selección española
Jesús Navas, un «duende» en los bosques de Polonia y Ucrania
El extremo sevillista busca completar su palmarés con uno de los tres títulos que le faltan: la Eurocopa
![Jesús Navas, un «duende» en los bosques de Polonia y Ucrania](https://s1.abcstatics.com/Media/201205/28/navas-afp--644x362.jpg)
Hace dos años y medio Fernando Hierro llamó a una casa de Los Palacios. Por aquel entonces era el director deportivo de la Federación Española de Fútbol. Descolgó Francisco Navas, padre de Jesús Navas , jugador del Sevilla.
Se sonrió al recibir aquella llamada. Era la última persona a la que esperaba escuchar. Pero también se inquietó cuando preguntó qué quería. Lo que el exmadridista buscaba era convencer al extremo de que diera un paso adelante y fuera a la Selección . Quería que dejara atrás sus problemas de ansiedad.
«Te necesitamos», le dijo Hierro. Lo hizo directamente. Sin andarse por las ramas ni otras excusas. Querían a ese pequeño veloz diestro para defender La Roja. «Hay que hablarlo cara a cara», le contestó el patriarca de la familia. Lo hicieron a medio camino de Madrid y Sevilla. En Córdoba, en una venta cercana a la estación del AVE. «¿Estás preparado para ser un hombre?», voceó el ex defensa mirando a los ojos azulados de Navas.
«Esta vez sí», le dijo con la misma frialdad el nervionense. Ahí dejó definitivamente su niñez, sus malos recuerdos del pasado. Aquellas largas concentraciones en Costa Ballena, Cádiz, donde a las dos de la madrugada cogía un taxi para volver a su casa, porque no podía estar lejos de su gente.
También daba el paso tras su espantada en una concentración con las categorías inferiores, en Europa, por las mismas razones. Tras muchos años de psicólogos del club a su entera disposición y con las energías renovadas, «Jesusito» volvía a la selección. Y lo hizo por la puerta grande. Con un Mundial bajo el brazo. Él comenzó la jugada del histórico gol de Iniesta. «Lo veo cada quince días esa jugada», dice siempre el sevillista. Era su sueño y lo cumplió.
Ahora le queda otra muesca que poner en su palmarés. Solo le falta ganar Liga, Champions y Eurocopa. El trío puede quedarse en dos. Él lo sabe. Y esta vez está todavía más preparado. Ya es más que un hombre. Se ha casado, ha ganado títulos con su club. Con una temporada irregular del equipo, él ha sobresalido siempre. «Tiene ese duende especial» , afirmó en una ocasión Pablo Blanco, su descubridor. No le faltaba razón.
En su niñez regateaba defensas el doble de grandes. Por eso le pusieron «El Duende», de los Palacios naturalmente. Su hogar, el mismo pueblo que lo hizo hijo predilecto tras llevar a España a la gloria. Ahora los bosques de Polonia y Ucrania esperan su llegada. La de un duende más, pero distinto. Esa alma especial que tiene un palaciego de corazón humilde.
Justo lo que un día buscaba Vicente del Bosque en su despacho para un «Plan B». Llevaba un mes buscando el perfil que su cabeza imaginaba pero sus ojos no veían. Entonces trasladó su frustración a Hierro, hasta que este le dijo en dos segundos: «No te preocupes, lo tengo». Y entonces descolgó el teléfono.
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