Entrevista
Íker Casillas: «Estoy muy orgulloso de la actitud de mis compatriotas»
Al cumplirse un año del infarto que le apartó de los campos, el mítico portero cuenta a ABC su recuperación y como está viviendo el confinamiento. Elogia a los españoles, a los trabajadores que arriesgan su vida por ayudar frente a la pandemia
La carta del Real Madrid para despedir a Íker Casillas

Un año que ha cambiado la historia. Un año que ha revolucionado la vida de un icono nacional. El 1 de mayo de 2019, el fútbol español sintió un terremoto. Íker Casillas, el extraterrestre que salvó a España ante Holanda en África del ... Sur, amado eternamente por toda una nación, sufrió un infarto que casi le cuesta la existencia. El campeón del mundo acudió esa mañana a entrenarse al Olival, el centro de entrenamiento del Oporto, y comenzó a realizar paradas. Llegó un balonazo. Un minuto después, un fuerte dolor en el pecho fue confundido inicialmente con las molestias del pelotazo. La extensión del dolor hacia la boca y los brazos le alarmó. El problema era otro, mucho más grave. Nelson Puga se percató de la gravedad que aquello entrañaba. Fue el primer hombre que le salvó la vida.
Preocupación por España: «Estoy muy preocupado por la situación, por lo que sucede en España, he intento siempre mandar un mensaje positivo a mi país con la ilusión de ver que este drama se supere lo antes posible»
La rápida actuación del jefe médico resultó fundamental para que el infarto no tuviera otro desenlace. El doctor del Oporto, sabio en mil lides, no esperó aquella horrorosa mañana a la ambulancia. Subió inmediatamente al guardameta en su coche y voló al hospital CUF de Oporto como si fuera Fernando Alonso montado en un coche de serie. Líder en cardiología, Nelson ya había avisado a los especialistas para que estuvieran preparados.
Vivir las cosas pequeñas
Sara Carbonero, compañera de cien batallas en el periodismo deportivo, recibió la llamada y regresó rápidamente desde Tarifa, en coche, para llegar horas después al hospital. En ese periodo de tiempo, Joao Carlos Silva, otra eminencia en cardiología, ya había intervenido al mejor «porteiro», o «goleiro», de la historia de España .
Habla de quienes se juegan la vida: «Es admirable el trabajo y la entrega de los sanitarios, de los transportistas, del sector de la limpieza, de tantos trabajadores que están poniendo en riesgo su vida para ayudar a lo demás»
Silva, que recibió un máster en cardiología en el hospital Clínico San Carlos de Madrid unos años antes, decidió que Casillas necesitaba ser sometido a un cateterismo para superar el infarto. El futbolista ganó la batalla. Tocado, que no hundido, venció. Su vida ha cambiado muchísimo en este año. Ha sabido disfrutar de las pequeñas cosas que el frenesí del fútbol te impidió saborear tantas veces, deprisa, deprisa siempre. El corazón le obligó a profundizar en las cosas.
Juntos, fuertes, adelante
El confinamiento, producto de la pandemia, ha incidido en esa vida de reflexión para Íker y para Sara, que también ha soportado un año muy duro en su pelea contra un cáncer de ovarios. La gravedad de ambas situaciones les ha hecho hacerse más fuertes y saber vivir el minuto, cada segundo, con su hijos, Martín y Lucas, que tienen seis y cuatro años respectivamente. Casillas responde a las preguntas de nuestro diario sobre este año tan injusto, sobre su recuperación, su forma de defender la portería de su vida, el confinamiento de la pandemia. Y le hemos pedido su opinión ante la respuesta de los españoles frente a ese coronavirus que es todo un infarto nacional.
—¿Cómo ha vivido y cómo afronta Casillas este confinamiento, en su caso desde su casa en Oporto ?
