Muere Maradona
Gardel, Perón, Evita y ahora Maradona: viaje al Olimpo de los mitos
La despedida del futbolista y su repercusión en Argentina lo eleva a la altura de los grandes símbolos del país sudamericano

Pasó a mejor vida. De eso, pocos dudan. Diego Armando Maradona subió, está vez sí, al Olimpo de los mitos de la Argentina que están en otro mundo. Gardel, Perón, Evita, Ernesto Che Guevara , y hasta Néstor Kirchner, están ahora en el mismo ... lugar, pero en diferentes sitios. Del mundo del deporte, lo más parecido a lo que está pasando ahora con Maradona fueron las exequias de Juan Manuel Fangio, un bólido al volante.
El expresidente Kirchner fue velado con el féretro cerrado. No se recordaba un caso similar. Aquel hermetismo –en todos los sentidos– dio paso a todo tipo de especulaciones. Oficialmente, murió en el Calafate de un infarto fulminante . Medía cerca de dos metros y su cuerpo fue trasladado en avión a la ciudad de Buenos Aires en «un cajón en el que tuvieron que doblarle un poco las piernas porque no entraba», recordaría uno de los hombres que lo llevó a hombros.
Las exequias de Kirchner se convirtieron en un gran plató de televisión por el que desfilaron, durante 24 horas, miles de argentinos, pero también presidentes y primeras espadas de la política. El eje bolivariano en pleno acudió a ver lo que no se veía en la Casa Rosada . Hugo Chavez encabezó una comitiva que luego, con sus más y sus menos, se repetiría en su muerte. Evo Morales, Rafael Correa, José «Pepe» Mujica, Fernando Lugo y Lula Da Silva cerraban filas en torno al expresidente. Pero a la hora de la muerte, la ideología no suele pesar y Sebastián Piñera y Juan Manuel Santos acudieron como un solo hombre a la despedida del marido de Cristina Fernández.
Tristán Bauer ordenó la escenografía de la Casa Rosada, colocó a la viuda y por entonces presidenta detrás de unas enormes gafas negras y rodó, rodó… tantos metros de película como quiso. « Argentina tiene una larga historia de ceremonias fúnebres populares y desgarrantes. Aunque las de Eva Perón en 1950, de Juan Domingo Perón en 1974 y de Nestor Kirchner en 2010 fueron las más impactantes por la dimensión política de los personajes», recuerda Silvia Mercado autora de, entre otros libros, «El relato peronista, porque la única verdad no siempre es la realidad», en alusión a una frase mítica de Perón.
Raúl Alfonsín
La muerte de Raúl Alfonsín, el 1 de abril de 2009, tuvo, como la de Maradona, tres días de luto. A diferencia de éste el velatorio se produjo en el Congreso, sede de la soberanía del pueblo. Las relaciones de Alfonsín con el kirchnerismo no fueron buenas. El 25 de mayo del 2003, Kirchner pronunció un mensaje con motivo de su investidura donde se hizo amo y señor de los derechos humanos y omitió lo más importante: la Conadep (Comisión para la Desaparición de personas), que se hizo en el Gobierno de Alfonsín y los juicios a las Juntas Militares, «un hecho sin precedente en la historia porque, a diferencia de los de Nurenberg, fueron argentinos los que juzgaban a argentinos», recordaría el ex fiscal de aquel juicio histórico.
Los radicales (Unión Cívica Radical) no perdonarían aquella ofensa aunque el hijo de Alfonsín, Ricardo, encontraría espacio para la reconciliación y es hoy embajador de Argentina en España . El féretro de Raúl Alfonsín fue llevado por una cureña militar escoltada por el regimiento de Granaderos a Caballo, al emblemático cementerio de la Recoleta de Buenos Aires. La multitud le aplaudía a rabiar a su paso.
Kirchner fue el último de los seis presidentes que fueron velados en la Casa Rosada.
Eva Perón fue otra historia, el pequeño cuerpo de la «líder espiritual» de los argentinos tuvo un periplo complicado por Europa, después de su secuestro, hasta terminar en Puerta de Hierro donde Perón estaba exiliado con su segunda esposa, Isabelita Martínez. Un español, el doctor Pedro Ara, lo haría inmortal, en forma de momia embalsamada. Los argentinos la lloraron y velaron en el primer piso del Ministerio de Trabajo y Previsión, donde ella había regalado máquinas de coser y despachado con los «grasitas» (trabajadores). El luto oficial se extendió por 30 días y durante dos se suspendieron las actividades oficiales y se cerraron bares, comercios y restaurantes por tres jornadas consecutivas . No hubo periódicos ni taxis. Tampoco fútbol. La CGT (Confederación General del Trabajo), donde hizo la segunda escala el cadáver, la declaró «mártir del Trabajo» y el sindicato de la Alimentación pidió su canonización al Vaticano. La llegaron a comparar con Santa Teresa. Increíble, pero cierto. Verdad también fue el viaje de un mes de los restos carbonizados de Carlos Gardel de Medellín a Argentina. Y un hecho histórico el tiroteo, el 17 de octubre de 2006, del traslado del cuerpo del general Perón del cementerio de la Chacarita al mausoleo de San Vicente. El tirador era conocido como Madonna. Hay más historias, pero la última y la más nueva la escribirá Maradona o lo que queda de él en su viaje desde la Casa Rosada.
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