A Granero no le importa madrugar

El partido venía marcado por la eliminación europea . Se notaba en el ambiente, más frío de lo habitual en los alrededores del Bernabéu. El tiempo, aún invernal, tampoco ayudaba a caldear los ánimos y la apatía era la nota predominante tanto fuera como dentro del campo.

Con ese panorama, fue Granero el que se encargó de encender la mecha. Él era el único del once blanco que no había sido titular ante el Bayern y sabía que la oportunidad (ésta y todas las que vengan de aquí a final de temporada) era clave para su futuro.

Asi lo entendió el centrocampista, especialmente activo durante los primeros minutos de partido . Su buen toque de balón ayudó a que el Madrid comenzara a carburar. Entre él y Xabi movieron al equipo. Marearon al Sevilla de una a otra banda, buscando espacios que tardaron en aparecer.

El «11» blanco no se amilanó, a pesar de la batalla que el Sevilla planteó en el centro del campo. Se fajó, aguerrido, y demostró que no tiene que envidiar nada en actitud defensiva, aunque quizá sí que le falte el fondo físico de otros, como Khedira o Lass.

Ese desgaste defensivo fue el que le llevó al banquillo mediada la segunda mitad . Doble abrazo en la banda con Khedira y Callejón antes de recibir la enhorabuena de Mourinho.