—Pues lo vivo cumpliendo al cien por cien las recomendaciones de las autoridades portuguesas. En Portugal las condiciones del confinamiento son algo más livianas que en España. Por ejemplo, puedo salir de casa y doy muchos paseos por la zona donde vivo (en Foz, a las afueras de Oporto) para mantener la forma física. No es tan duro como en España.
—¿De qué forma que se ha planteado la vida, sin el fútbol de competición en la cabeza? ¿Qué hace, en qué ha trabajado, qué cosas le han hecho disfrutar en este año que ha transformado su devenir diario?
—Ha sido un año diferente para mí y para toda mi familia. Mi objetivo fundamental ha sido recuperarme bien, siguiendo las indicaciones de los médicos que me trataron desde el primer momento que sufrí el infarto. He estado cumpliendo los controles estrictos de los doctores y he realizado actividad física en la medida que ellos, que son los que saben, me lo han ido autorizando. La verdad es que me encuentro en un estado de forma magnífico y estoy superando paulatinamente el infarto que sufrí hace un año.
La disciplina: «Estoy impresionado por la respuesta de la gente en España, cumpliendo el duro confinamiento»
Para Casillas ha sido, en realidad, un año terrible. Tres semanas después de su infarto, Sara era operada de cáncer de ovarios. Todo se juntaba. Los dos se hicieron de acero. No podían tirar la toalla. Nadie sabe lo que es superar esas dos tesituras en el margen de veinte días y salir adelante.
El madrileño reconoce hoy, doce meses después, que vive una «semana importante» para él «en lo personal, ante un día muy especial» en su vida, este 1 de mayo que cambió tantas cosas para él y su familia. « Se agolpan en mi cabeza muchos recuerdos, el primero, aquel 12 de septiembre de 1999 cuando debuté como portero del primer equipo del Real Madrid», comentaba hace unos días en las redes.
Esperanza: «Les digo a todos que vamos a salir adelante, espero que pronto todo el mundo pueda volver a su vida normal; he intentado ayudar en todo lo que me han propuesto»
El maldito coronavirus le ha hecho ver cómo el sufrimiento propio, en su caso por culpa de un infarto, se ha trasladado ahora, por el Covid-19, a decenas de miles de personas en España y, en menor medida, en Portugal. Conoce a familias afectadas.
—¿ Qué siente Íker Casillas al ver que sufrimos tantos fallecidos en España por culpa de esta pandemia?
—Estoy muy preocupado por la situación actual, la verdad, preocupado por todo lo que está sucediendo en España. He intentado colaborar en todo lo que he podido y en todo lo que me han propuesto. He estado intentando mandar un mensaje positivo en todo momento a todo el país y con la ilusión de ver que este drama se supere, que se pase pronto, y que todo el mundo vuelva a su vida. Estoy muy impresionado por la respuesta de la gente en España, cumpliendo en casa el duro confinamiento.
—¿Qué piensa cuándo observa a tantos profesionales en España, de todos los ámbitos, que están jugándose la vida por lo demás?
—Es admirable, me siento muy agradecido por el trabajo y la entrega de nuestros sanitarios, de los transportistas, del sector de la limpieza y en general de tantos y tantos trabajadores de todos los sectores que han seguido trabajando y poniendo en riesgo su vida para ayudar a los demás. Es de admirar.
—¿Qué mensaje de ánimo les quiere enviar a los españoles en esta cruda situación que soportamos?
—Les digo a todos que vamos a salir de esta situación. Estoy muy orgulloso de mis compatriotas y de su actitud antge el gran problema. Todos juntos saldremos adelante.
Adelante salió el hijo adoptivo de Móstoles tras el duro varapalo del 1 de mayo de hace 365 días. Aprendió a masticar cada hora de vida. A disfrutar cada día con Sara, con sus hijos Martín y Lucas , con sus grandes amigos y con los demás, los que le adoran, le quieren, le admiran. «Lo que me sucedió supuso, sobre todo, un cambio en la cabeza», no deja de repetir. Esa es la clave de una transformación absoluta en el orden de valores y prioridades. Ya no piensa en ser el mejor guardameta del mundo, como lo fue desde 2008 hasta 2012. Ni en su plusmarca de partidos con España. Ni en su número de victorias en la Champions. Ni en ser el único español que ha levantado una Copa del Mundo como capitán.
