Entrevista
Mikel Oyarzábal: «No soy un extraño por tener una carrera»
Con 23 años, ya es un fijo en las listas de Luis Enrique. Es el pichichi de la Liga y la referencia del líder. Un delantero normal con título universitario y pasión por la cocina

En la pandemia, dice Mikel Oyarzábal que ha perfeccionado sus técnicas en la cocina, y habrá que creerle. «Ya me gustaba de antes, y en el confinamiento tenías que hacer 1.000 cosas para no caer en el aburrimiento. Empecé a darle a ... la cocina con más interés», relata en una entrevista telefónica con ABC. «Y oye, la tortilla de patatas, que me gusta mucho, me sale muy bien», insiste antes de ponerse serio. Porque serio, que no aburrido, lo es, capitán del líder de la Liga a sus 23 años y ya uno de los fijos en las listas de Luis Enrique por su buen hacer con la Real Sociedad. Es el máximo goleador del campeonato (seis tantos) y se ha destapado como un especialista en penaltis, tan peculiar ese saltito que da antes de impactar con su 47 de pie. Oyarzábal, que nació en Éibar y cuyos asuntos los deja en manos de sus padres, tiene la carrera de ADE y presume de ser un chico normal, ciertamente lo aparenta. Hoy pretende trasladar su estado de gracia a la selección, que juega ante Suiza en un partido clave de esta Liga de las Naciones.
Se puede decir que ya es casi un veterano en la selección, no sorprende verle aquí.
He tenido la suerte de estar en las últimas convocatorias y estoy contento. El míster ha contado conmigo, incluso a pesar de no poder venir en la primera de este año por el coronavirus. Pero hay gente aquí que ha jugado muchísimos más partidos, que ha venido más veces, así que yo estoy para aprender, para aportar todo lo que pueda y para currármelo con el objetivo de seguir volviendo. Esto es primer nivel, esto es España, y sabemos que no nos podemos relajar porque a la mínima entran otros. Si no estás bien, no vienes.
A usted le va de maravilla. Máximo goleador de la Liga y con la Real en lo más alto. ¿Es su mejor momento?
Estoy contento. Tanto el equipo como yo estamos muy bien, no me puedo quejar. Es verdad que nos podría ir todo mejor, pero hemos afrontado este principio de año con muchas ganas y con ilusión. Queremos que siga así y nosotros pelearemos siempre. Y oye, sabemos que habrá rachas seguro en donde las cosas no salgan del todo bien o como deseamos, pero de eso se trata, de hacer frente a esas malas situaciones y de intentar que perduren los momentos como el de ahora.
¿Qué tiene la Real para ser líder y para que a todo el mundo guste?
Tenemos una idea muy clara. No solo los que jugamos, hablo del club entero. Los chavales que suben al filial, en las categorías inferiores se trabaja para lo que el primer equipo necesita… Ahora mismo hay una primera idea muy instaurada y eso es muy importante. Todo el que viene y todo el que juega ya sabe lo que tiene que hacer. Es básico en un club que todos remen para lo mismo.
Su equipo es el máximo realizador y usted el pichichi. Y precisamente de goles se habla en España, que no llegan. ¿Comparte el debate sobre la falta de acierto?
Al final, muchas veces son situaciones que se te escapan o que no puedes controlar. Son detalles muy pequeños. Nosotros sabemos que los que estamos aquí o los que no han venido tienen gol. Gol hay y lo habrá siempre. Insisto, son detalles. Con un pelín de suerte, todo cambia. Por esa parte, estamos tranquilos, no estamos nada preocupados, tarde o temprano va a llegar. Tranquilidad y paciencia.
¿Pero les angustia no marcar goles?
No creo que sea algo como para sentirse agobiado, no nos agobia. Está claro, y es lógico, que al que juegue arriba le gusta hacer goles. Y si fallas teniendo ocasiones no es para estar contento. Pero no nos influye a la hora de jugar. Cuanto más nos obsesionemos con el gol será peor. Hay que estar tranquilos. Me preocuparía perder y no crear ocasiones. Porque nosotros creamos y lo que falta es meterlas.
¿En qué punto está España?
