LIGA DE CAMPEONES

La pachanga del martes con árbitro incluido

Tremendo repaso del Madrid a un Dinamo que observó con gran admiración los fugaces movimientos de los jugadores de Mourinho

La pachanga del martes con árbitro incluido ap

josé manuel cuéllar

Minuto 8 y tres a cero . ¿Y qué haces? ¿Qué cuenta el cronista? ¿Qué hace el técnico apalizado? ¿Qué hacen los jugadores victoriosos? Bajar los remos, unos y otros, todos, menos Mou que probablemente preguntaría «¿Pur qué, pur qué?». No fue un partido, fue una pachanga. Al minuto uno la maquinaria blanca ya funcionaba como un reloj aplastando a los croatas. La combinación fue total: Lass-Sahin-Xabi Alonso-Benzema-Ozil y otra vez Benzema para clavarla en la red con la mayor naturalidad del mundo. ¿Y los del Dinamo? «Qué bonito, cómo lo hacen, pasen ustedes por favor» . Y así tres goles en ocho minutos mientras amenazaba el diluvio universal sobre los forasteros, que ni estaban ni se les esperaban. [Estadísticas del partido]

No es que el Madrid fuera una avalancha, que lo era, sino que el rival miraba mientras que en la banda Jurcic echaba espumarajos por la boca. «¡Que al menos se pongan delante!», parecía gritar. En esa balsa de aceite el que mejor se mueve es Ozil, que se desliza con su habitual elegancia sin tarugos que le empujen o incordien su proverbial donaire con el balón en los pies. Ozil dio otro recital, como casi siempre que duerme bien y se siente inspirado. Junto a él, todos fueron como rayos ante la falta de oposición rival. Por no hacer, el Dinamo no hizo ni una falta en toda la primera parte. Le metieron cuatro y le pudieron entrar otros cuatro a poco que el portero se hubiese despistado más. [Narración minuto a minuto]

Así que fue un choque sin historia. Con el tercer gol todo el mundo respiró y con el cuarto la mayoría se fue a dormir, menos los croatas que rezaban para sus adentros y porfiaban para que aquello no pasase de escandaloso a histórico . Un 9 o 10-0 que les impidiese volver a Zagreb. Afortunadamente para ellos, el Madrid bajó el pistón. Recordó lo que viene después: Atlético, Barcelona, Sevilla... Así que a pesar de que medio equipo era suplente, el luminoso relajó el músculo y la presumible goleada.

Un jovenzuelo con hambre

Como suele suceder en estos casos, el graderío empezó a fijarse en los que no son habituales: Varane: correcto pero blandito, con problemas en la salida del balón, un tanto verde. Sahin : simple al principio, una especie de Milla con pases a un metro y con más profundidad y enjundia a medida que pillaba confianza. Callejón : joven, impetuoso, dominador, con hambre, muy rápido y contundente y, sobre todo, la dupla Higuaín-Benzema, poco habitual. Se movieron bien, combinaron sin problemas y marcaron dos golazos, sobre todo el del argentino, pleno de sutileza mientras que el galo hizo un verdadero partidazo. [Las mejores imágenes de la goleada]

Con el 4-0 en todo lo alto, el Dinamo ponía velas a todos los santos para que los minutos fuesen segundos, mientras que su zaga se afanaba en achicar vías de agua ante un rival que, simplemente, iba a tres velocidades más que él. Así que poco que contar y menos que decir. Entrenamiento con árbitro y poco más.

En la segunda mitad hubo poco. Ante la relajación general sobresalió Callejón, que muerde las esquinas de cada minuto que le da Mou. El ritmo era de solteros contra casados , pero él iba como una locomotora, destrozando todas las líneas del rival con una velocidad tremenda, sin hacer prisioneros ni nada que se le pareciera. Al Dinamo le cayeron seis como pudieron caer veinte. Lo bueno es que en el tramo final, con el Madrid dormido, maquilló su pálido rostro.

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