Copa del REY

Al rojo vivo desde la grada al césped

Las aficiones rugieron acorde a la alta temperatura del partido

Al rojo vivo desde la grada al césped EFE

RAÚL COSÍN

La temperatura de la grada de Mestalla fue acorde a los grados generados por los jugadores en el césped de Mestalla. Por cierto, un verde, objeto de polémica en los últimos días, en unas condiciones excelentes para la práctica del fútbol y para acoger la final de finales de copas nacionales entre los dos mejores equipos del mundo. El Barcelona y el Real Madrid, ya salieron caldeados desde el último partido de Liga, desde la manita del Camp Nou, desde las declaraciones previas o desde el propio hecho de ser el clásico, el segundo de los cuatro en quince días. Salió fiero el equipo de Mourinho y con ellos empujó la afición madridista . El calor recíproco fubolistas-grada lo fueron dando las propias etapas por las que evolucionó el duelo.

Con el recuerdo del pelotazo liguero de Messi hacia el fondo del ataque azulgrana en el Santiago Bernabéu, la nota curiosa la puso Pinto. Un chut de Xabi Alonso se fue fuera. El rebote se lo encontró el meta del Barça y el balón se fue a la grada. Por si las moscas, se quedó pidiendo disculpas. Y a los 25 minutos llegó la primera tángana entre barcelonistas y madridistas. Un encontronazo entre Arbeloa y Villa , con intervención de Sergio Ramos, acabó en calentura y encuentro de futbolistas retándose verbalmente.

La tensión subió exponencialmente en el segundo tiempo. Entonces el calor se notó más en el rugir azulgrana, porque estos le tomaron el pulso al partido. Hubo incluso ¡olés! hacia el ecuador del segundo acto al juego del Barça . Es fútbol y lo que siente la grada solo son capaces de hacerlo brotar los protagonistas de esto. Ayer Mou y Guardiola eran secundarios. El partido se fue a la prórroga al rojo vivo. Así era la final. Y la tensión, y el nerviosismo subieron. Pero el testarazo de Cristiano encumbró a la grada blanca. Júbilo. Explosión.

La división entre aficiones ya partió desde que sonó el himno nacional en presencia de Don Juan Carlos . Con las notas musicales de todos los españoles, el rugir madridista fue en paralelo al himno, mientras que en los sectores de la hinchada barcelonista, pese a la solicitud de Guardiola y los propios responsables de las peñas de respeto, se oyó una sonora pitada, así como se mostraron desde el fondo del Barça banderas independentistas.

El recibimiento de la afición del Madrid no pudo ser mejor. Una bandera gigante blanca, que ocupó gran parte del fondo del conjunto madrileño, rezaba: ¡Hasta el final, vamos Real! Así comenzaba a marcar la temperatura la hinchada madridista . Pero lo grados habían comenzado a subir mucho antes.

Concordia y ovejas negras

La concordia, no obstante, fue la nota predominante durante el día. Comenzaron a dar ejemplo las directivas de ambos clubes, con Florentino Pérez y Sandro Rosell a la cabeza, en la comida oficial con la Real Federación Española de Fútbol. Los aficionados de uno y otro equipo, tanto en las «fanzone» de cada club, como en los hoteles de los equipos, así como en las inmediaciones de Mestalla o el centro de la ciudad reino el buen ambiente. Hubo un comportamiento inmaculado y ejemplar, aunque en estas ocasiones siempre aparece alguna oveja negra . Una decena de heridos se contabilizaban en situaciones puntuales.

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