La veo bien. Ha habido un cambio muy grande, gente que ha dejado de venir por circunstancias y otros que hemos venido nuevos. Pero el cambio es lógico y se da muchas veces en el fútbol. Creo que estamos mejorando, hacemos las cosas bien, y si en estos últimos partidos, haciendo lo mismo que hemos hecho y jugando de esta manera, entra la pelotita tres veces se hablaría de una España mucho mejor de la que se ve ahora. Tranquilidad.
¿Cómo ve a Luis Enrique en esta segunda etapa?
Ya sabemos cómo es Luis. Siempre que puede, te aprieta. Pero también ayuda y da consejos. Es un entrenador que lo vive, está muy dentro del partido. Poco a poco vamos asimilando sus ideas. No hemos tenido mucho tiempo para estar juntos, pero estamos asimilando sus conceptos. Seguro que irá bien.
¿Notan desapego por parte de la gente después de los chascos recientes y de los últimos resultados? ¿Sienten la obligación de tener que volver a enganchar a la afición?
Bueno, al final se ha juntado un poco todo. Los resultados no han sido los mejores y la situación actual que estamos viviendo no ayuda, tanto en la selección como en los clubes. Vemos que no es lo mismo, pero sí, lo que queremos es hacerlo bien, ganar y disfrutar y que la gente disfrute también. Son los que nos siguen, los que nos apoyan, ojalá y el público pueda volver cuanto antes a los estadios. Se les echa de menos.
¿Hay motivos para que la afición pueda pensar en que España está en condiciones de luchar por algo grande?
Sabemos que podemos hacerlo bien y que nos pueden ir bien. Pero cualquiera puede ganar a cualquiera. Nosotros creemos que podemos estar arriba y queremos empezar a construir otra vez las bases de esto, ojalá y vaya bien.
Tiene una carrera, ha compartido piso y eso hace que digan que usted es un futbolista especial, casi un extraño, por esos detalles tan comunes en el resto de jóvenes.
Lo dice la Prensa y se habla de ello, pero no me considero nada extraño, lo veo algo normal. Cuando empecé a jugar al fútbol lo tenía muy claro. Cuando empecé la carrera sabía que quería terminarla porque creía que me podía aportar y me gustaba. Creo, de todos modos, que cada situación es diferente y no hay que generalizar la regla de que todo el mundo tiene que estudiar o de que todos los jugadores deban tener una carrera y un máster. Yo me sentía bien y estudiar me servía para desconectar de todo lo que conlleva el fútbol. Lo llevo con naturalidad, pero no me siento un extraño en el vestuario.
¿Sigue con una vida normal y sin estridencias?
Sí. Una vida normal. Soy de ver series, normalidad, cosas que hace todo el mundo. Me gusta estar con mis amigos, con mi gente, y ya está, esa es mi vida. Leer de libros no es lo que más me gusta, pero alguna cosa sí que leo también.
¿Aplica los estudios al día a día del fútbol? ¿Tiene proyectos empresariales?
De momento, no. Me dedico al fútbol y, con lo que he estudiado y con lo que me explican mis padres, voy entendiendo todo el tema de cuentas y de todo lo que hay detrás de todos los números para ir absorbiendo todo.
Tema penaltis. Los mete todos, pero nada es eterno.
Llegará el día en que lo falle. En esta vida, el 100% no se puede controlar. Y el fútbol es eso, un deporte de errores y aciertos. Y oye, fallaré. En ese momento me enfadaré, como es normal, pero lo asumiré con naturalidad y no pasa nada. Todos queremos hacerlo bien y por eso los entreno, pero no siempre será acierto.
Y tiene esa técnica tan suya de esperar y dar un saltito antes de disparar… Cantará más su fallo.
Es una manera de tirarlo que he ido entrenando y de momento no me va mal. El día que no funcione, buscaré otra fórmula.
La pandemia ha comprimido más si cabe el calendario. ¿Les da tiempo a pensar en dónde están, saben para qué juegan?
Creo que el futbolista no se da cuenta de todo lo que está haciendo hasta que termina su carrera. Ahí sales de esta burbuja. Dentro lo vives con intensidad, con ganas de jugar, de ganar, es competitividad pura y dura. Pero hasta que no lo dejas no te das cuenta de todo lo que supone estar tantos años en esta profesión. Con el tiempo te das cuenta, pero no lo valoras del todo.
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