copa del rey

Adiós al fantasma de copas pasadas

El torneo llevaba 18 años esquivando al Madrid, que había sufrido «alcorconazos» y «centenariazos»

Adiós al fantasma de copas pasadas

MIGUEL ÁNGEL BARROSO

Incluso antes de la victoria del miércoles parecía un atrevimiento afirmar que el cuento copero del Real Madrid es «dickensiano». Echemos mano de su palmarés en esta competición: 18 títulos, sólo superado por el Athletic de Bilbao (23) y el Barcelona (25) . Sin embargo, había detalles en las dos últimas décadas que describían una historia de desencuentros.

Mourinho, acostumbrado a ganar los debates que se resuelven por K.O., no quiso ser Ebenezer Scrooge cuando le visitó el fantasma madridista de las finales pasadas y le recordó «alcorconazos», «centenariazos» y otras experiencias amargas vividas en casa, como el choque frente al Atlético en 1992 o el Barcelona en 1968, o la derrota en Montjuïc a manos del Zaragoza en 2004 . El club de la calle de Concha Espina ha perdido 19 de las 37 finales de Copa disputadas. Esta estadística contrasta con la fiabilidad demostrada en la Copa de Europa —y su heredera, la Liga de Campeones—: se ha impuesto en 9 de las 12 finales que ha jugado.

No fue una final, pero en aquel aciago otoño de 2009 el Real Madrid entró en la historia de un modesto equipo de Segunda B. Partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey: Alcorcón 4, Real Madrid 0 . En el Bernabéu los locales sólo pudieron firmar un parco 1-0. Llovía sobre mojado, ya que el año anterior el Real Unión de Irún , también un Segunda B, fue un muro infranqueable en la misma ronda. El ya mítico «alcorconazo» supuso el principio del fin de Pellegrini. Este curso, Mourinho lo tuvo claro cuando el Murcia se cruzó en su camino: «Si sucede lo mismo que en Alcorcón, una cruz... y conmigo están muertos» . Sus jugadores tomaron nota de la advertencia y llegaron muy vivos hasta el último envite después de dejar en la cuneta al campeón (Sevilla) y subcampeón (Atlético) de la última edición.

Otro de los hitos negros de la reciente historia blanca fue el conocido como «centenariazo». El 6 de marzo de 2002 el Real Madrid cumplía 100 años. Nadie discutía su condición de gran leyenda deportiva del siglo XX y todo estaba previsto para celebrar la efeméride ganando la Copa del Rey en su engalanado estadio, ante su público. Faltaba un pequeño detalle: había que vencer al Deportivo de La Coruña , que aquella temporada estaba peleando la Liga al Valencia (que a la postre acabaría llevándosela), con Real Madrid y Barcelona también en la pomada.

Eran otros tiempos: los outsiders les discutían la primacía a los grandes, y el campeón le sacaba una decena de puntos al cuarto, y no 36 como el año pasado. Aquel Madrid de los «zidanes y pavones» sucumbió 2-1 (goles de Sergio y Tristán en la primera parte para los coruñeses; Raúl acortó distancias en la reanudación) ante un Súperdepor donde jugaban tipos como Mauro Silva, Valerón, Fran o Djalminha. Los blancos superaron la decepción dos meses después en el estadio Hanpden Park de Glasgow conquistando la Champions ante el Bayer Leverkusen con aquel inolvidable gol de Zidane.

El Atlético de Madrid, en el diván porque se ve incapaz de meterle mano a su eterno rival en los últimos tiempos, ya tenía experiencia en ganarle finales de Copa en el Bernabéu. En 1960 y 1961 el Atleti de Peiró, Calleja, Collar, Rivilla y compañía superó al mejor Madrid de la historia, el de Di Stéfano , el de las cinco Copas de Europa consecutivas, por 3-1 y 3-2. Con estos precedentes se presentó en casa del vecino en la final del 92.

Los rojiblancos, dirigidos por Luis Aragonés, se impusieron 2-0, con goles de Schuster y Futre. La temporada siguiente, el equipo blanco ganó al Zaragoza 2-0 en el estadio Luis Casanova de Valencia. Era su último triunfo en el torneo hasta ayer . En esos años de sequía copera atrapó seis Ligas y tres Champions.

El 17 de marzo de 2004 se presentó en Montjuïc con clara vitola de favorito frente a un Zaragoza en el que jugaba un tal David Villa . Se adelantaron los madridistas en el minuto 26 con un gol de libre directo «marca Beckham». Los maños dieron la vuelta al marcador (Villa anotó el 1-2 de penalti). Otro libre directo, esta vez «marca Roberto Carlos» condujo a la prórroga. En el minuto 111, Movilla cedió el balón a Galletti en el borde del área madridista, y el medipunta argentino soltó un zapatazo que hizo inútil la estirada de César. Este fue el último disgusto madridista en Copa. En Mestalla se esfumó por fin el fantasma de las finales pasadas.

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