Hollande «revienta» al PSG

aitor santos moya

11/09/2012
Actualizado 18/09/2012 a las 04:22h.

No corren buenos tiempos para el fútbol galo. En realidad, nunca los ha tenido. Basta un repaso rápido al palmarés de la Champions League para comprobar que solo ha obtenido «La Orejona» en una ocasión. Era el año 1993, cuando el Olympique de Marsella lograba un histórico doblete (Ligue 1 y Champions) que a la postre, daría con sus huesos en Segunda División. Escándalos de sobornos y amaños de partidos fueron una losa demasiado pesada para la «etapa más brillante» del deporte rey en el país vecino.

Casi 20 años después, no supone un descubrimiento afirmar que el fútbol francés está varios peldaños por debajo de las principales ligas europeas. Un campeonato convertido en un interesante escaparate para los jóvenes y emergentes talentos . Nada más. Sin embargo, la llegada del Jeque Sheikh Tamim Bin Hamad Al-Thani al París Saint Germain hace dos veranos, parecía revertir la tendencia. La pasada temporada, el aterrizaje de Javier Pastore por la astronómica cifra de 43 millones de euros, no bastaron para colocar al conjunto capitalino en la órbita de los grandes clubes europeos. Ni siquiera a nivel local, ya que tampoco pudo lograr una liga que se fue para Montpellier de la mano de su principal estrella, Olivier Giroud , quien como viene sucediendo en los últimos años, apañó el petate para desembarcar en Londres.

Aun así, el reciente período estival se abrió con una única premisa en la cabeza del Jeque. Subir un euro más, cada una de las ofertas emitidas por los clubes más poderosos que se entrometieran en sus planes de reventar el mercado de fichajes. De esta forma, el PSG incorporó a Thiago Silva y Zlatan Ibrahimovic (ambos procedentes del Milán) por un montante de 62 millones de euros. Dos incorporaciones de relumbrón que parecen, ahora sí, colocar al club en posición de asalto al viejo trono del continente europeo.

Sin embargo, la reforma fiscal anunciada el pasado domingo por el presidente de Francia, François Hollande , toca de lleno en los cimientos del fútbol galo, y más en concreto, del pujante proyecto parisino. Todos aquellas personas que ganan más de un millón de euros anuales, deberán tributar el 75 % de sus ganacias durante el periodo que abarca los años 2013 y 2014 . Esta nueva medida obligará a la mayoría de los equipos de la Ligue 1 a revisar los contratos de sus futbolistas en nómina.

Pero como se pueden imaginar, el caso es especialmente sangrante para el equipo entrenado por Carlo Ancelotti . El traspaso del delantero sueco vino acompañado de un salario astronómico que asciende a unos 14 millones de euros por año . En el mundo del balompié, los representantes de las estrellas (y no tan estrellas) poseen una ley no escrita de negociar el salario de sus representados en neto. Los futbolistas no quieren que las imposiciones fiscales de cada país les perjudiquen de cara a sus objetivos salariales , y por ello nunca negocian sus contratos en bruto, como cualquier otro trabajador.

Así, para que el público del Parque de los Príncipes pueda seguir viendo a Ibrahimovic a partir de 2013, el PSG deberá gastarse en torno a 60 millones de euros por temporada para pagarle lo pactado. En el caso de Thiago Silva , la cifra asciende a 32 millones debido a los 8 millones limpios que cobra el central brasileño. A ellos hay que sumar los salarios de Javier Pastore (20 millones brutos), Ezequiel Lavezzi (18) o Jérémy Menez (15).

Estos casos son la punta de lanza de un montante total de 166 millones de euros que deberá soportar el PSG si quiere seguir manteniendo en plantilla a un elenco de jugadores con los que aspirar a todo. Una cifra «insosteniblemente» alta, que puede provocar un terremoto el próximo verano .

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