«Hoy estoy al cien por cien, pero al principio me daba miedo caminar, hacer ejercicio, coger peso»
No deja de cuidarse médicamente, el infarto es un traidor eterno, no descansa. «Me encuentro fuerte, mejor que antes, pero tomo una medicación que es la que me hace estar bien», señala Casillas. «El médico me tiene que decir si continúo con ella o si hay que cambiarla». No fue bueno para Íker el estrés emocional, mental, que le generaba el cáncer de ovarios de Sara, del que fue operada. Y viceversa. Era un examen de resistencia detrás de otro. La sinceridad del gran guardameta es abrumadora. Estremece escucharle explicar esta realidad: «Al principio tenía miedo hasta de caminar, a dormir en la cama, a hacer ejercicio, a coger cualquier cosa de peso». Sus compañeros del Oporto y del Real Madrid, entrenadores como Del Bosque y Lopetegui , escuchaban estas palabras y se les caía el alma a los pies, a las botas del fútbol. Lo decía un campeón del mundo, ganador de todos los títulos con España y con el Real Madrid, plusmarquista de victorias europeas. De ser protagonista en el campo pasó a dudar si caminar cien metros. El infarto es un enemigo eterno. «Piensas más, valoras más los momentos. A veces los jugadores no valoramos lo que tenemos y lo felices que podemos hacer a mucha gente. Lo más importante es encontrarte bien contigo mismo». Lo malo aporta lecciones nuevas, subraya el hombre que volvió a nacer un 1 de mayo.
No es el momento de hablar de las elecci0nes de Federación Española
Acaba contrato con el Oporto el 30 de junio. No se entrena desde el 2 de mayo del año pasado. Está a punto de decir que cuelga oficialmente las botas y se embarca en su nuevo reto de vida: ser presidente de la Federación Española de Fútbol. Pero Casillas insiste en no hablar de este asunto mientras siente cómo trescientos españoles mueren cada día por la pandemia y mientras constata cómo los contagios aumentan por miles.
«No es el momento de hablar de eso, del tema de la Federación. Ahora es lo menos importante, con todo lo que está sucediendo. Lo importante es que superemos esta terrible situación, que se encuentren soluciones, que llegue una vacuna, que sé que es complicado, pero que se está trabajando en todo el mundo para ello». Ha reiterado este mensaje, con distintas palabras, pero con el mismo trasfondo, cada vez que los periodistas y los aficionados le interpelamos respecto al objetivo futbolístico que se ha trazado. Precisamente, la pandemia ha obligado a retrasar las elecciones a la presidencia de las federaciones.
Candidatura de nivel
Algunas encuestas sin valor estadístico le otorgan una victoria virtual en esa aspiración por el primer puesto del fútbol nacional. Al mito de nuestro balompié no le conviene que se diga eso, porque pone aún más en guardia a sus rivales. Casillas, que corrobora que no desea hablar de cualquier aspecto del litigio en esta terrible tesitura sanitaria, siempre ha advertido que lucha contra un adversario que está dentro del organigrama de la FEF y que es muy difícil vencer a alguien en esas condiciones.
Tiene el apoyo en el voto de muchos futbolistas y entrenadores en esta causa, pero en el gran reto de la presidencia hay demasiada política de por medio y enormes intereses creados desde hace años.
Ahora, el madrileño prepara con serenidad una candidatura de peso, con futbolistas de alto nivel, como él, que tambien se encuentren preparados para la gestión. De fútbol saben más que nedie. Será una batalla dura. Quiere cambiar muchas cosas.
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