madrid, el Atlético-Mallorca , la grada del Calderón lo entonó con todas sus fuerzas . Tan evidente fue que el árbitro del encuentro, Ayza Gámez, lo reflejó en el acta, pero ahí se ha quedado el tema... Ha sido la única «defensa» que ha tenido José Mourinho. El carácter altivo del técnico y sus indudables provocaciones hacen que sus actos negativos tengan la máxima resonancia, y que cuando es él el perjudicado se relativicen o incluso se justifiquen. La última medida contra el luso ha sido la denuncia que los árbitros han trasladado mediante un escrito al Comité de Competición por sus declaraciones tras el choque entre el Almería y el Real Madrid . Entre otras cosas, Mourinho deseó que el colegiado Pérez lasano volviese a pitar a su equipo ni al Barcelona, unas declaraciones que le costarán una nueva multa al de Setúbal y que el propio árbitro ha contestado en una radio . ¿Habría respondido a otro que no fuera Mourinho? Seguramente no. Ese es el precio que tiene que pagar el luso.