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EUROCOPA 2012

España, en el olimpo futbolístico de los mejores equipos de la historia

La selección supera a la Hungría de Puskas, el Brasil de Pelé y la Alemania de los 70

ABC

M. Á. BARROSO

En el deporte, la memoria no siempre está grapada a la gloria. Cualquier aficionado con unos cuantos años a cuestas recordará a la Holanda que perdió dos finales de la Copa del Mundo en los años 70 (una frente a Alemania en 1974; otra ante Argentina en 1978), aquella «naranja mecánica» de Johan Cruyff, Neeskens, Rensenbrink, Rep y los hermanos Van de Kerkhof. Crónicas más antiguas hablan maravillas de la Hungría de Ferenc Puskas y Sandor Kocsis que, después de practicar un fútbol excelso, llegó a la final del Mundial de 1954 encadenando una treintena de partidos invicta y sucumbió frente a Alemania. Probablemente el fútbol moderno nació con aquel equipo sin corona que derrotó a Inglaterra en Wembley por 6-3 un 25 de noviembre de 1953 (primera vez que una selección no británica «profanaba» ese templo). En la revancha, unos meses después, los ingleses también fueron vapuleados (7-1) en Budapest.

A esos equipos legendarios hay que sumarles otros que maravillaron por su juego, pero también por su cosecha de títulos. A la España del toque y la posesión que ha logrado la triple corona de forma consecutiva se la compara con el gran icono de todos los tiempos, el Brasil campeón del mundo en 1970 , el inventor del «jogo bonito». Los Pelé, Jairzinho, Gerson, Tostão y Rivelino ganaron 4-1 a Italia; aquella fue la mayor goleada registrada en la final de un gran torneo de selecciones hasta que llegó la del pasado domingo. Toque de balón, una técnica exquisita y laterales reconvertidos en extremos. Gerson ponía el orden en el centro del campo. Tostão fue, tal vez, un falso 9 en una época en la que no se debatían estas cosas; rápido y habilidoso, aparecía en el momento oportuno. Rivelino era el amo de la banda izquierda y tenía un extraordinario golpeo de balón. Jairzinho era imparable en el uno contra uno; en aquel torneo se convirtió en el único jugador que ha anotado en todos los partidos de un Mundial. Y Edson Arantes Do Nascimento, Pelé, poseía las virtudes de todos ellos y las sublimaba. Primer publicista de sí mismo, hace unos meses dijo que iba a enviar vídeos a Messi para que viera cómo jugaba; y probablemente no esté de acuerdo en la comparación entre esta España y aquel Brasil. Hubo otra «Canarinha» mágica, formada por tipos como Sócrates, Falcao, Toninho Cerezo, Éder y Zico, que se convirtió en el equipo preferido por los españoles cuando nuestra selección descarriló en el Mundial 82, pero Italia le cortó el paso al título.

Leyendas a las puertas

El caso es que el Brasil de Pelé se quedó a las puertas de la gesta conseguida por España. Ganó dos mundiales consecutivos (1958 y 1962), pero falló en la Copa América de 1959. Algo parecido le ocurrió a otra selección inolvidable, la Alemania de Beckenbauer : logró la Eurocopa de 1972 y el Mundial de 1974 celebrado en su país, pero en la Eurocopa de 1976, que tuvo lugar en Yugoslavia, Checoslovaquia venció en los penaltis con el mítico lanzamiento de Panenka del que tanto se ha hablado estos días.

El último precedente de la campeona de Europa y del Mundo hay que buscarlo en la Francia que dominó el fútbol a finales del siglo XX, ganando de una tacada el Mundial de 1998 y la Eurocopa de 2000. El papel de Zinedine Zidane en la consecución de los citados títulos fue determinante, aunque en aquel grupo descollaban talentos como Desailly, Thuram, Deschamps, Djorkaeff, Henry, Trezeguet, y Vieira.

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