Un examen de nota con reválida
España, pendiente del Madrid-Barça más igualado de los últimos tiempos y clave para decidir la liga

Real Madrid y Barcelona dirimen esta noche un clásico que no será decisivo, pero que debe marcar las líneas maestras de la recta final de la temporada. El ganador del clásico dará un paso de gigante y asestará un golpe psicológico al equipo que acabe en la lona. Del resultado depende la vida de Madrid y de Barça , dos caminos muy diferentes y con urgencias diametralmente opuestas.
El triunfo para el Real Madrid encierra un tesoro. Significará la supervivencia del proyecto de la ilusión después de los sinsabores de la Liga de Campeones y de la Copa del Rey. Significará que el todopoderoso Barcelona no es invencible, como se demostró en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid y que Cristiano Ronaldo y cia. son tan fiables como los azulgrana.
No vale el empate
Es el clavo ardiendo. Cualquier otro resultado adverso puede crear un terremoto y mover, una vez más, los cimientos del Santiago Bernabéu. Sobre el papel no vale el empate, como ya dijo ayer el técnico madridista. Supondría ceder el liderato y perder la Liga en caso de igualadad de puntos al final del campeonato -en el Camp Nou el Madrid cayó por 1-0-. La derrota rescataría los viejos fantasmas que han movido permanentemente la silla de Manuel Pellegrini y conceder demasiada ventaja al contrario pese a que hay veintiún puntos en juego todavía.
En este partido también hay reválidas particulares. Cristiano Ronaldo se juega mucho. Está en deuda con su equipo porque invirtió 96 millones de euros para ganar este tipo de encuentros y porque desaprovechó una ocasión de lujo en el Camp Nou cuando el marcador registraba el resultado inicial de empate a cero. Además, importa la lucha con Leo Messi por la supremacía mundial. Mucho se ha dicho y escrito sobre quién es el mejor futbolista del mundo y, de momento, el azulgrana lleva una ventaja considerable porque está que se sale en los últimos encuentros.
Batalla táctica
También es un cara o cruz para Manuel Pellegrini. Cuestionado a lo largo de casi toda la temporada por los descalabros ante el Alcorcón en la Copa y el Lyon en la Champions, está obligado a superar a Pep Guardiola en el tablero de ajedrez. Está ante su oportunidad. Y tiene tajo. Debe articular un plan para bloquear el funcionamiento de Messi, sin olvidarse de que Xavi es realmente la correa de distribución del juego del Barcelona.
Sin duda, la baja de Ibrahimovic supone un cierto alivio para el Madrid. El sueco es el hombre referencia que fija a los centrales y posibilita los movimientos tanto de Messi como de Iniesta o de Pedro desde los extremos. La derrota táctica ante Pep volverá a poner en entredicho el guión del chileno. Y quizás ponga en funcionamiento a la trituradora de técnicos.
El balance ofensivo-defensivo del Madrid sigue siendo una de sus mejores armas, así como su pegada. La asignatura pendiente es la posesión y la administracción del balón. Ambos conjuntos quieren llevar el peso del partido, aunque los blancos se encuentran cómodos jugando al contragolpe. Un dilema con riesgo porque el mejor sistema de alimentación del juego del Barcelona pasa por la posesión de la pelota.
El Real Madrid cuenta con todos sus efectivos salvo Kaká. El brasileño no ha entrado en la convocatoria porque no tiene buenas sensaciones. Un caso extraño. Se queja de molestias en la zona del pubis, que le provocaron una contractura. Una baja que pone en jaque su credibilidad. No es sencillo renunciar a un partido de este calibre con lo que hay en juego.
Guti, en la recámara
Esta baja merma la capacidad del centro del campo, donde Manuel Pellegrini puede apostar por Marcelo de salida para contrarrestar el potencial ofensivo de Alves -también lo hizo en el Camp Nou con escaso resultado-, mientras que Guti sería reservado para entrar en escena en el segundo tiempo, siempre que el Real Madrid esté con vida a esas alturas del partido.
El tapado puede ser Higuaín. El «Pipita» está en un momento dulce y según todos los analistas es más decisivo que Cristiano en ataque porque se encarga de romper los partidos. La pegada es el punto fuerte y la mejor bala de los blancos.
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