COPA DEL REY
El Madrid impone su rocosa fe
Muy poca autoestima del Atlético en un partido dominado en su casi totalidad por el equipo de Mourinho, que se mostró más pujante y vivo
![El Madrid impone su rocosa fe](https://s1.abcstatics.com/Media/201101/13/0MXI0480--644x362.jpg)
La intensidad, la viveza, el ansia de ganar, todo eso que fabrica el dominio de un partido, no es algo que se compre en la tienda de ultramarinos (las pocas que quedan) de la esquina. Viene del hambre de victoria, la que ayer tuvo el Madrid en la primera parte y no tuvo el Atlético, atemorizado y acomplejado en un escenario al que lleva ya demasiado tiempo saliendo de esta guisa.
Los rojiblancos salieron indemnes por un azar, o por dos o por tres, hasta por cuatro. Por eso y porque tuvo un relámpago de inspiración en las tres pistolas de alto calibre que tienen arriba . Pase de Reyes, remate en velocidad de Agüero y certificación final de Forlán.
Pero luego, el Atlético fue visto y no visto. A partir de ahí desapareció, al menos del medio campo defensivo del Madrid porque apenas se vieron camisetas rojiblancas más allá de su propia medular . Empujado mitad por el brío del Madrid mitad por su acobardamiento propio, el Atlético se remitió a la concha de tortuga. Se metió atrás y ni pudo salir, ni tocar bola ni crear un mínimo de peligro.
Mucho fue por causa del Madrid, que metió el partido en una botella y agitó al rival con claros visos de dejarle más beodo que a Bukowski en plena creación literaria.
Todo fue del Real entonces, y también después. Con una vitalidad enorme en sus hombres, los blancos entraron por todos lados y cada balón que agarraba Cristiano era una corneta para que todos los rojiblancos se metieran en el refugio antinuclear . Un destrozo por todos lados. Vivió el Atlético durante toda la primera parte del poco tino de los blancos en los metros finales y del ojo de De Gea, que realizó paradas de todo tipo y color, inconmensurable en su quehacer.
Ocasiones a granel
Eso sí, no pudo evitar el gol del empate en la enésima ocasión madridista. Un córner al que entró Sergio Ramos con ese poderío aéreo que demuestra aquí y allá . Se la tragó un poco el portero atlético, pero luego compensaría con creces el agujerito tapando todo lo que su equipo, colgado del larguero cual murciélago, no podía cerrar.
Amenazó ruina colchonera durante esa presión inmisericorde del Madrid, pero a los blancos les sobró un pasito atrás para ver el último toque y le faltó viveza en Benzema , que tiene que estar más atento y listo para recoger los rechaces que un nueve nato sí sabe cosechar. El Madrid, fruto del esfuerzo tremendo de la primera parte, bajó sus prestaciones, y por inercia natural, las subió el Atlético. Encontró contras con más facilidad, pero perdonó. Entonces apareció la seda de Ozil y en el segundo palo llegó el búfalo Cristiano como un obús para marcar el segundo, castigando así la ingenuidad y la falta de autoestima del Atlético, que en el Bernabéu (y en muchos otros sitios más) no se acaba de creer nada de los que hace.
A pesar de la bajada de intensidad, el Madrid creó multitud de problemas a su rival porque Mourinho quitó a Benzema y metió a Kaká . Sin nueve fijo, con todo el mundo moviéndose sin posiciones fijas, el Atlético tuvo dificultades para defender, por demasiada gente apelotonada atrás y por no tener una armazón defensiva de garantías. A medida que todos los físicos se iban abajo, crecía el genio de Ozil, que es inacabable en su talento. Buscó por todas partes, creó y apretó el corazón de toda la defensa atlética con sus internadas , plenas de sencillez y magia.
En los últimos minutos, con todo el mundo buscando aire con desesperación, pudo pasar cualquier cosa, sobre todo que marcase el Madrid porque Cristiano era el único que seguía incombustible. Fue lo que pasó: un error en cadena de los rojiblancos vino a poner justicia en el marcador y también en el gran trabajo de Ozil.
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